miércoles, octubre 11, 2006

El snack de las doce


Queridos amigos:

si hacen ustedes una pequeña reflexión autocrítica, estoy convencido de que acordarán conmigo que nos queda aún en la conciencia colectiva un leve poso del ramalazo papanatas patrio de antaño, ese que ha conformado tradicionalmente buena parte de la leyenda negra hispánica y que nos empuja a pensar que lo que viene de fuera de España siempre es mejor. Por supuesto, esto lo digo por aquellos de ustedes que se sientan españoles, estoy muy dispuesto a aceptar e, incluso, a respetar que los que entre ustedes se sientan navateos, romanos, austro-húngaros o altamiranos tengan, al dictado de su propio hecho diferencial, en este punto concreto, otro concepto de nación. Pero, tradicionalmente, los españoles somos un poco papanatas.

Un ejemplo claro de esta característica nacional es la compañía aérea española de bandera: Iberia. Como la tenemos cerquita, que es como de casa, doméstica, muy de aquí y un poco nuestra, nos envalentonamos a la hora de criticarla, sin acabar de tener una visión globalizada de su verdadera dimensión y eso, en ocasiones no muy justamente, nos hace cagarnos en la madre que en malhora la parió y nos da por compararla con la KLM, Air France, El Al, Thai, British Airways, Alitalia, Tapair y Air Hostium para llegar a la conclusión, irremediable, de que la nuestra, quizá por eso, porque es nuestra, es una mierda. Pues no, amigos y amigas. Esto es profundamente injusto.

Tengo que romper una lanza en favor de Iberia que, ayer mismo, sin ir más lejos, me dio una nueva prueba de lo que es. Iberia es una compañía moderna que aprovecha sinergias. Iberia es una compañía llena de ejecutivos modernos, ataviados con gafas de pasta y corbatas llamativas de nudo gordo, que se pasan el día comiendo lápices, garabateando ideas geniales en post-it para ahorrar costes y aprovechar sinergias. Los ejecutivos de Iberia son tan conscientes de que Iberia es una compañía moderna que aprovecha sinergias que jamás vuelan con Iberia, precisamente porque saben de sobra que cuando una compañía moderna como Iberia se pone a aprovechar sinergias, a las personas les dan mucho por el culo y al noventa por ciento de los ejecutivos de Iberia, por muy modernos que sean, les da mucho por el culo que les den por el culo. Del otro 10%, no digo nada.

Les voy a poner un ejemplo de cómo Iberia aprovecha sinergias: imaginen por un momento, que tienen ustedes que ir a Bilbao (¡nada menos!) y que tienen que estar allí, digamos, a las 14.00 horas porque son ustedes los organizadores de una comida-cata de puros, con una serie de invitados en un restaurante de pm (Zortziko) con los que se ha citado a esa misma hora y no a otra. Van ustedes una semana antes y cogen un par de billetes (para usted y para su experto en cigarros, Ángel García Muñoz) para el vuelo IB426 Madrid-Bilbao, que sale de la T4 a las 12.30 horas. Se gastan ustedes sus pesetillas y confían en que llegaran puntuales, por aquello de quedar bien con sus invitados y porque es su trabajo, aunque pueden llegar a comprender y hasta a tolerar un cierto retraso. A cualquiera le puede pasar eso. A Iberia, también.

Entonces llega un ejecutivo moderno que está aprovechando sinergias y dice: como el vuelo de Madrid a Bilbao que sale a las 14.00 horas está prácticamente vacío, lo anulamos, retrasamos el de las 12.30 horas una hora y media, que es barato, porque sólo hay que pagar indemnización a los pasajeros en caso de un retraso de más de dos horas y, por ende, el nivel general de los pasajeros es de retraso mental y desconocimiento absoluto de sus derechos, y, de esta manera, aprovechamos sinergias. Eso sí, el pasajero no puede enterarse de la jugada hasta que no le quede margen de maniobra, hasta que no tenga más remedio que esperar y, como mucho, ser sarcástico con el personal de tierra que para eso está, para aguantar sarcasmos.

-- "Si ya sé que usted no tiene la culpa, pero yo me tengo que cagar en la puta madre de alguien".

Y alguien, en esa misma reunión, por darle al asunto del aprovechamiento de sinergias una dimensión humana, dice:

-- "La idea me parece muy buena, pero ¿y si alguno de los pasajeros tiene necesidad de llegar a Bilbao a las 14.00 horas?".
-- "A los pasajeros", dice el ejecutivo que dirige el aprovechamiento de sinergias calculadora en mano como Dios el Requiem de Brahms, "que les den un snack de consolación". Que es lo que te dice el cara de huevo, en adelante Martínez, del mostrador de Iberia de la T4.

-- "A las 12,00 horas les damos un snack", me dice el muy hijo de puta. Ayer estaba tan cabreado que casi cojo el snack que me ofrecía Cara de Huevo Martínez y se lo meto por el culo. Y yo me pregunto: ¿qué cojones es un snack? Un snack es un tentempié que ofrece Iberia a sus pasajeros al que no hace falta acudir con el culo apretado, ni es imprescindible taponar el recto con un corcho, porque ya has sido debidamente sodomizado sin remedio. Un snack es la piruleta que, después de la violación, regala el pederasta a su víctima. Eso es un snack.

Y es que Iberia tiene un programa moderno de formación de personal que es la envidia y el anhelo de todas las compañías aéreas del mundo, con asignaturas esenciales para dar una dimensión humana a sus empleados, como "Teoría de la cara de tonto", "Indolencia e indiferencia corporativa ante un problema personal del pasaje", "Introducción al método "Este rollo no va conmigo" y "Gimnasia del encogimiento de hombros I y II". Gran parte del éxito de sus programas de formación de personal se basa en la fiereza sinérgica de sus instructores:

-- "¡Martínez! ¡Ponga usted más cara de tonto! ¿Cómo quiere usted que el pasajero se coma el snack de las 12.00 horas cagándose en su puta madre con esa cara de huevo que usted tiene? Si da risa... ¡Pero, hombre, Martínez! ¡Cambie usted de vocación! Lo suyo no es la atención al cliente, se lo digo yo que llevo años arrastrando los testículos por estas aulas. ¡Esos hombros! ¡Más altos! ¡Esa decisión indecisa! ¡Ese rictus elegante y despectivo poniendo el libro de reclamaciones ante el cliente no llega a ser corporativo!".

Se lo digo yo que, aunque ustedes vayan a hacer la reclamación pertinente en el mostrador de Iberia con ánimo calmado, firme pero educado, Cara de Huevo Martínez va a conseguir sacar lo peor de ustedes, porque es de una indolencia irritante, porque no te plantea más solución al problema que te ha generado el aprovechamiento de sinergias de la compañía que darte un puto snack a las 12.00 horas.

Dicen que Dios es onmipresente, pero apuesto a que ayer al snack de las 12.00 horas no fue ni Dios. Yo, desde luego, no fui. Así que, ya saben, viajen ustedes con Iberia, no me sean papanatas, que siempre podrán comerse el snack de las 12.00 horas en un espacio-tiempo sin Dios.

X.Bea-Murguía (a nueve días de irme a Dominicana, pero no con Iberia).

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12 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Este comentario me parece francamente insultante. O insultantemente franco, que es peor. Yo tengo dos ex novias que son azafatas de Iberia y en ningún momento me dieron por culo.

Doy, lamentablemente, fe.

Gaitero

11 octubre, 2006 08:27  
Blogger H.Wells y X.Bea-Murguía said...

¡¡¡ DOS AL MISMO TIEMPO !!! ¡Que morbazo! ¿Te llevaron alguna vez al snack de las 12.00? Cuenta, cuenta...

Javier

11 octubre, 2006 08:42  
Anonymous Anónimo said...

No sea Vd. mal pensado amigo. Fueron sucesivas, o sease, una tras otra. Y, más que snack, hacíamos kit kat. No sé si me entiende. Más kit que kat, por desgracia.

Iberia es a la aviación lo que Torrebruno a la música. Un enano que nos viene jodiendo desde la infancia.

Gaitero

11 octubre, 2006 08:48  
Blogger H.Wells y X.Bea-Murguía said...

¿Mal pensado dice?

Ahora resulta que desear a un amigo que un par de azafatas de Iberia al mismo tiempo le lleven, cada una de una mano, con el kit opcional "ojos vendados" al snack de las 12.00 horas es ser mal pensado.

Si yo fuera mal pensado o malintencionado o te deseara un mal le diría que, sin tiempo para reaccionar, cuando estás en el snack de las 12.00 te das cuenta de que ellas no son ellas y que, una vez más, Iberia te da.

Javier

11 octubre, 2006 09:04  
Anonymous Anónimo said...

No son azafatas cualesquiera, sino azafatas de Iberia. Es decir, una subespecie de las brujas aéres, con clara tendencia a la mala leche, el desaire y la roncha. Y fíjese Vd. que he dicho ex novias. Con lo cual está todo dicho.

Al mejor sitio que puede llevarte una azafrata de Iberia es a tierra.

Gaitero

11 octubre, 2006 09:37  
Anonymous Anónimo said...

Iberia es una compañía de bandera con aterrizajes forzosos y todo en vuelos de andar por casa, no domésticos.

Yo confiaría mi muerte a un piloto de Iberia antes que a uno de Spanair, tiene más glamour.Y por supuesto que me gusta
quedar en las manos de una azafata,aunque últimamente Iberia en ese sentido falla, porque parecen todas sacadas de un casting de película de miedo.

Un morbazo eso de tener dos novias azafatas, es mi sueño....saber que después del coito salen volando

11 octubre, 2006 10:00  
Anonymous Anónimo said...

Vayamos por partes, como diría Jack el destripador. Gaitero, no te lamentes porque no te hayan dado por el culo dos azafatas. Siempre hay tiempo. Conozco a un amigo que se disfraza de piloto por las noches (alas included) que puede hacerte volar entre nubes.
Dos. Javier, a ti te dan snack porque tienes la tarjeta Púrpura. Los que no tenemos ni tarjeta Fidelity nos dan un snack por 2 euros, un lo siento, y una pequeña dosis de "Lo único que puedo hacer es llevarle yo, y como ve usted eso está difícil" Es cuando directamente te buscas el cartel de "Encima me está llamando gilipollas".
Tres, las azafatas. Mi sorpresa va en aumento cuando contratas un Virgin, lo opera Brussels Airlines y el avión es de Iberia, pero subcontratado a otra empresa pero con bandera de Iberia. ¡¡ Pero a quién coño le he comprado yo el billete!!

Air frutero.

11 octubre, 2006 10:15  
Anonymous Anónimo said...

Espero que hayas descargado "toa, toa, toa" tu mala leche contra Iberia. Acabo de comprar unos billetes (la ida es con esta compañía y la vuelta con Vueling- en donde supongo que nos darán alas de cartón para ir ensayando el despegue-)y a ser posible, quiero llegar a mi destino sin haberme comido tres broncas con los Martínez de turno. Y lo digo porque arrastramos una larga tradición en "moviditas de aeropuerto" que no tienen desperdicio. Una de las más cachondas que recuerdo es cuando me fui a meter el bolsazo, porque aquello no era un bolso, un bebé con silla incluído y mi propia persona (sin haberme dado tiempo siquiera para pintarme un poco el ojo) por la máquina de Rayos X que salvaguardaban dos guardias civiles de bigote. Cuando estoy en medio de la operación, levanta al niño de la silla, sonríe de medio lado al guardia para que no me haga abrir el bolso y sacar el puré del niño, la leche hidrolizada, el pañal de repuesto, las toallitas del culo y un sinfin de objetos metidos a cascoporro y a presión en mi bolsazo, mi marido, que es un encanto y un simpático, y que no volaba con nosotros grita desde el otro lado del pasillo: "cariño, espero que hayas escondido bien la coca en los pañales de Rodrigo". Es una gracia muy graciosa, pero en determinados momentos y entre determinados personajes, es la gracia de la abeja, que la tiene en el culo.
Así es él. Y como éstas, para escribir un libro tengo, con el patrocinio de Iberia, claro.

11 octubre, 2006 11:00  
Blogger H.Wells y X.Bea-Murguía said...

Pues la verdad es que no he descargado toda mi mala leche contra Iberia... Me he guardado un cartucho para el viernes, pero, admitirás, aquello de la coca fue ajustado a la situación: estaban a punto de cachear a un bebé de meses.

Respecto a Hormon y su sueño con las azafatas de Iberia... Sólo puedo añadir unas cosa:

JAJAJAJAJAJAJAJAJA
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Y, respecto a Air Frutero, yo no tengo nada que sea púrpura, que conste.

Javier

11 octubre, 2006 11:08  
Anonymous Anónimo said...

Sr. Frutero, veo que sus amigos están a su altura (más o menos, a la altura del perineo). No gracias. Declino respetuosamente su oferta, aunque su amigo (íntimo) vaya disfrazado de Batman. Cuando hablaba del culo, lo hacía en sentido metafórico y Vd. va y se lo toma en serio. Es lo que pasa por estar siempre entre hortalizas. Muñoz Molina es igual: hablas de sexo y saca un plátano. O un grillo.

11 octubre, 2006 11:19  
Blogger H.Wells y X.Bea-Murguía said...

¡No me toques los élitros!

Javier

11 octubre, 2006 11:49  
Anonymous Anónimo said...

Huy lo que me ha dicho el Gaitero. Yo también hablaba del piloto en sentido metafórico, que me da que te has dado un empacho de aire de Gaita, pero esto vez con humillo de la risa... Y lo de mi altura, que te voy a contar, la verdad es que confieso que fui a ver un cocnierto de George Michael no hace mucho, y me lo pasé bien. Yo es que no tengo tanto nivel para ir con azafatas, eso es solo para la gente con buena Gaita.
Y no te creas, no siempre estoy entre hortalizas, de vez en cuanto también estoy con amigo carniceros muy chuletas, o con zapateros que se ponen las botas.
Relájate, machote, que no se te ataque la testoterona. Pero procura no cruzarte con mi amigo, que es de ideas fijas.

El frutero entre hortalizas

13 octubre, 2006 13:41  

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