Fin de fiesta
Queridos Reyes Magos:
He visto lo que habéis dejado en mi casa y alucino. No quiero parecer ingrato, así que perdonad que os haga una pregunta: ¿habéis tenido suficientes juguetes para todos los niños del mundo? Lo digo porque en mi casa, se os ha ido la mano un pelo y, claro, pienso que lo mismo es que habíais echado ya un vaso o dos de más. ¡Si es que no puede ser! Para el año que viene, hacedme caso: no os sintáis obligados a tomaros todos los whiskys que os dejan los papás. Tened claro que el whisky no es para vosotros, que no sois más que una mera excusa.
La verdad es que este año habéis sido extraordinariamente generosos, opulentos, magníficos y, claro, ahora empezaremos a notarlo. Quiero que sepáis que, con respecto a vosotros, el gran chasco de mi vida no fue cuando mis primos me contaron que no existís y que los regalos los compran los padres. No. Fue mucho peor cuando me di cuenta de que los Reyes Magos soy yo, que yo tengo que ir a comprar todos esos regalos y endeudarme para pagarlos. Esto sí que es jodido. Sobre todo porque, como siempre, el pueblo a cardar la lana y Sus Majestades, a llevarse la fama y a salir en el “Hola” y todo eso. ¿Dónde coño queda el “patriotismo social”?
Bromas aparte, a mis 33 años yo sigo creyendo en vuestra magia, aunque quizá este año velada por la constatación del parecido físico que guarda Melchor con un vecino mío. Te vi en la cabalgata de Tres Cantos, Melchor, macho, y es que eres clavado. Menos mal que me llevo bien con él, que si llegas a parecerte al cabrón que me tuvo un año amargado con las humedades de la cocina, me enciego y te devuelvo la lluvia de caramelos con la misma mala leche que los lanzan tus pajes. Aprovecho para pedirte por favor que digas a esas dulces criaturas que, para el año que viene, lancen los caramelitos hacia arriba, porque tiran a dar y hacen daño ¿sabes?
Decía que aún creo en vuestra magia, porque viniendo de Oriente, con camellos y un colega con pinta de subsahariano, que hayáis entrado en España es, por lo menos, raro, raro. Además, con todos esos regalos que no se haya hundido la patera es un milagro. En todo caso, me gustaría pediros que dejéis de engañar a los niños españoles. Bastante lío educativo tienen por culpa de los políticos y sus desacuerdos, que ya no saben si la vaca es ese animal con cuernos que da leche o ese otro que come zanahorias: vosotros NO VENÍS en camello. El camello es ese amable joven que reparte caramelos en la puerta del colegio. Vosotros llegáis a España en dromedario. ¿Vale? Camello, dos jorobas; dromedario, una (el del paquete de Camel, para daros una pista).
Con vuestra partida, huele a fin de fiesta, y en buen hora amigos, que yo estoy hasta los huevos de tanto buen rollo y necesito un poco de la mala leche habitual, en vena, si es posible, porque en el fondo es mi rutina y, como supongo que les pasa a todos, me siento un poco perdido sin ella.
X.Bea-Murguía.
PDT: Muchas, muchas, muchas gracias por las entradas para el concierto de los Rolling Stones. ¡Eso sí que ha sido un regalazo!
3 Comments:
Mala leche la que te gastas habitualmente, ya que hay que tenerla bastante reconcentrada para escribir estas cosas. Ya sabes que a mi si me gusta la navidad y me gusta que haya regalos de Reyes, aunque tu cuenta, que es también la mía, se resienta. Es una vez al año y al final el dinero que hay se va, si no es en esto, en otras cosas mucho más chorras y que no hacen feliz a tu hijo, así que mientras existan los Reyes Magos, habrá regalos para un niño en mi casa. Ah, y el de las entradas ha sido Gaspar. De nada, chato. ;-)
Hola cariño,
esto sí que es bueno: una discusión en pareja en un blog de internet... ¡Tiembla Gran Hermano! ¡Reza lo que sepas Isla de los Famosos!
Resumiré mi postura en una frase corta: regalos, a favor; lluvia de regalos, en contra.
Si ves a Gaspar le preguntas que si quiere venir conmigo al concierto, chatina.
Ja, Ja, Ja. Me hace gracia, vamos que me descojono, al leer la frase: "lluvia de regalos, en contra". Dado que lo de la lluvia de regalos te lo inventaste tu y que fuíste artífice, no solo de ella, sino de hacerla realidad literalmente, vuelves a contradecirte, cariño.
En cuanto a lo del concierto, Gaspar ya lo daba por hecho, chatín.
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