viernes, septiembre 08, 2006

Yo confieso


Queridos amigos:

hoy voy a arrastraculos por la vida porque ayer por la noche... Sí, lo confieso... Vi Gran Hermano. No sé si ir a pedir perdón a la humanidad de rodillas ante la tumba ignota de Miguel de Cervantes... Quizá me redima una ligera lectura de "Fausto" reflejando las páginas en un espejo con velas a lo Magdalena Penitente... Tal vez consiga recuperar mi imagen de cultureta sometiendo mi tierna mente, con pinzas en los ojos, a diez películas seguidas de arte y ensayo, a ser posible en VO y con subtítulos...

"Perdona a tu pueblo, Señor,
perdona a tu pueblo, perdónalo, Señor.
No estés eternamene enojado..."

Y lo peor no es eso, amigos y amigas, que ya que estoy confesando algo que supone una mancha en mi expediente tan grave, si no más, como lo de Grass o lo de Sánchez-Dragó, lo voy a soltar todo en plan catarsis... Lo peor de todo es que me descojoné de risa.

Pero, vamos a ver. ¿Cómo no te vas a reír? Si están eligiendo al azar a uno de los concursantes entre el público, le ponen el canuto a una tipa y dice, sin que venga a cuento: "Soy talycual, tengo tantos años y soy payasa". Y, luego, ante la estupefacción de la entrevistadora, que se le quedó mirando con ojos de Marti Feldman, repitió: "Sí, sí, soy payasa".

¿Y?

¿Estás titulada? ¿No te has enterado de que esto es un sorteo y que tu CV ni interesa ni cuenta? ¿Le dices lo mismo al del 1X2 de tu pueblo porque crees que te favorece en la quiniela?

-- "Perdona, ¿te importa que te haga unas preguntas para un estudio de mercado?".
-- "Muy bien, soy talycual y soy payasa".

O

-- "Perdona, ¿tienes unas monedillas para un bocata, unos centimillos motivación?".
-- "Claro, hombre, porque soy talycual y soy payasa..."

Lo que no tuvo desperdicio fue la chica del bombo... Quiero decir la que sacó las bolas... Ya saben, la que le daba al manubrio... ¡Amigos míos! Es la chica del chiste:

-- "Estoy embarazada".
-- "No me extraña".

Estaba la mujer haciendo carrera para el Telecupón. ¡Qué gracia! ¡Qué dicción! ¡Qué soltura! Su duro cometido era de alta responsabilidad: sacar la bolita y sonreír (primero una cosa y luego la otra, para no atorarse). Pero, ya se sabe, el bombo hace lo que le viene en gana, porque encierra una inteligencia superior y misteriosa, y a la chica se le resiste el manubrio como si nos quisiera hacer creer que no tiene experiencia dándole a la zambomba (si lo hubiera manejado con la boca seguro que lo habría hecho mucho mejor). Sale la bolita y dice:

-- "¡El siete!".
-- "Nunca en mi vida he visto un siete que parezca tanto un uno", pensé. Y, claro, esa Milá que lo ve, se sonríe por el fallo y lo corrige:
-- "¡El uno!", tan lista ella que da el 133 y resulta que no, que la niña del manubrio tenía razón, que era un siete y que el ganador anda por ahí, ahora, emborrachándose y clamando al cielo porque el fallo fue que la bombera cogió la bolita de medio lado y eso es lo que nos engañó a todos. Es la primera vez en mi vida que veo que la azafata distingue mejor el siete del uno que la presentadora.

Lo demás, supongo que lo vieron muchos de ustedes: un dibujo animado con cara de bibliotecaria perversa y dominátrix; un narco gallego hortera de bolera; un intelestual pedante que no sabe leer en voz alta; un par de hembras capadoras (¡qué morbo!); un agricultor de Jaén sacado del cartel de una película sobre paletos en la gran ciudad; una mononeurona brasileira a la que es imposible no mirar el culo; un irlandés que sabe contar cervezas hasta en seis idiomas; una trabajadora social oligofrénica que no ha superado el complejo de patito feo; una siniestra de Madrid hija de la movida madrileña de los ochenta con madre punk (apuesto a que fue concebida en los baños del Agapo) ... ¿Quién más? Un par de alopécicos y Mercedes Milá, por supuesto, con el pelo peinado a plancha vuelta y vuelta y mirando con los ojillos idos, como si estuviera buscando entre el público el visto bueno de su monitor de integración.

¡Ah! ¡Sí! Y esta chica. Yo también me he fijado algo en ella. Aunque no mucho (que esto lo lee mi suegra), pero es licenciada en Historia del Arte y todo. ¡Buff!

Supongo que sabréis que, a partir de ahora, como el resto de los españoles, no pienso verlo nunca más... Ni tampoco el Tomate ni el Salso Zorra ni el programa de Ana Rosa ni los Documentales de La 2.

X. Bea-Murguía (Tele=Caca)