El retrato
Queridos amigos:
ayer, como hizo un domingo de los de ¡Viva el cambio climático! (no como este lunes de ¡Vaya mierda el cambio climático!), estuvimos todo el día en el centro disfrutando del buen tiempo, del cañismo patrio y del pinchismo nacional. ¡Viva Españñña, coñññño! ¡A tomar el té a Gibraltar! Un Madrid lleno de luz y de guiris a piel vista que llama ya a la primavera por su nombre.
Por la mañana, tomando el aperitivo con Javier Marca y Bárbara Escamilla, tuvimos la oportunidad de aprender algunas interesantes expresiones en bable, como "Píquenme los güeyos" (que viene a significar que se te ha metido algo en el ojo), para la futura Asturian Experience, su boda, que será en Asturies el 14 de abril.
Por la tarde, y esto es una recomendación, fuimos al Museo Tita Cervera a ver la exposición "El retrato" que, ustedes, que son gente de mundo y de cultura, no deberían perderse. Vayan, vayan... Sobre todo, si les gusta, como a mí, Egon Schiele porque tendrán la oportunidad de apreciar cuatro obras del expresionista austríaco, entre ellas el retrato de su mujer, Edith, que he buscado como loco por internet para compartir mi entusiasmo con ustedes, pero también para ver a su compañerete, no menos retorcido y apasionante, Oskar Kokoschka. Sólo por estos dos, ya merece la pena. Amaya Corrral Yunquera, de los Yunquera de toda la vida, ¡no te lo pierdas!
Junto a ellos, Kirchner, Modigliani, Cezanne, Matisse, Gauguin, Van Gogh, Miró (uno de sus retratos demuestra que, al contrario de lo que pasa hoy, los pintores que rompieron con todo pero de verdad, antes de experimentar, antes de hacer el giliPollock, dominaban la técnica), Gris, Dalí el pintacromos, un Munch que da tanto susto que te arrepientes de no haber pedido muerte...
¡Ah! Picasso. Es verdad.
Para ser redonda, acepten mi pequeña crítica de no experto en arte, tengo que decir que se echa en falta a uno de los mayores genios del siglo XX: Maradona. Con un Maradona, la cosa habría sido de éxtasis místico.
Un autorretrato de Frida Kahlo suscitó varios temas de discusión. Yo, que soy un retrógrado, sostengo que esta mujer habría hecho muy bien en ir a Corporación Dermoestética o, en su defecto, autoretratarse con burka o de espaldas, que era su perfil bueno, aquel del que Diego Rivera más fruto obtenía del esplendor de su hermosura, abrazada a un mar de calas. Mi hermana Uxía, que la admira, asegura que Kahlo vindicaba otra femeneidad no sujeta a los rigores de la belleza física, esa esclavitud cosmética que hoy, a través del márketing y de modelos horterones como los Beckham, quieren imponer también al hombre. Por supuesto, mi hermana tiene razón, pero eso no quita para que Kahlo, al pintarse a sí misma, exagerara esa pelusilla de recadista para presumir de tener más bigote que un guardia civil e, incluso, para recabar fondos para la Unicej. A mí, con todo el valor que se le quiera dar, me horripila, me parece feo, quizá porque sí estoy sometido a los cánones de belleza o, tal vez, porque me encanta Salma Hayek. Y este fue el segundo tema de discusión y reflexión profunda (esto es lo bueno que tiene ir a exposiciones) que suscitó el cuadro de Frida Kahlo: se dividió la audiencia entre los que prefieren a la Hayek y los que nos decantamos por J-Lo vestidita de Gracita Morales en "Las que tienen que servir".
Además de todos estos consagrados y archiconocidos, pintores desconocidos, al menos para mí que tengo poca cultura, como el alemán Felix Nussbaum, judío asesinado en Auschwitz en 1944, que culmina la exposición con un autoretrato con pasaporte, alegórico del Holocausto, que, aunque no es el estilo de pintura que más me gusta, me puso los pelos de punta.
La exposición está dividida en dos. Nosotros fuimos a ver la parte del museo Tita Cervera. La otra parte está en la plaza de San Martín, en Cajamadrid. Vayan a verla. Por favor.
X. Bea-Murguía (hamante de la qultura, como Tita).
Etiquetas: Pintura
6 Comments:
Sí, el de Nussbaum es escalofriante y viendo estos retratos el otro día comprendí: que Cèzanne se dedicara a los bodegones, que Miró pasara el pincel a su hija pequeña, que Van Gogh se cortara una oreja (lo único definido en el cuadro además de esa mirada de "me voy a cortar una oreja"), que la figura de "El grito" también es Munch y que no le habría dejado las llaves de mi casa. Coincido con lo de Schiele, me apasiona, y Kokoschka, aunque mucho peor,me interesa. No coincido con lo de Dalí. Un tipo capaz de retratar a Picasso con el cerebro derretido saliéndole por la lengua es, además de un cachondo, forzosamente un genio... Je.
Empezaría diciendo buenos días, pero no tengo claro si lo son. Efectivamente, el cambio climático nos ha dado los buenos días con un viento de la leche, frío y eso sí, sol (al menos no se mojará la ropa tendida esta vez... lo más probable es que simplemente salgan mis bragas volando por la terraza para terminar encima del capó del taxista de la parada de abajo de casa, pero la ropa, hoy, no se moja). Pues eso, que con este viento de doscientos mil km/hora, no sé si los cristales de la oficina van a sobrevivir, o sencillamente se romperán en cualquier momento, desde luego, con el ruido hacen, meten miedo.
Para la casamentera de Asturias (la verdad es que no podía haber elegido mejor sitio, yo también me casé allí -la elección buena fue hacerlo en Asturias, lo que ya no sé si es tan bueno es casarse... pero si la chica se ha animado, voy a obviar la explicación sobre lo difícil que resulta tan ardua tarea (sobre todo hasta que consigues hacerte con el mando de la tele y que hasta tu hijo se cosque y lo pinte en el cole). Para explicaciones sobre cómo lograrlo, mejor se remitan a Bea, que hasta el momento es nuestra heroina en-casa-llevo-yo-el-mando (sé que un día de estos pagaré con Javier este reiterativo alarde sobre los atributos de su mujer!). Yo sólo me ofrezco a la casamentera por si necesita alguna ayuda para encontrar fotógrafo, video o similares...
Con respecto a Frida, entrecejo aparte, por favor, no renieguen sobre la estética, que Bea y yo comemos de publicar lo estupenda que se vuelve una con un par de cremitas y tres masajes (obviamos, por supuesto, que para que el resultado sea de verdad efectivo y antigravitatorio, es necesario un marido que patrocine el "restiling de cara y cuerpo", a base de botox y cirugía plástica... o si no, que subvencione una crema "anti-arrugás" que nos han soplado venden en el Corte Inglés a precio de millonario. Las pobres me temo seguiremos viviendo con arrugas... para el entrecejo, gracias a dios, tenemos pinzas que valen dos duros y las puede usar una misma sin tener que pagar más que el propio pellizco que una se propine.
Hola Van,
lo tuyo con Schiele denota, una vez más, tu extraordinario buen gusto. Dalí era un genio, yo no me atrevo a ponerlo en duda, pero a mí no me gusta.
Por otro lado, el "reiterativo alarde sobre los atributos" de mi mujer que hace la Discípula denota mi extraordinario buen gusto. Estoy de acuerdo en lo que dices sobre ella punto por punto. Por mí, no te canses de decirlo.
Besos a las dos.
Javier
Hola Van,
lo tuyo con Schiele denota, una vez más, tu extraordinario buen gusto. Dalí era un genio, yo no me atrevo a ponerlo en duda, pero a mí no me gusta.
Por otro lado, el "reiterativo alarde sobre los atributos" de mi mujer que hace la Discípula denota mi extraordinario buen gusto. Estoy de acuerdo en lo que dices sobre ella punto por punto. Por mí, no te canses de decirlo.
Besos a las dos.
Javier
Frida Khalo era el antropoformo asexuado que anhelaba Dalí, al tiempo que Van Gogh anticipó en medio siglo los retratos de Picasso al colocarse la oreja en una mano y los ojos al biés.
Schiele era -es triste decirlo, pero es verdad- un calzonazos menopáusico y hortera como demuestran esas mujeres tísicas y recatadas que en realidad esconden un test de Roschard en el frú frú. Concretamente, en el retrato de su esposa, lo más interesante de todo es el autorretrato de Schiele bajo la falda cometiendo actos impúdicos con un helado de fresa.
Gaitero
Es que tú también eres un poco retrógrado.
No sólo voy a serlo yo.
Javier
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