jueves, enero 15, 2009

Una pequeña traición


Queridos amigos,

he de confesar que he cometido una pequeña traición al blog, pero como soy muy condescenciente conmigo mismo, me voy a perdonar. Es una gilipollez.

Hace unos meses que me di de alta en Facebook. Para mi gusto tiene una enorme desventaja: además de que es adictivo y peligroso, puede uno caer en un flashback delirante, das la posibilidad de que intenten volver a tu vida personas y tiempos que preferirías que quedaran enterrados, porque cuando abre tanto la puerta a antiguos amigos, se cuela el fresco... Y eso que yo he vuelto a contactar, aunque sólo ha sido un saludo y poco más, con gente buena, a la que tengo cariño.

Dentro de Facebook, de una manera muy sencilla, sin muchas complicaciones, se pueden montar grupos de discusión. Hace tiempo que le estaba dando vueltas a escribir un nuevo blog (lo que sería una enorme traición) en el que contara mis experiencias con los cigarros. No algo profesional, de catador de puros, para lo que no estoy preparado. Algo personal.

Porque, lejos de las exigencias, a veces absurdas, de la ortodoxia, los cigarros y la percepción que de ellos se obtiene son algo muy personal: hay tantos puros como bocas.

Un blog sobre cigarros en el que yo contara mi propia experiencia, aderezada por las circunstancias en las que me he fumado un puro u otro, porque es fundamental, según mi modo de entender una fumada, la situación y, sobre todo, la compañía.

Facebook me ha dado la oportunidad de hacerlo. No es exactamente un blog, pero es mejor, porque ya no se trata de una comunicación unidireccional, sino de un foro de discusión en el que la gente se puede sentir mucho más libre a la hora de dar su opinión, que es lo que verdaderamente me importa en este caso.

Lo que quiero es que haya un intercambio de información sobre algo tan personal, tan subjetivo y, al mismo tiempo, tan maravilloso como es fumarse un buen cigarro con la compañía adecuada en el momento perfecto.

El grupo se llama "Amigos, momentos, cigarros", porque no he intentado, en ningún momento, que se trate de algo profesional, sino simple y llanamente la experiencia de un fumador de cigarros.

Empecé ayer y ya he colgado dos temas de discusión (y en el primero, ya tengo dos respuestas de dos tipos que no conozco de nada!!!!!): Cuaba Pirámide Edición Limitada 2008 y Partagás Serie P Nº2 Tubo. La cosa es algo así:

"Partagás Serie P Nº2 Tubo

+ Pampero Aniversario.

Tuve la inmensa suerte de asistir, creo que fue en el año 2005, a la presentación del Partagás Serie P Nº2 en La Habana. Es cierto, por lo menos a mí me pasa, que las circunstancias en las que uno fume, hacen mejorar el cigarro (o empeorarlo) y, por tanto, estrenar una nueva vitola de la mítica Partagás, en Cuba, fue estar en la gloria bendita (de mi madre).

El año pasado, Habanos lanzó la pirámide de Partagás en un tubo espectacular, que merece los 50 céntimos más, además de porque es bonito, sobre todo porque lleva uno el puro en el bolsillo perfectamente protegido.

Hablando de las circunstancias, ayer gané al mus, como siempre, pero acompañamos la victoria con un Partagás Serie P Nº2 en tubo y un Pampero Aniversario, en mi caso, con tres rocas pequeñas de hielo. No es como estar en Cuba, que estábamos en el restaurante Ainhoa de Bárbara de Braganza (comprobando que, efectivamente, en Madrid hay todavía lugares donde se puede comer un besugo muy bueno y jugar al mus sin que te barran los pies hasta bien entrada la tarde), pero es un momento propicio para disfrutar a lo grande de un puro como el Serie P Nº2.

Al principio, para mi gusto, el cigarro engaña un poco, porque no parece que vaya a tener la fortaleza clásica de Partagás. Sin embargo, va creciendo a lo largo de la fumada hasta un punto en que dudo mucho que un fumador no iniciado pudiera aguantar su pujanza.

De tiro fue perfecto, de nuevo el doble corte ayuda al puro a evolucionar, y el cigarro estaba en su punto de curación. Yo sostengo la muy particular teoría, que puede ser una bobada pero que a mí me vale, que un cigarro, como el queso, cuanto "peor" huele, mejor sabe. Me explico: me gusta que tenga ese olor fuerte a fermentado antes de encender y el Partagás Serie P Nº2 destila el aroma del establo, de la galera de torcido, a amoniaco, es decir, huele a puro bien curado.

Más a su favor, diré que jugando a la cartas abandono constantemente el puro en el cenicero (para repartir y jugar la mano, a mí se me hace incómodo en la boca) y el cigarro no se apagó en ningún momento. En cuanto al Pampero Aniversario, esto es muy, muy subjetivo, pero un buen ron (sin cocacola), es para mí una garantía de maridaje perfecto. Por la circunstancia, la victoria al mus, el ron, el besugo y el comportamiento del cigarro, Partagás Serie P Nº2 merece un 8 (por lo menos). No le pongo más nota porque no estábamos en Cuba.

Javier
".

Como pueden ver, no se trata de hacer una cata de cigarros (yo no estoy preparado para eso), sino de contar una circunstancia en la que un buen puro y un destilado se comportan bien como catalizador de las relaciones sociales. Si le gustan los puros y está usted metido en Facebook, le agradecería mucho, no que se uniera al grupo, que sería fantástico, sino su participación en el foro de discusión.

X. Bea-Murguía (a ver si se anima el cotarro, que es para pasarlo bien).