11-M de mierda (El cubata XXL)

Queridos amigos:

antes de comenzar su sermón diario en H.Wells & X.Bea-Murguía, comentarios de Txitxi & Nabo, quiero compartir con todos ustedes que hoy mi hijo Rodrigo cumple seis añazos o, lo que es lo mismo, que hace seis años que corrimos la cortinilla de un monumento que, modestia aparte, es nuestra obra maestra, lo mejor que he hecho nunca. En caso de que alguno de ustedes se esté sonriendo en estos momentos porque dude de mi autoría, sepan que la genética, que es la tumba de Dios, no falla: el niño es guapo, listo y simpático como su padre. Quede claro.

Hablando de descorrer cortinillas, el otro día, aprovechando (nunca mejor dicho en el caso de algunos políticos) el aniversario del 11-M inauguraron en Madrid un monumento al gintonic. La obra fue otorgada, financiada e inaugurada por un Ruiz Gallardón terriblemente incoherente: prohíbe el botellón y planta un cubata XXL frente a la estación de Atocha. La ministra Salgado se tiene que estar tirando de los pelos. No me digan que no les entran ganas de echar dos piedras enormes de hielo dentro de ese cilindro esmeril tan parecido a la ducha de Goliat, una rodadura de limón, Raffles o Bombay hasta el nivel de las cabecitas y tónica, todo ello aderezado con un rayo de sol, y brindar por el Imperio Británico.

Vale, amigos. Hubo un atentado. Fue una tragedia. Casi doscientos muertos. Muchos heridos. Yo lloré de rabia y de impotencia. Se me ponen los pelos de punta al recordar los móviles tocando a muerto sus alocadas sintonías del 7787 entre los cadáveres despedazados. Pero ya está bien de 11-M. Más que honrar a los muertos, los estamos puliendo y abrillantando, estamos abusando del juego de los políticos. En Estados Unidos, donde se pensaban invulnerables, han digerido el 11-S mucho mejor que nosotros el 11-M y eso que los de las Torres Gemelas tuvo el impacto de ser el primer atentado terrorista televisado en directo a todo el mundo.

En España llevamos cuarenta años de terrorismo y lo duro, parece, es que no hemos aprendido nada. El terror, para que sea efectivo, debe ser arbitrario, tiene que calar entre la población la sensación de que nadie está a salvo, que, cualquier día de estos, madrugas para ir a comprar flores para dar una sorpresa a tu mujer (o para pedirle perdón por algo) a la plaza de la República Dominicana y un De Juana Chaos aprieta el detonador y te convierte en daño colateral; un día, como hoy, coges el tren para ir a tu trabajo y un malnacido te aplica la yihad. Esto no es culpa de nadie más, ni de Ángel Aveces, ni desiertos lejanos ni montes cercanos, que del hijo de puta que pone la bolsa de deporte debajo del asiento.

Yo estoy ya hasta los cojones del 11-M (de mierda) que configura para mí el mayor coñazo triste de la historia de España y espero que no haya más homenajes ni conmemoraciones hasta el cincuenta aniversario. Esto ha superado con mucho a la Guerra Civil y al franquismo. El 11-M es una tragedia agotada, un árbol que por más que se agite ya ha dado todas las nueces que podía dar, por lo que yo, personalmente, agradecería que dejaran de pasear a la pobre Pilar Manjón y a su prosodia de desprecio despreciante despreciativo y terriblemente pleonástico. Resolvamos ya de una vez. Pasemos página.

X. Bea-Murguía

¡Felicidades Raúl! Luego te llamo.