Ayer Aznar, hoy, Primo de Rivera
Queridos amigos:
me voy a Escocia ahora mismo, así que, por mi parte, no creo que haya entradas nuevas hasta el día 12 de marzo. Aunque quizá sí. En todo caso, les dejo a solas con Hormon Wells.
Como saben muchos de ustedes, por mi trabajo, muchas veces me veo en la triste obligación de comer y cenar en restaurantes de muchos tenedores. ¿Qué le vamos a hacer? Como digo siempre, y no sólo es verdad sino que, además, es cierto, me tengo que comer muchas mariscadas para llevar un plato de lentejas a mi casa. Esta frase le hace mucha gracia a mi Jose, el Rey del Cristasol de la avenida de San Luis, un hombre de los que ya no quedan. Jose dedica las mañanas de los sábados a limpiar la cristalera blanca de su casa, un primer piso, y las vecinas que van a comprar el pan a la tienda de sus suegros, que está justo enfrente, lo señalan y dicen:
-- Mira, Pablo, ya está tu yerno limpiando los cristales.
Jose, hazme caso y tu popularidad subirá muchos enteros: limpia los cristales, sí, pero sin camiseta. O, mejor aún, hazlo directamente con los pelos del pecho y rugiendo (pero quítate las cadenas, que como rayes los cristales verás cómo se pone la derrocada Reina de la Garrafina).
Me he acordado de esto, porque el mundo es muy pequeño. Ayer, por la mañana, me hicieron una entrevista para la Sexta y resulta que el reportero, Iñaki, es hijo de la pescadera de Murguía. Después de esa casualidad, me fui a comer y a fumarme un Macanudo Hyde Park a un lugar llamado Club Zaque, donde, por cierto, probé un champán Ruinart de a 400 pimpollos la botella (el camarero, al servirme, derramó parte y yo pude comprobar, muy alegóricamente, como la tela se absorbía, sin sentirlo, el equivalente a unos 20 euros). El champán estaba exquisito, pero no sé si yo pagaría... Bueno, sí lo sé: no lo pagaría. El Club está al lado de mi antigua oficina, justo enfrente del trabajo de Jose. Más casualidades.
Mi amigo Esteban me dijo, en una ocasión, que un amigo suyo, llamado Joaquín, iba a montar un chiringuito en este mismo plan. Comí con su amigo, le aconsejé en lo que buenamente pude y no sé si lo que le dije le sirvió o no, porque nunca pude ir a comprobarlo. Cuando entré en Zaque, pum, era el club del amigo de Esteban. ¡Coño, qué casualidad! (Esto es para los que creen que "Crash" no funciona porque está llena de "casualidades").
El Club está muy bien montado. Se lo pasan muy bien comiendo, bebiendo y fumando con mucha salud y, de paso, invitan a alguien para que les dé una charla. Ayer, un hombre llamado Petón, representante de futbolistas y biógrafo de José Antonio Primo de Rivera, ofreció una (para mi gusto) interesante charla con la que pretendió demostrar hasta qué punto tenemos una impresión distorsionada de la figura de José Antonio, a quien el Muerto, que no quiso salvarlo, usó como mártir de su causa. Yo no sé, porque no soy experto ni pretendo serlo, qué hay de verdad en lo que dijo Petón que aseguró que Primo de Rivera era muy amigo de Azaña (a quien consideraba la esperanza de España), que salvó la vida dos veces a Indalecio Prieto, que la Falange quería la nacionalización de la banca, una reforma agraria que terminara con el feudalismo latifundista de los años 30 y odiaba la identificación de su movimiento con el Fascio italiano. De lo de "los puños y las pistolas" no dijo nada. Lo que sí concluí es que, lejos de los gastados clichés de derechas e izquierdas, todos los totalitarismos confluyen en una idea retorcida de las personas como marionetas sin capacidad decisoria y ahí fallan. Y ya, cuando se ponen a hablar de un hombre nuevo o de un nuevo estado, la deriva inevitable es un muy "humanista" genocidio, porque para ordenar la caja, primero hay que vaciarla.
En fin, que me voy a Escocia y aquí dejo la piedra para que ustedes opinen del asunto. Sólo quiero añadir que aunque el tal Petón me pareció un hombre encantado de conocerse, hablaba sin pasión de un tema que, evidentemente, domina y señaló a José Bono como el hombre ideal para ser presidente del Gobierno. La pregunta que les dejo es: ¿les parece contradictorio?
Para mi gusto fue muy interesante.
X. Bea-Murguía (Dios mío, qué facha soy).
me voy a Escocia ahora mismo, así que, por mi parte, no creo que haya entradas nuevas hasta el día 12 de marzo. Aunque quizá sí. En todo caso, les dejo a solas con Hormon Wells.
Como saben muchos de ustedes, por mi trabajo, muchas veces me veo en la triste obligación de comer y cenar en restaurantes de muchos tenedores. ¿Qué le vamos a hacer? Como digo siempre, y no sólo es verdad sino que, además, es cierto, me tengo que comer muchas mariscadas para llevar un plato de lentejas a mi casa. Esta frase le hace mucha gracia a mi Jose, el Rey del Cristasol de la avenida de San Luis, un hombre de los que ya no quedan. Jose dedica las mañanas de los sábados a limpiar la cristalera blanca de su casa, un primer piso, y las vecinas que van a comprar el pan a la tienda de sus suegros, que está justo enfrente, lo señalan y dicen:
-- Mira, Pablo, ya está tu yerno limpiando los cristales.
Jose, hazme caso y tu popularidad subirá muchos enteros: limpia los cristales, sí, pero sin camiseta. O, mejor aún, hazlo directamente con los pelos del pecho y rugiendo (pero quítate las cadenas, que como rayes los cristales verás cómo se pone la derrocada Reina de la Garrafina).
Me he acordado de esto, porque el mundo es muy pequeño. Ayer, por la mañana, me hicieron una entrevista para la Sexta y resulta que el reportero, Iñaki, es hijo de la pescadera de Murguía. Después de esa casualidad, me fui a comer y a fumarme un Macanudo Hyde Park a un lugar llamado Club Zaque, donde, por cierto, probé un champán Ruinart de a 400 pimpollos la botella (el camarero, al servirme, derramó parte y yo pude comprobar, muy alegóricamente, como la tela se absorbía, sin sentirlo, el equivalente a unos 20 euros). El champán estaba exquisito, pero no sé si yo pagaría... Bueno, sí lo sé: no lo pagaría. El Club está al lado de mi antigua oficina, justo enfrente del trabajo de Jose. Más casualidades.
Mi amigo Esteban me dijo, en una ocasión, que un amigo suyo, llamado Joaquín, iba a montar un chiringuito en este mismo plan. Comí con su amigo, le aconsejé en lo que buenamente pude y no sé si lo que le dije le sirvió o no, porque nunca pude ir a comprobarlo. Cuando entré en Zaque, pum, era el club del amigo de Esteban. ¡Coño, qué casualidad! (Esto es para los que creen que "Crash" no funciona porque está llena de "casualidades").
El Club está muy bien montado. Se lo pasan muy bien comiendo, bebiendo y fumando con mucha salud y, de paso, invitan a alguien para que les dé una charla. Ayer, un hombre llamado Petón, representante de futbolistas y biógrafo de José Antonio Primo de Rivera, ofreció una (para mi gusto) interesante charla con la que pretendió demostrar hasta qué punto tenemos una impresión distorsionada de la figura de José Antonio, a quien el Muerto, que no quiso salvarlo, usó como mártir de su causa. Yo no sé, porque no soy experto ni pretendo serlo, qué hay de verdad en lo que dijo Petón que aseguró que Primo de Rivera era muy amigo de Azaña (a quien consideraba la esperanza de España), que salvó la vida dos veces a Indalecio Prieto, que la Falange quería la nacionalización de la banca, una reforma agraria que terminara con el feudalismo latifundista de los años 30 y odiaba la identificación de su movimiento con el Fascio italiano. De lo de "los puños y las pistolas" no dijo nada. Lo que sí concluí es que, lejos de los gastados clichés de derechas e izquierdas, todos los totalitarismos confluyen en una idea retorcida de las personas como marionetas sin capacidad decisoria y ahí fallan. Y ya, cuando se ponen a hablar de un hombre nuevo o de un nuevo estado, la deriva inevitable es un muy "humanista" genocidio, porque para ordenar la caja, primero hay que vaciarla.
En fin, que me voy a Escocia y aquí dejo la piedra para que ustedes opinen del asunto. Sólo quiero añadir que aunque el tal Petón me pareció un hombre encantado de conocerse, hablaba sin pasión de un tema que, evidentemente, domina y señaló a José Bono como el hombre ideal para ser presidente del Gobierno. La pregunta que les dejo es: ¿les parece contradictorio?
Para mi gusto fue muy interesante.
X. Bea-Murguía (Dios mío, qué facha soy).
Etiquetas: Política
3 Comments:
No, lo dice porque, desde agosto de 1939, fecha del pacto germano-soviético, facha y rojo son sinónimos.
Gaitero
Hola Javi, ¿bien con los scrotos?
Oye quiero un articulo en el Blog sobre lo que tú ya sabes, eh--
Lucho_blanco
Los escrotos bien. En su sitio. Acabo de llegar, como quien dice. No creo que escriba sobre eso que me pides, porque por un lado me alegro mucho, pero, por el otro, como sabrás ya, es para preocuparse.
Un abrazo
Javier
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