jueves, abril 13, 2006

El jefe Cabrón


Queridos amigos,

no dejo de hacerme una pregunta que, quizá, ustedes puedan ayudarme a contestar: ¿por qué se mete uno a mafioso? Si el crimen más execrable es dar muerte a otra persona o, peor aún, ordenar a tus esbirros que lo hagan, ¿qué razón hay para que un hombre se aliste en la Cosa Nostra siciliana y vaya escalando puestos en el organigrama hasta alcanzar el número 1, el jefe más cabrón de la mafia, el más asesino, el más estafador, traficante y extorsionador de todos? Para mí, en esto, no cabe duda: el mandamás de una organización criminal es culpable de todos los delitos que cometa su red de mal. ¿Qué empujaría a Bernardo Provenzano a hacerse responsable de todos esos crímenes para, después, pasar más de cuarenta años escondido en una puta pocilga?

Caen los mitos. Corleone era para mí Vito en la inolvidable "El Padrino II", y no este capo, "Zio Binu" (el Tío Berni), que vivía en el palo de un gallinero, rodeado de mierda; no de forma austera, sino cutre, y no de forma espartana, sino espectacularmente cerda. El tito Berni era el cerebro de la Cosa Nostra, pero podía muy bien ser el borracho alegre de Corleone, ese que lo mismo duerme vestido que en pijama, dependiendo de la melopea con la que llegue a casa; ese hombre dejado de la mano de su madre y que no encontró otra santa que le planchara el traje con el que fue detenido; un mafioso que vive como un campista, como un par de vaqueros ovejeros (pero sin mariconadas), pendiente de un hornillo donde calentar las judías de lata, removiendo con un palo la ennegrecida cazuela sucia que había usado, durante tres días seguidos, para calentar las gachas. ¿Dónde ha quedado el lujo del Don Corleone? Aquella mirada fraterna con que apoyaba su: "Te voy a proponer un trato que no podrás rechazar". ¿Dónde han quedado el dinero, los hoteles caros, los grandes banquetes, los coches de lujo y la amiguita del jefe?

Menudo jefe cabrón, que pudiendo tener todo eso, elige vivir en una cuadra. Vean, vean:

EL MUNDO

Lo malo que tiene este tipo de jefe cabrón es que no le pillas por ninguna de las debilidades que mueven a otros. ¿Cómo enganchas a un tipo que usa cartones para dormir en lugar de sábanas de seda? Lo malo no es es ser malo, sino ser malo e incorruptible. Viviendo en la inmundicia, su sed no se aplaca con placeres mundanos. Eso lo deja para los concejales de Marbella. El Tito Berni no quiere dinero ni lujos ni safaris ni unMiró para colgar en el jacuzzi (él, que se lava sólo los sábados con el álgido chorro de la manguera con que rellena el abrevadero de las gallinas). El Tito Berni quiere poder, amigos. ¡PODER! "Zio Binu" quiere que Sicilia tiemble cuando oiga pronunciar su innombrable alias, "Zio Binu", un sonido equivalente al del mismísimo "Keyser Sozé". No lo duden. Bernardo Provenzano es Satanás: un macho cabrío, un cabrón, corruptor y poderoso.

Sepan que hoy mismo me piro y que no volveré hasta el 24 de abril. Nó sé si podré escribir desde Tailandia, pero cuenten con que lo voy a intentar.

Si no fuera así, nos veremos a mi vuelta y ya les contaré cómo se tiran las cervezas en el paraíso (¡sólo espero que tengan aceitunas rellenas de anchoa!)...

Besos y abrazos

X. Bea-Murguía