lunes, marzo 15, 2010

La cosa es que me voy (propósitos)

Pues eso, que la cosa es que me voy. Me voy mañana. Vuelo a Venecia y, de ahí, en compañia de otros (Chechu, Pepe y Cristóbal), Trieste, Liubliana, Zagreb, Sarajevo, Mostar, Dubrovnik, Split, Rijeka, Istria, Trieste y Venecia y todo lo que haya por el medio, que no sé si es mucho o poco, porque, la verdad, no he tenido ni tiempo de mirar las guías.

Ya no digo el tiempo que he tenido para dedicarle al blog.

Cero.

O a otros menesteres a los que me dedicaba con anterioridad al 1 de enero de 2010, confesables y no. Tampoco.

Termino así, con esta semana de viaje, la mitad de un periplo que me ha llevado en los últimos diez días a Sevilla, Roma, Barcelona, Bilbao, Zaragoza y Valencia, tomo aire, el de-toda-la-vida-de-Dios sosegador aire de los Balcanes, y retomo mi tourné que aún me ha de llevar por la otra mitad de España con mi puestecillo del tabaco.

El viernes, cuando terminé mi perorata en Valencia, me sentí como un predicador. Estuve tentado de decir: "Podéis ir en paz".

Me da pena que, en estos dos últimos meses, estoy dejando morir el blog poco a poco, pero creanme si les digo que no tengo ni tiempo ni muchas ganas. Son cinco años ya dándole al piano por las mañanas y las fuerzas, como es lógico, se agotan.

Supongo que en la ex Yugoslavia tomaré impulso, cargaré la pluma de alguna historia que tenga su miga y si me voy despejando, intentaré, como siempre, tergiversarla del todo para que les parezca medianamente interesante a los dos lectores que aún permanecen atentos al blog. Por supuesto, no lo conseguiré, como siempre, pero eso es otra historia.

Lo dicho. Que me voy al IV Viaje Transeuropedo del Macho-Machote, el único trayecto vital que puede convertir a Paco Martínez Soria en un cosmopolita y que no vuelvo por aquí hasta el 23 de marzo.

Ayer me dijo mi hermana Uxía:

-- Que lo pases bien.
-- Eso pienso hacer -contesté.

El mérito, por supuesto, atribúyanlo todo a mi mujer. Sin ella...



Sin ella...

X. Bea-Zagreb (¡¡¡gracias!!!)

lunes, marzo 01, 2010

Si yo fuera tía...

Me van a perdonar las ausencias, que se dice. Me las van a perdonar, pero entre unas cosas y otras, no tengo tiempo para nada que me guste. Pero para nada de nada. Ya llegará mi hora, no se preocupen, entre tanto ya me ha empezado a brotar la urticaria de siempre, allí donde se tuercen los puros, que es donde mi estrés se manifiesta con mucha más fuerza que UGT y CCOO.

En una ocasión, cuando me tocó hacer de Gracita Morales en "Las que tienen que servir (all around the Highlands)", junto a Paco Martínez Soria y a José Luis López Vázquez, dos bilingües personajes (parlan el castellano de Bernardos y la Gacería, con G y sin acritud ninguna), mi amigo Rodrigo Arévalo Cubero me dijo:

-- Javito (él, cuyo nombre lleva mi hijo, es la única persona del mundo que tiene licencia para llamarme así. Los demás, olvídenlo, por favor)... Decía...

-- Javito, Javito, si fueras tía, ya te habría follado todo el pueblo, me cagüensós.

De pago por mis servicios, de Gracita que no de lumi, Crístóbal y Rodrigo me relagaron una botella de Talisker 18 años y la madre santa de los ángeles y las vírgenes, que cayó íntegra la primera noche que vinieron tres amigos a casa. Amén. Eso es un botellón y no lo que ha prohibido Ruín Gallardón.

Porque me pasé una semana de guía por Escocia con ellos dos, de traductor, de porteador, de copiloto, de... de Gracita Morales. A nada decía yo que no y, por eso, entregado como estaba, Rodrigo me dijo:

-- Javito, Javito. ¿Acaso no sabes decir que no? Si fueras tía, ya te habría follado todo el pueblo, mecagüensós.

Pues efectivamente. No sé decir que no. No sé si la expresión es machista o no, pero me la pela. Es graciosa. No he dicho que no a ninguna proposición de ningún tipo nunca, lo malo es que de esas de follar no me ha llegado ninguna. La gente no me quiere por mi físico. Eso está claro.

Así que llegó un día el alcalde de Bernardos, Jesús Pastor, y no me hizo ninguna proposición deshonesta (de ningún tipo), sino que me lío para que me presentara voluntario para un servicio al pueblo. Y así estoy ahora, que entre el alcalde, mis jefes, la ministra y mi familia, me ha salido un brote allí donde se tuercen los puros que parece que me ando rascando los huevos todo el día. Les garantizo que no (ni en el sentido literal ni el figurado).

Este año, del 21 al 26 de mayo, Bernardos celebra su gran fiesta: la Subida al Castillo. Es un festorro decenal que multiplica por ocho la población, en la que todo el mundo se vuelca y que se remata la noche del 25 al 26 con la procesión de la Bajada, en la que la Virgen del Castillo recorre, entre jotas y, bueno, más jotas, los tres kilómetros que separan la ermita del pueblo durante toda la noche. Más de 18 horas de procesión. Bueno para quien crea. Yo, por desgracia, aunque el fervor popular me emociona bastante, no creo mucho.

Bueno, ni mucho, ni poco, pero me entusiasma la manera en que la gente se entrega a su fervor y lo respeto todo lo que puedo, aunque no lo comprenda.

Así que, como no sé decir que no, al alcalde le he dicho que sí y esto me tiene muy liado, y me va a tener liado hasta el 26 de mayo... Por si tuviera poco.

Eso sí. Se lo advierto a todos: el 16 de marzo me piró una semana a Italia, Eslovenia, Croacia y Bosnia con Cristóbal, Chechu y Pepe. Entonces veremos quién es Gracita (Pepe, traete la cofia).

X. Bea-Murguía (los puros, según el mito erótico (falso) de la cigarrera sudorosa e insinuante, se torcían (es decir, se "liaban") en la cara interior de los muslos. Mal pensados).