martes, diciembre 16, 2008

Vicente,el zanahorio (II)



A Michel Muller y Selena Kuiper.

Podemos hablar de Vicente como de un “postimpresionista”, esto no deja de ser una etiqueta como la que se pone a los jamones o a las morcillas para clasificar y etiquetar.

Y es cierto, Vicente impresiona por la demencia de su trazo, las composiciones ora inexistentes ora chabacanas, la paupérrima temática: vean “Mujer en el bosque”, “Mujer de blanco en el bosque”, “Dos mujeres en el bosque” etc.… o su ya comentada obsesión esquizoide con las patatas y las verduras, tal vez una necesidad acuciante de comer caliente: “Cesta de patatas”, “Plantando patatas” ,”Los comedores de patatas”, “Jardin de verduras en Mortmatre” .

Tal vez, y por lo que Vicente perdura, es por dos obras significativas que pueden ahora mismo estar en unos dos millones de hogares alrededor del mundo como culto a lo kitsch, y a una evolución en el gusto por lo chabacano. Es frecuente ver colgadas en las paredes de la gente “modelna”, de esa gente que viaja por los mundos de Dios, reproducciones de dos títulos realmente indigestos: a) “La habitación “ b) Los girasoles.


a) La Habitación: Puede parecer un tema romántico en principio representar el lugar de reposo del guerrero, mostrar el hábitat en el que se descansa, incluso intentar copiar las miniaturas japonesas. Sinceramente no deja de ser una covacha de las muchas que pueden encontrarse en el barrio de Jordan en Ámsterdam actualmente, incluyendo paredes que se caen y pan mohoso.

http://www3.vangoghmuseum.nl/vgm/zoom.jsp?page=2796&lang=en


b) Los Girasoles: Dependiendo de la temporada, IKEA, su tienda amiga que le ayuda a decorar su vida y a crear un ambiente impreciso en su vivienda, edita una reimpresión de una de las dos versiones, una clara y otra mas acorde a la vida de Vicente: marrón oscuro, existentes de “esto” que podría definirse como bodegón. También se puede comprar una copia en el museo y luego llevarla en la mano de regreso a su hogar y epatar a los vecinos con su “exquisito gusto” por lo retro-cutre. Resulta bastante improbable que Vicente pintara este cuadro para decorar la habitación que Gauguin ocupaba en Arles. Se habla mucho de este detalle, pero Gaugin no era, ni quiso, ni sospechó un momento, en ser amigo de Vicente, ya convertido en un rey del sablazo en ese 1889.


http://www3.vangoghmuseum.nl/vgm/index.jsp?page=3503&collection=451&lang=en


Vicente por lo tanto se convierte con el paso del tiempo en todo un icono venerado, con tremendas colas para visitar su museo de a 12,50 Euros el ticket,con turistas que desconocen el valor de un Rijksmuseum que desconocen el valor de Frans Hals o de la Mauritshuis de La Haya con impresionantes obras de Vermeer o Fabritius.

Pero bueno Vicente es mucho Vicente.





Hormon Wells