martes, octubre 03, 2006

Dejar de trabajar


En los últimos tiempos corren malos vientos para aquello del currelo, pues si hasta hace unos años los más jóvenes salíamos con unas enormes ganas de comernos el mundo al mercado laboral, ahorrar, tener una pareja y una casa, es evidente que desde muy temprana edad ahora el objetivo es... “dejar de trabajar”.

Esa fue la respuesta que un muchacho de no más de veintimuchos o treinta y pocos dio el lunes en un concurso de televisión cuando le preguntaron que pensaba hacer si ganaba mucho dinero, pues eso... dejar de trabajar.

El presentador –simpático él- le llama vago, pero éste ni se inmuta e insiste, en presencia de su pareja, que lo que quiere es precisamente eso.

Y que conste que nadie se escandaliza ni se sorprende, pues lo cierto es que en la fila –lo de cola no es políticamente correcto- del despacho de la lotería primitiva cada día se ven gentes más jóvenes (cuando lo clásico eran los de avanzada edad) y los comentarios son enormemente interesantes.

Una muchacha, de no más de 25 años, aseguraba la semana pasada que aun cuando le tocasen “unos cuantos miles de euros” , automáticamente dejaría de trabajar y se pondría a vivir su vida hasta que se le acabase el dinero y luego vuelta al currelo.. si no hay más remedio. ¡Y le quedaban mas de cuarenta años hasta la jubilación¡, por lo que si no lo consigue se va a deprimir un monton.

Luego dicen que el epicureismo y las ganas de disfrutar no está de moda. Me temo lo peor para las teorías de la redención por el trabajo y esas otras que obligan a “ganarse el pan con el sudor de la frente” para los próximos años, pero si nadie trabaja ¿con qué se pagarán las pensiones de los jubilados?. ¡Ah! ¡Ya sé!. Con las cotizaciones de los emigrantes.

Angel Antonio García Muñoz