martes, abril 11, 2006

Suelo incluido


Queridos amigos,

ante todo me gustaría animarles a todos ustedes a que participen en el concurso de haikus de Wells & Bea-Murguía (CLIC), porque nos vamos a echar unas risas todos. No se preocupen por los premios y anímense. Es más fácil de lo que parece: sintetice usted un momento, un pequeño pensamiento, en tres versos cortos y sin rima. Hasta Antonio Gala es capaz de hacerlo, ¿por qué no usted? Si a mi vuelta de Taila... ¿QUE NO LES HE CONTADO QUE ME VOY A TAILANDIA DIEZ DÍAS? Sí. Aquí. Miren, miren... En www.relaxbay.com voy a estar yo con mi sombrero tumbado al sol pensado haikus para que se me vengan arriba.

Ayer estuve con mi magnífico, maravilloso y excelente amigo Jesús Llano, un hombre que debería estar subvencionado, porque es de los últimos ejemplares de una raza en peligro de extinción: los generosos. Más que eso. Es una terapia. Siempre que voy a hacerle una visita, me vuelvo a casa nuevo y sabiendo algo más.

Me contó Jesús un viaje que hizo él hace un par de años a República Dominicana, solo pero en grupo (la soledad acompañada que es la peor de las soledades) y que, al segundo día de estar en el hotel, como estaba ya aburrido, a pesar de las advertencias sobre el peligro de salir a la calle, se pilló un taxi y se dio mus.

-- "Eso te lo dicen para meterte miedo y que te gastes toda la pasta en el hotel", se justificaba.

En el taxi, le pidió al conductor que le llevara a conocer algún sitio al que él fuera normalmente, nada turístico y, como Jesús es así, que improvisa con una gracia enorme todo lo que tiene pensado, acabó pasando dos días en casa del conductor con toda su familia, durmiendo en una esterilla en el suelo. Todos los viajes deberían tener un título. El mío a Tailandia, como vamos a una boda al paraíso, lo he bautizado: "Y fuimos felices". El de Jesús se titularía "Suelo incluido".

Como él es un tipo extraordinariamente generoso (ya lo he dicho), aquella familia, compuesta por catorce miembros, cuatro generaciones, en contrapartida, compartió con él su reducido espacio, sus historias familiares, su rutina, su comida, su ron, su pueblo de diez casas, su pequeña vida sin importancia lo que, en el fondo, es un regalo opulento.

La historia en sí comienza cuando Jesús le pregunta al patriarca, el bisabuelo, un hombre muy viejo, pero no tanto, y muy respetado, que si él no bebe ron.

-- "No... Yo ron... No", les respondió el bisabuelo, con esa cadencia de lengua que tienen los caribeños que les hace pasar a todos por poetas o por sabios, por gente que nunca acaba de responder a las preguntas, como si se dejará un trozo de respuesta en el bolsillo para seguir siendo útil.
-- "Pero, ¿no le gusta o es que se lo ha prohibido el médico?".

Sin mirar a Jesús, el anciano le clavó sus diminutas llamas brillantes, casi ahogadas por el peso que los años van dejando sobre los párpados, y comenzó a contarle una historia poblada de detalles, nacida de una filosofía de la vida en la que lo que importa no es el fin del camino, sino las cunetas.

Tienen que leer esto con acento caribeño...

-- "Iba yo con mi caballo camino de Damasco, ya tú sabes, que el bosque estaba frondoso porque era una noche bastante oscura y, la veldad, que no daba miedo porque yo me hassía aquel camino todos los días y me lo conossía bien, pero no me quiero imaginal ahora lo que puede a uno pasal-le en esa senda, cuando la noche está tan oscura es mejol pasal rápido, ya tú sabes que nunca se sabe. Iba yo tan tranquilo con mi bestia cuando, de repente... ¡MI CABALLO SE ME PONE DE PATAS!... nelvioso, pero sin ningún motivo, ya tú sabes... y yo me cai para atrás y me di tremendo golpe en la cabessa. Entonsses vi una luss... MUY FUELTE... Una luss que me dejaba ssiego y allí mismo me puse a vomital y a maldissil y ya comprendí. Desde entonsses no he vuelto probal ni una gota de ron".
-- "Pero", le pregunta Jesús, "¿había bebido usted mucho?".
-- "Dos botellas".

¡Nos ha jodido!. Y no oyó una voz que decía: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?" de puto milagro. Me da para versionar un haiku de Les Luthiers.

"Anoche sobre la luna vi
dibujado un dragón con plumas
Debo beber menos".

X.Bea-Damasco