domingo, febrero 12, 2006

El Mariboro Country


Queridos amigos:

la vida es, como pretendía Marisol, una tómbola (tóm-tóm-tómbola) de luz y de color (de luz y de colooooor), en la que todos encuentran un amor, pero, además, amigos y amigas, la vida es una pura contradicción. Piensen en ellos: eran vaqueros de postal, pero cuidaban ovejas; eran rudos y fumaban con mirada infinita, pero también de rodillas; iban a pescar, pero eran unos truchas; él monta toros de rodeo, pero prefiere que le atoren sin rodeos. Ang Lee quiso filmar un western, pero perpetró un prolongado tiempo muerto del género pastoril, con guión original de un tataranieto de Garcilaso de la Vega, con su locus amoenus (Brokeback Mountain-Wyoming), su siringa, su refrote, su que te persigo, que te cojo y hacemos la croqueta ladera abajo y estas cosas que en el Marlboro Country no se estilan, pero en el Mariboro Country, sí. ¿Les parece poca contradicción? Pues ahí va otra: Ang Lee quiso narrar una historia de amor homosexual, pero ni reivindicativa, ni pedorra, ni petarda, ni floripón, ni casposa, y eso es algo que, al menos, se agradece en un mundo asqueroso en el que los amigos gays son medallas, la aceptación es falso entusiasmo y la normalidad es tal que los homosexuales salen del armario para ganar un puñado de votos o son usados de florero para pretendidos progresistas. Si yo fuera homosexual (cosa que vistas las ventajas que tiene hoy empiezo a pensarme) mandaría a más de uno a tomar por el culo. Ésta es la parte de sombrerazo (vaquero, por supuesto) de "Brokeback Mountain" (que, por cierto, significa "La montaña rota por detrás").

Sin duda, "Brokeback Mountain" es una historia de amor no recomendada para extremistas (de ambos lados), pero es, sobre todo, una película melancólica y semimuda sobre el paso del tiempo (que no acaba de pasar), en una América profunda y polvorienta en la que tendrán ustedes una nueva sensación de eternidad sólo comparable a la gran "Siete años en el cine" en la que nos aburrió la efébica hermosura de Brad Pitt. Si, encima, van ustedes cojos, medio lesionados en el muslo izquierdo por haber sido víctimas de una mala entrada en el partido del Racing Culebras, estarán deseando que acabe porque ya no sabrán cómo sentarse. Pero no, la película no acaba casi nunca.

Como historia de amor es muy bonita y completa, con su egoísmo, sus celos, su añoranza, su pasión, entre dos hombres pero sin una sola mancha de aceite. Me recuerda a la de los dos pingüinos del zoo de Alemania, que se llaman José Alfredo y Rigoberto y no sólo es que se quieran, es que pasan de las pingüinas pendonas que les han puesto alrededor para ver si se creen que el amor y la procreación es el mismo rollo. Yoseal y Rigo viven su idilio y no quieren ni acercarse a esas pájaras bobas que visten unos modelitos tan horteras por más que se empeñen los veterinarios (¡esos malditos homófobos ultramontanos!).

Aunque, por lo dicho hasta ahora, puedan creer ustedes que no me gustó, les recuerdo que la vida es pura contradicción: si no fuera por el ritmo narrativo extremadamente lento, sería una buena película, pero es un poco coñazo, la verdad.

X. Bea-Murguía

27 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Pá mi que lo siguiente va a ser la serie "Canción Triste de Chueca street", protagonizada por Chuchu Norris en su papel de Teniente Caxtillo. No está mal este rollo "Roll on-Roll of", (es más, propongo que Partagás patrocine una carroza en la fiesta del orgullo gay, que motivos habrá muchos) pero si quieres ir al cine, entre vaqueros trucha y Almodovar, prefiero ver Valiant tres veces.

Peña "Hijos del Solomillo"

13 febrero, 2006 10:39  
Blogger H.Wells y X.Bea-Murguía said...

Joder, pues yo he visto "Valiant" una vez y casi prefiero que me hagan una versión zoofílica de la relación pastor oveja y la titulen "El Alto de los Portillos" (es una broma local). Ahora, que no la haga Almodovar que seguro que la oveja es amanerada y de flores. Que la haga Amenabar y así no sabremos si es el pastor el que se tira a la oveja o al revés hasta el f... Bueno, no lo sabremos nunca.

XBM

13 febrero, 2006 12:37  
Anonymous Anónimo said...

La alusión primera suena altamente homófoba. Se percibe por detrás la risa del mariquita reprimido nervioso en el fondo del armario. En cuanto a la lentitud de la película, arde al ritmo de un Cohiba. Hay quien prefiere un cigarrillo y una canción de las Spice Girls a un buen puro y una sinfonía de Bruckner. Bruckner Back Mountain. Allá ellos.

13 febrero, 2006 15:10  
Blogger H.Wells y X.Bea-Murguía said...

¡No dispares, vaquero, que me rindo! (Esta frase ya nunca significará lo mismo). Soy inocente, lo juro. En cuanto al Cohiba, estoy definitivamente a favor del Laudate Dominus y un H.Upmann nº2, pero fumado a su ritmo. Si a un puro no le das ritmo, se apaga, se adormece hasta morir. Insisto, la peli me gustó, pero me pareció muy lenta. Para sueño imposible en ambiente hostil, prefiero "Billy Elliot".

XBM

13 febrero, 2006 15:30  
Anonymous Anónimo said...

Billy Eliot. Dios mío, recuerdo aquella crítica inmortal de critifrase: "Un niño marica que baila". Yo no creo que la película sea lenta, tiene el ritmo que requiere esa historia tan triste que abarca veinte años y toda la vida. Hace falta llegar despacio hasta ese instante dolorosísimo y cenital en el que el tipo descubre las dos camisas juntas. Qué detalle, qué sutileza. A mí me aburren infinitamente más, por ejemplo, la hiperaplaudida "Lost in translation". Al igual que "9 semanas y media", es un anuncio de colonia muy largo. Será cuestión de gustos, pero creo que para una vez que los gays salen como hombres y no como soplapollas descerebrados y travestidos (vease cualquier peli de Almodovar, la que quieras) merecía la pena.

13 febrero, 2006 22:08  
Blogger H.Wells y X.Bea-Murguía said...

Puestos a destacar detalles, no quiero destripar la película a nadie, pero si recuerdas la escena en que, en la caravana, abre el armario y cómo mira la postal de la montaña... Estamos de acuerdo en que son hombres, que ellos mismos se dicen el uno al otro: "Yo no soy marica", y no floripones. Eso es lo chocante de la película, la contradicción que yo decía (un poco a modo de chunga). Como ya sé quién eres (pirata), sabes que estoy casi de acuerdo contigo y lo defenderé con un caldo delante cuando haga falta (aunque no pienso pasear contigo de la manita). Lo demás son matices. Un abrazo

Javier

13 febrero, 2006 22:20  
Anonymous Anónimo said...

Pues yo estoy de acuerdo con Javier, pero no voy a ser tan benévola. Yo ya debería saber que una peli con tanto Oscar no tiene que significar, para mi, que sea una gran peli, pero al final siempre pico. Esta eternidad se resuelve con un topicazo, la muerte, al que había que dar un poco de brío por aquello de que estamos hablando de Cowboys y no de Manolo y Pepe, de Chueca.
Si si, mucho amor pero sin mariconadas... Creo que son los argumentos que utilizan los heteros para poder tragar algo que en el fondo de sus entrañas les eriza los vellos.
¿Historia de amor transgresora? Ja. Habría sido así si se hubiesen puesto un rancho cerquita del pueblo y fuesen a hacer la compra juntos al super. Más atrevidos los he visto en mi pueblo, que aunque no son de Wisconsin, son de tierra adentro y si, un matrimonio.

14 febrero, 2006 10:08  
Anonymous Anónimo said...

¿De verdad? ¿Un matrimonio? ¿Con niños, como en la película? ¿Cada uno los suyos? Qué bonito.

14 febrero, 2006 11:40  
Blogger H.Wells y X.Bea-Murguía said...

Sin niños, pero sí, les llaman "El matrimonio" suman entre los dos más de 120 años y llevan juntos la pila de años. No digo a qué se dedican porque se lo van a tomar a cachondeo. Progresismo es aceptación natural y no ostentación absurda. No te digo que hay ahí una película titulada "El alto de los Portillos".

Javier

14 febrero, 2006 12:25  
Anonymous Anónimo said...

Con tanto usuario anónimo me hago cierto lío, la verdad. Aunque algunos gracejos me suenen familiares, ya no se ni a quién leo. ¡Salid del armario ya! (bloggisticamente hablando)

14 febrero, 2006 12:32  
Blogger H.Wells y X.Bea-Murguía said...

JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA

¡Qué fina!

Javier

14 febrero, 2006 12:32  
Anonymous Anónimo said...

El anonimato es una ventaja ;-)) Por cierto, yo soy el Anónimo 1, el de Chuchu Norris, y al que me dice que tras mi comentario se esconde "risa del mariquita reprimido nervioso en el fondo del armario", me río hasta troncharme los huevos. Lo que estoy es hasta los cojones de tanta "une nouvelle cuisine", de tanto color "beige" y tanto VW Beetle. Que pasa, que no se puede estar en contra de algo... o no en contra, pero por lo menos defender otras formas de ver la vida. Y no voto al PP, para los capullos que vean en esto algo político. Por si aca.

14 febrero, 2006 21:21  
Blogger H.Wells y X.Bea-Murguía said...

HEEEEEEEEEEEEEY ¡Fidelidad a prueba de oceanos! Un aplauso para Hartigan cuya opinión huele a Allende los Mares...

Valiant es una película de dibujos animados sobre pichones cuyo principal activo es que te mantiene a la criatura hipnotizada una hora y pico, tiempo que uno puede aprovechar para una terna muy variada de actividades que va desde rezar a follar. Hay que ser padre para valorar en toda su dimensión esta bendita propiedad del cine infantil, aunque sea malo. En este sentido, "Valiant" es INFINITAMENTE mejor que "Brokeback Mountain".

Como ya he dicho, las pelis de amor no me van y ésta no me ha gustado ni más ni menos que "Los puentes de Madison". Simplemente.

Yo no voy a calificar a nadie de homófobo ni de mariquita reprimido (aunque en algunos caso, ;) sí lo pienso) porque sea duro con la película, o sarcástico cada uno a su estilo, como tampoco creo que todo el que haya salido sonriendo del cine es gay. Ni calvo ni con dos pelucas.

Un abrazo

Javier

15 febrero, 2006 09:25  
Blogger H.Wells y X.Bea-Murguía said...

Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

15 febrero, 2006 09:26  
Blogger H.Wells y X.Bea-Murguía said...

Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

15 febrero, 2006 09:27  
Blogger H.Wells y X.Bea-Murguía said...

Esos dos comentarios los he borrado yo, porque no sé por qué había colgado el mismo tres veces.

Javier

15 febrero, 2006 10:32  
Anonymous Anónimo said...

Vamo a ver. Lo de mariquita reprimido lo dije yo, qué pasa. Lo que ocurre es que no sé cómo poner los blogs. A ver si ahora, en plena era almodovariana, va a ser un insulto llamar a alquien mariquita reprimido. Claro que parece que la fuerza agresora está en el adjetivo: reprimido. A mí también me revienta la nouvelle cousine, el beige y Almodovar: por eso mismo me gustó tanto Brokeback Mountain. Tengamos cuidado con las risas tronchantes, no vayan a ser nerviosas

El gaitero

15 febrero, 2006 11:11  
Anonymous Anónimo said...

"Ahora, en plena era almodovariana, va a ser un insulto llamar a alquien mariquita reprimido", ¿Sólo por que un tío hace pelis de homosexuales y está de moda te da derecho a decir a la gente "mariquita reprimido"? ¿Qué pasó cuando viste "Atracción Fatal"? ¿Ibas llamando a la peña "cornudo acojonado"? Ah, y la fuerza agresora no está en el término "reprimido", está en el que te creas con derecho a decir lo que quieras a quien quieras sin que tengas el cerebelo de admitir otras ideas. A mí me puedes llamar lo que quieras, porque yo soy tolerante, no como tú, y por cierto, me gustaría que me definieras "mariquita", para los profanos ¿trucha? ¿Maricón? ¿Gay? ¿Amanerado? ¿Simpático? ¿gracioso? Sólo por saber. Y por último, reir es algo sano, y mejor troncharme los huevos riéndome a que me los tronche otro a mordiscos.

15 febrero, 2006 11:37  
Anonymous Anónimo said...

Vale, hombre, no te mosquees. Ya veo por los términos que empleas y sobre todo por tu tono, lo tolerante que eres. Reírse es algo sano. De uno también. Y también de los que cuidan ovejas. "Mariquita", por desgracia, es un insulto, como todos los términos que definen la homosexualidad. Perdona si te ofendí. A mi jamás me ofendió que me llamaran mariquita, aunque no lo sea. Intolerante, sí, mira tu por donde.

Gaitero

15 febrero, 2006 13:53  
Blogger H.Wells y X.Bea-Murguía said...

EH... Tranquilidad. Nada de pegarse. Besarse. ¿Por qué no quedáis a solas en un prado retirado y os entregáis al amor?

Lo bonito de opinar es que siempre hay alguien a quien le jode.

El moderador

15 febrero, 2006 14:14  
Anonymous Anónimo said...

Y puntualizo: el derecho que me da de llamar a alguien "mariquita" es el mismo que tienes tú de llamar "capullos" a los que no piensan como tú (comentario de las 21.21). El sagrado derecho a la libertad de expresión incluye el peligro de ofender a mahometanos, intolerantes y ovejeros. Así son las cosas. Ahora vámonos todos á cuidar ovejas. Tú también, moderator. En esto del amor gay, ya va haciendo falta hacer tríos. Como en Cabaret,ahora que caigo.

Gaitero

15 febrero, 2006 14:24  
Blogger H.Wells y X.Bea-Murguía said...

Id yendo vosotros dos y comenzáis sin ninguna vergüenza, que el prado es muy grande. Yo me uno luego. Es que tengo que mirarme las purgaciones.

Javier

15 febrero, 2006 18:02  
Anonymous Anónimo said...

Los que ven en la homosexualidad algo político son unos capullos, unos aprovechados y unos oportunistas que jamás les ha interesado nada que no sean los votos. Por eso son unos capullos. ¿Tú eres político? ¿Utilizas la homosexualidad para identificarte en un partido u otro? Entonces eres un capullo. Si no, entonces no eres un capullo. La capullez es un estado de vida, se nace o se hace capullo. Yo creo que te haces, y cuando finalmente se abre el capullo que llevas dentro, te vuelves más feliz, más libre, más puro, y te vas al campo a cuidar ovejas. Se trata de un proceso que nace del capullo para convertirte en ¡¡¡¡Mariposón!!! Madre del Amor Hermoso, entonces, ya me he liado. El político si es capullo, entonces es mariposón. Joder, ¡VIVA CEROLO! Lo que yo te decía.

15 febrero, 2006 19:26  
Blogger H.Wells y X.Bea-Murguía said...

Jajajajajajaja

Casi has conseguido convencerme, pero no... Sal del armario de una vez que seguro que escribes disfrazado de Campanilla.

javier

15 febrero, 2006 20:01  
Anonymous Anónimo said...

Efectivamente, soy un capullo. Pero no un político. Eso sí ques un insulto grave. Hasta ahí podíamos llegar, señor mío.

16 febrero, 2006 13:45  
Anonymous Anónimo said...

Yeeeeepa, vos sos un capullo, prepotencia la suya. Yo sí soy un capullo, tú eres un capullo, todos sos un capullo. ¿Hay algo más bonito que un capullo? Joder, hay que analizar la palabra capullo. Mi abuela, que en paz descanse, me decía "Capullo", y haber quién tiene cojones a decir que mi abuela no me quería. Cago en.
Un capullo es lo más bonito de una rosa; un capullo es el origen de una increíble mariposa. Y un capullo es el título de la famosa canción "capullito de Alhelí" que no es bonita ni ná.
Así que Gaitero, encapullémosnos en un "fondué", que es lo que me pone. Libémosnos el jugo de la vida, y escondamos nuestros rencores. ¡Quiero ser alcalde para poder llenar de capullos mi pueblo! Eso sí que sería bárbaro.

Firmado: Un capullo

17 febrero, 2006 14:28  
Anonymous Anónimo said...

¡Cuanto capullo!

18 febrero, 2006 02:50  

Publicar un comentario

<< Home