jueves, septiembre 27, 2007

Cabezas de polla


Queridos amigos,

supongo que todo el mundo sabe qué es una cabeza de polla y me ahorro las explicaciones.

Anteayer fui a Barcelona, a la presentación de unos puros nuevos, Ashton V.S.G., que empezarán a comercializarse en España en breve. Vino hasta el número 2 de la compañía, un americano que se llama Chip. Hagan las bromas pertinentes, ya las hicimos todas nosotros, pero el hombre estaba desconsolado porque Chop no había querido venir. Al parecer, se ha liado con el Pato Donald. Su mujer también vino. Se llama Bit: sólo sabe contar del 0 al 1.

En el aeropuerto, la tuve con el de seguridad. Como siempre. No me resisto.

Fui bastante apurado por la mañana, perdiendo el culo desde primera hora entre unas cosas y otras, así que hice la maleta de cualquier manera. No caí en el error porque, además, Beatriz me estaba diciendo que me llevara un portatrajes, que iba a ir por la noche arrugado como una pasa. No quise porque una vez me obligaron a facturarlo. La población aeroportuaria aplica las normas, o no, dependiendo de cómo se hayan levantado y quería ir sobre seguro y lo seguro es que la maletita pequeña escapaba a su arbitrariedad.

Pasé la cola de seguridad, hice el strip-tease reglamentario para atravesar el arco detector de metales sin contratiempo y sin cacheos. Todo correcto, a pesar de mi cara de alqaedo. Cuando voy a recoger mi maleta, me dice el guardia que está allí viendo la tele:

-- ¿Esta maleta es suya?

Ya estamos, pensé. La profe me tiene manía. A veces pienso que me voy buscando problemas para, después, tener algo que contar en el blog.

-- Sí, es mía.
-- Lleva usted un espray que no puede pasar -me dijo señalando en el monitor la radiografía de mis vergüenzas.
-- ¿Eso? Es espuma de afeitar. Es para afeitarme.
-- Sí, sí. Estoy convencido de que es espuma de afeitar, pero no puede pasar porque es demasiado grande. Es la ley, caballero. Tiene usted que facturar la maleta o tirar el espray aquí.

En los últimos tiempos, siempre que alguien me ha llamado caballero, después, me ha jodido. Ya entiendo que "caballero" es una especie de amenaza. Facturar la maleta estaba ya descartado: perdería el avión.

-- Si quiere, saco el bote de la maleta y pruebo la espuma aquí, delante de usted.

No era por la espuma de afeitar. Eso me daba igual: ¿han visto a Gary Cooper en "Horizontes lejanos"? Pues yo soy capaz de rasurarme igual, igual con el cuchillo jamonero o con el cortapuros si hace falta. Tengo que resistirme porque es parte de mi personalidad. Cuando hay una ley que es estúpida, obedecerla ciegamente, sin excepciones, es de ser un cabeza de polla.

-- Abra la maleta y dése prisa, por favor: hay gente esperando.
-- ¿Voy allí a abrirla?- pregunté señalando a las mesas que han instalado detrás de la seguridad para que los sometidos al abuso aeroportuario, sospechosos todos ellos, recuperen la dignidad y la compostura-. Es que tiene un mecanismo explosivo muy delicado y si lo hago aquí, lo mismo le pongo perdido de sangre.
-- No- ya enojado-. Ábrala aquí.

Comprendí que no le hacían gracia mis chistes. Es normal. Son muy malos. Si en vez de un guardia de seguridad hubiera sido un benemérito, no me habría atrevido. Las cosas como son.

-- Mire -le dije con el bote de espuma de afeitar en la mano-. ¿Ve? Está casi vacío. Le queda un culín así que puede usted considerar que cumple los requisitos legales: es un culín de espuma legal.

Pero ya no me hizo caso. Llamó a una compañera y le dijo que tirara el bote a una de esas papeleras enormes que han instalado para casos de emergencia, que están forradas de una aleación de titanio y plomo que inhiben el material radioactivo y explosivo.

-- Tenga cuidado al arrojarlo a la papelera -le dije a la compañera-. Es una espuma de afeitar muy nerviosa: explosiona con mirarla.
-- Ustedes se enfadan con nosotros -me contestó la compañera-, pero es la ley.
-- Cuando la ley es estúpida, aplicarla a rajatabla es igual de estúpido.

Es de cabeza de polla. Sé que es una batalla perdida, pero no me conformo. Ya ven.

Como estaba picado, ayer, a la vuelta, probé a pasar el cortapuros por la seguridad. Pasó sin problemas. Estuve tentado de secuestrar el avión amenazando al piloto con practicarle la circuncisión y la ablación a todos los pasajeros.

X. Bea-Murguía (aunque les quiten la espuma de afeitar, protesten, coño, protesten).

8 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Lo bueno de esto es que tienes anécdotas que contar y además es una forma de entretenerte en vez de desesperarte al ver que tu avión sale con tres horas de retraso.

Y respecto al aseo recuerda la brocha y el jabón de mano pero que no sea reactivo, porque sino irá al cubo de titanio

saludos

27 septiembre, 2007 11:56  
Anonymous Anónimo said...

La próxima vez vete en burra, aunque con la suerte que tienes o le quitan el sombrero del burro en la estación de Servicio o Cebadería de carretera, o te para la Guardia Viril por no pasar la ITB (Inspección Técnica del Burro).

Es tu sino.

P.D. La próxima vez, y todas las siguientes, hazle caso a tu mujer.

El Frutero Aduanero

27 septiembre, 2007 11:56  
Anonymous Anónimo said...

A mi, en el aeropuerto de Las Vegas (llamado McCarran, saquen sus propias conclusiones) me quitaron un mechero. Acto seguido, el de seguridad, un negrazo de dos metros en todas las direcciones, me obsequió muy amablemente con dos cajas de cerills en sutitución.

Estuve MUY tentado de montar un fuego en el avión con las cerillas pero luego pensé que para visitar Cuba, mejor La Habana o Varadero que Guantánamo, y me la envainé.

Cosas que pasan.....

Siento curiosidad por saber si hubieras tenido los güevos de gastar esas bromas en un aeropuerto estadounidense... ;-)

27 septiembre, 2007 12:05  
Anonymous Anónimo said...

Sí, anónimo, eso es lo bueno, pero te garanrizo que era gel de afeitar Gillette del que venden en el Mercadona. Si era radioactivo, llevo afeitándome con él años... Espera... Espera... !ahora entiendo lo del tercer huevo!

Frutero, me parece muy bien lo que dices, pero recuerda que yo he leído el "Cállate, coño" y la segunda parte estoy pendiente de que me la pases.

Juan, no tengo huevos para eso. El dinero y los cojones son para las ocasiones. Yo estuve en el aeropuerto de Las Vegas y después de ver cómo cacheaban a una pobre anciana en silla de ruedas, decidí que no quería visitar el cuartito de los espejos donde cogen el guante de latex y te hacen la colonoscopia o lo que haga falta

Javier

27 septiembre, 2007 12:25  
Anonymous Anónimo said...

Esas "papeleras" de titanio son, en realidad, los proveedores de las tiendas de duty free del aeropuerto.

27 septiembre, 2007 17:38  
Anonymous Anónimo said...

Querido boss. todavía estoy a carcajadas. Muy bueno. Siento no haber podido ir a la presentación de los puros de Fer, ya sé que preguntaste por mi jubilación y que me quieres. Como suele decirse: Los puros buenos pero la historia cojonuda. Yo también te quiero. Besos. G. of Lyon

27 septiembre, 2007 21:58  
Anonymous Anónimo said...

Querido Gonzalo,

cuanto te ha dicho tu informante es cierto. Un tío muy majo, me cayó muy bien, espero que sea capaz de igualar el listón de su antecesor. Le deseo mucha suerte.

A ver si vienes por el pueblo.

Un abrazo

Javier

27 septiembre, 2007 23:14  
Blogger Unknown said...

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