miércoles, septiembre 13, 2006

Inspiración


Queridos amigos:

hoy me siento especialmente inspirado. Será el amor, será el otoño cercano, que es una estación melancólica y poética o, quizá, será esta puta polilla que merodea por la habitación y que me da un asco que no puedo ni verla. ¡Vete bicho! No lo sé. La cosa es que, mientras me hacía el café esta mañana, momento del día en que repaso mis ideas para clavar una nueva estupidez en el blog, se me ha ocurrido algo que voy a perpetrar aquí y que, tal vez, no lo sé, sea... ¡Coño con la polilla!... el principio de un relato más largo, de un cuento o, si persevero, ¿por qué no?, de una novela.

A ver si consigo echar al bicho este que me siento como la víctima de un Drácula nacionalista vasco durmiendo en salto de cama, con el cuello en posición tentadora y un cartel en la yugular que dice "Bébeme, soy RH negativo".

Ya.

Decía que me siento inspirado. Hasta se me ha ocurrido una dedicatoria especial, que es lo bonito, dedicar primero y escribir después. El argumento del relato, aunque no está aún muy definido, puede ser la historia de un hombre de edad y rentas que está en su casa todo el día leyendo best-seller de temática histórica, de estos en que la Iglesia Católica esconde un secreto que puede destruir a la humanidad, y tanta es su obsesión por los libros de este corte que, al final, se vuelve medio majareta y decide ir por esas Iglesias de Dios resolviendo enigmas que su cabeza ida imagina, con claves secretas de por medio, tumbas olvidadas y secretas de caballeros templados (sí, sí, templados, piripis, ebrios...), cuadros de El Bosco que esconden enigmas sobre la reencarnación de Mikel Andoni de Somorrostro... Hasta se me ha ocurrido un pasaje, humildemente alucinante, en el que el tipo la emprende contra unos molinos de viento al grito de que son sicarios del Opus Dei. No me digan que no es una buena idea. Les voy a soltar aquí el principio, que lo fundamental en cualquier escrito es tener un buen arranque que meta de lleno al lector en la historia, y ya me dicen ustedes, si les apetece, qué opinan... Yo comparto esto con ustedes con generosidad, pero, por favor, no me copien... No me sean capullos:

"En un lugar de Segovia, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor".

¡Bueno, bueno! ¿Verdad? Pues nada, ya les diré como avanza la historia. La dedicatoria va a decir: "Para Miguel de Cervantes, por el empujoncito, Ana Rosa Quintana y Lucía Etxebarría, descubridora de la técnica narrativa llamada intertextualidad".

Les dejo ahora que me estoy escribiendo una de Faulkner que voy a titular "El ruido y la furia".

X. Bea-Murguía (me he venido arriba... Hagan CLIC aquí y lo entenderán)

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Jaajajajajaaaaaaaaaa. ¡Muy bueno! si señor. Ya era hora de que pusiesen en su sitio (o se pusiese ella solita) a esta tía con pinta de sucia con aires de grandeza. Es que no la trago.

Besos.

13 septiembre, 2006 10:28  
Blogger Último Íbero said...

¿Ponerla en su sitio? Dirá que la culpa es del negro que le escribió el libro, que ella se limitó a firmarlo y poco más.

O mejor aún, que es un "homenaje", que también se estila mucho.

13 septiembre, 2006 22:19  
Blogger Unknown said...

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curry 3
20170706

06 julio, 2017 08:12  

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