El plan es que no hay plan
Queridos amigos:
les recuerdo a todos que mañana hay una manifestación contra el ruido de los aviones, a las 11.30 horas en Tres Cantos. Lo digo para que vengan, claro.
De aquí a una semana, es decir, lo que vienen siendo siete días, siete, me piro a Escocia, un país donde los tíos llevan falda y cuyos habitantes son descendientes de los pictos y los escotos. El chiste es fácil, ¿verdad? Me voy a resistir... No, no me resisto. Nunca puedo hacerlo cuando se trata de un chiste tan fácil: ¡todos venimos de un picto y de un escoto! ¡Todos somos escoceses!
Es un poco malo. Lo sé.
Les voy a contar el plan que llevamos: no hay plan. De hecho, el sábado pasado quedamos para comer los tres componentes de la expedición y, salvo echarnos unas risas y dejar en el mapa algún cerco de vaso (juro que yo no fui), poco más planeamos. Un bosquejo. Hasta hoy, y esto es probablemente lo mejor, sabemos que el día 2 estamos en Edimburgo, que esa noche pernoctamos allí y que el día 3 nos dan un coche, un Mercury Monterrey del 78 descapotable, para traernos impregnada en el pelo la niebla de Escocia.
El sábado o el domingo, dependiendo de lo que de sí Edimburgo (es decir, probablemente el domingo), tiraremos hacia el norte. Mis amigos no quieren para en Kirkcaldy, porque, aparte de que no parece que haya nada interesante, no creen que sea suficiente motivo que los duques de Kirkcaldy fueran mentados en una canción de los Beatles. Es más: opinan, después de la experiencia de Central Park, que es un motivo para no ir. Son majetes, pero son un poco setos. En protesta, me voy a pasar todo el viaje cantando "Cry baby, cry".
Vamos hacia Stonehaven, en la costa nordeste de Escocia, donde veremos el castillo de Dunnottar (en la foto). No queda mucho de él, pero a ver qué podemos hacer. Para eso llevamos un experto en pizarras. Uno de los objetivos del viaje puede ser, se me ocurre ahora, cuando veamos un sitio donde se necesite una reforma, un alicatado bien hecho, un trabajo profesional, dejar tarjetas de Construcciones Dos Patás. Pedro, dame tarjetas, que te hago el business. O... O... Digo yo... Proponer a Gallardón para alcalde y exportarlo a cambio de whisky de malta.
Después, ese día, o el siguiente, dependiendo de lo cansados que estemos, vamos a tirar hacia el interior, a visitar un par de castillos que parece que merecen la pena, para, seguidamente, girar a la derecha, hacia Elgin. Según dicen, en esta zona es donde está el meollo. En un pueblo llamado Dufftown, está Glenfiddich, una destilería que, dice la guía, merece la pena. Lo gracioso del asunto es que ayer estuve con el Glenfiddich Ambassador en una cena y me preguntó por el día en que tenemos intención de ir a visitar la destilería, para darnos un trato especial (jejejeje... Estas risitas las van a entender muy bien Fran González Nieto, Rodrigo y Cristóbal). Estuve a punto de decirle, "¡No! ¡Deja, deja! ¡Tuuuuuuuuuuuuuso!", pero le dije la verdad:
-- Vamos a ir, creo, el día que lleguemos, que será concretamente uno que esté entre el 2 y el 9 de marzo, aproximadamente.
Y el pobre hombre, me examinaba exoftálmico... Lo llamaré. Seguro. Hoy mismo.
¿Cuántos días llevo ya en Escocia? No sé. Tres o cuatro. La cuestión es que nos iremos hacia el oeste, pasando por delante de Inverness (sin parar) hacia el lago Ness, donde si, finalmente, no hay monstruo, ya lo pondremos nosotros. Seguidamente, tiraremos hacia Dornie, último pueblo antes de la isla de Skye, donde el Eilean-Donan Castle va necesitando otra reforma, un niqueladito de profesional y, probablemente ese mismo día, o al siguiente, haremos un recorrido por la isla, incluida la destilería de Talisker.
Ya no hemos planeado más. No sabemos cuántos días no llevará hacer este recorrido, ni si tendremos que volver pitando a Edimburgo para coger el avión. Tampoco hay que agobiarse. Bastante agobiados están ya mis compañeros, que llevan semanas buscando en el ropero las antiguas faldas del colegio de sus hermanas.
Bueno, de vuelta a Edimburgo, vamos a parar en Stirling, pero nada más. Si alguien quiere hacer alguna sugerencia, que aproveche la oportunidad. Se agradecerá. Haremos dos millones de fotos. Ya les aburriremos con ellas.
X. McBea-Murguía
les recuerdo a todos que mañana hay una manifestación contra el ruido de los aviones, a las 11.30 horas en Tres Cantos. Lo digo para que vengan, claro.
De aquí a una semana, es decir, lo que vienen siendo siete días, siete, me piro a Escocia, un país donde los tíos llevan falda y cuyos habitantes son descendientes de los pictos y los escotos. El chiste es fácil, ¿verdad? Me voy a resistir... No, no me resisto. Nunca puedo hacerlo cuando se trata de un chiste tan fácil: ¡todos venimos de un picto y de un escoto! ¡Todos somos escoceses!
Es un poco malo. Lo sé.
Les voy a contar el plan que llevamos: no hay plan. De hecho, el sábado pasado quedamos para comer los tres componentes de la expedición y, salvo echarnos unas risas y dejar en el mapa algún cerco de vaso (juro que yo no fui), poco más planeamos. Un bosquejo. Hasta hoy, y esto es probablemente lo mejor, sabemos que el día 2 estamos en Edimburgo, que esa noche pernoctamos allí y que el día 3 nos dan un coche, un Mercury Monterrey del 78 descapotable, para traernos impregnada en el pelo la niebla de Escocia.
El sábado o el domingo, dependiendo de lo que de sí Edimburgo (es decir, probablemente el domingo), tiraremos hacia el norte. Mis amigos no quieren para en Kirkcaldy, porque, aparte de que no parece que haya nada interesante, no creen que sea suficiente motivo que los duques de Kirkcaldy fueran mentados en una canción de los Beatles. Es más: opinan, después de la experiencia de Central Park, que es un motivo para no ir. Son majetes, pero son un poco setos. En protesta, me voy a pasar todo el viaje cantando "Cry baby, cry".
Vamos hacia Stonehaven, en la costa nordeste de Escocia, donde veremos el castillo de Dunnottar (en la foto). No queda mucho de él, pero a ver qué podemos hacer. Para eso llevamos un experto en pizarras. Uno de los objetivos del viaje puede ser, se me ocurre ahora, cuando veamos un sitio donde se necesite una reforma, un alicatado bien hecho, un trabajo profesional, dejar tarjetas de Construcciones Dos Patás. Pedro, dame tarjetas, que te hago el business. O... O... Digo yo... Proponer a Gallardón para alcalde y exportarlo a cambio de whisky de malta.
Después, ese día, o el siguiente, dependiendo de lo cansados que estemos, vamos a tirar hacia el interior, a visitar un par de castillos que parece que merecen la pena, para, seguidamente, girar a la derecha, hacia Elgin. Según dicen, en esta zona es donde está el meollo. En un pueblo llamado Dufftown, está Glenfiddich, una destilería que, dice la guía, merece la pena. Lo gracioso del asunto es que ayer estuve con el Glenfiddich Ambassador en una cena y me preguntó por el día en que tenemos intención de ir a visitar la destilería, para darnos un trato especial (jejejeje... Estas risitas las van a entender muy bien Fran González Nieto, Rodrigo y Cristóbal). Estuve a punto de decirle, "¡No! ¡Deja, deja! ¡Tuuuuuuuuuuuuuso!", pero le dije la verdad:
-- Vamos a ir, creo, el día que lleguemos, que será concretamente uno que esté entre el 2 y el 9 de marzo, aproximadamente.
Y el pobre hombre, me examinaba exoftálmico... Lo llamaré. Seguro. Hoy mismo.
¿Cuántos días llevo ya en Escocia? No sé. Tres o cuatro. La cuestión es que nos iremos hacia el oeste, pasando por delante de Inverness (sin parar) hacia el lago Ness, donde si, finalmente, no hay monstruo, ya lo pondremos nosotros. Seguidamente, tiraremos hacia Dornie, último pueblo antes de la isla de Skye, donde el Eilean-Donan Castle va necesitando otra reforma, un niqueladito de profesional y, probablemente ese mismo día, o al siguiente, haremos un recorrido por la isla, incluida la destilería de Talisker.
Ya no hemos planeado más. No sabemos cuántos días no llevará hacer este recorrido, ni si tendremos que volver pitando a Edimburgo para coger el avión. Tampoco hay que agobiarse. Bastante agobiados están ya mis compañeros, que llevan semanas buscando en el ropero las antiguas faldas del colegio de sus hermanas.
Bueno, de vuelta a Edimburgo, vamos a parar en Stirling, pero nada más. Si alguien quiere hacer alguna sugerencia, que aproveche la oportunidad. Se agradecerá. Haremos dos millones de fotos. Ya les aburriremos con ellas.
X. McBea-Murguía
5 Comments:
Edinburgh, Scotland
CURRENT CONDITIONS
45°F (7°C)
Partly Sunny
Rel. Humidity: 87%
Wind: N at 2 mph (3 km/h)
Sunrise: 7:20 AM
Sunset: 5:33 PM
Barometric Pressure: 29.32"Hg (F)
5 DAY FORECAST
Friday 48°F (9°C) | 43°F (6°C)- Rain
Saturday 50°F (10°C) | 40°F (4°C)- Rain
Sunday 47°F (8°C) | 38°F (3°C)- Rain
Monday 51°F (11°C) | 48°F (9°C)- Rain
Tuesday 51°F (11°C) | 48°F (9°C)- Rain
gracias!!!!
Iremos abrigaditos
Javier
Vaya, te largas a Escocia ¿qué pasa con el blog? ahora que me he aficionado vas y te piras a Escocia... además ¿sólo tíos? menudo peñazo, espero que encontréis una buena escocesa antes que al monstruo... la verdad es que tal y cómo lo cuentas el viaje no me apetece mucho, pero espero sinceramente que lo paséis bien. Saludos... Aripg
Pasarlo bien! Una cosina, espero que el coche funcione bien y suba hasta esos castillos, sino, alguno no ve nada, verdad? Pasadlo bien, volved pronto!
P.D: mientras nosotros a ver el Castillo de Sisi, los museos vieneses, el teatro negro, un pasein por el Danubio, jejeje.
besos
Martha
Abrigados no es como teneis que ir, sino impermeabilizados. Ya sabes: katiuskas, capa de agua, paraguas... pero de buena calidad. No valen esos impermeables que te venden en la tiendas de ropa con los que a los cinco minutos bajo una lluvia de verdad ya tienes hasta la ropa interior empapada.
La envidia me corroe, lo confieso.
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