Te quiero, Mari Puri
Queridos amigos,
me he enterado, no sin rubor, de que a Richard Fuld, CEO de Lehmann Brothers, la entidad de empréstitos que quebró el mes pasado y que ha marcado el inicio de lo que ya se llama el "chunami financiero", le han puesto en su casa con 38 millones de dólares.
Así. Ni uno ni dos ni tres. Treinta y ocho millones de dolores (los que padezco yo en las curas diarias). No se dejen engañar por la cifra: al precio que está el dólar, es calderilla. Una mierda, vamos. Como si le dieran 100 millones de dinares argelinos. Para pastón el que me voy a ganar yo el día 15, que me he comprado el cupón porque he tenido una visión (sin que mediara sustancia dopante alguna, no como Lance Armstrong, no vaya a ser que luego la ONCE me retire el premio por encontrar EPO en mi orina).
Me voy por los chistes. Vuelvo a Lehmann Brothers. He buscado la noticia sobre este gachó, el tal Fuld, en Google, pero es listo, listo y lo ha borrado. No me extraña. Yo, con 38 millones de dólares, haría lo mismo: esconderme. Sobre todo, si detrás de mí he dejado un reguero de parados e desahuciados.
No he podido confirmarlo, y es un poco extraño porque una noticia así es la clásica del hombre que muerde al perro. Se lo oí decir a un economista, al rector de la universidad Antonio de Nebrija de Madrid, el otro día en la televisión. Después llegó mi mujer, recuperó su cetro, cambió de canal y me tragué la "Anagonía de Grey" hasta el primer ronquido, que debió de llegar, aproximadamente, a los tres minutos.
No sé si ustedes tienen noticia del hecho, pero 38 millones de dólares para un pavo, cabeza visible, jefe máximo de un banco que ha ido a la quiebra... A mí me parece una indecencia.
En España, creo yo, somos partidarios de un capitalismo más humano. O eso espero. Si el Estado tiene que intervenir un banco, como pasó con Banesto, se investiga a los gestores, se depuran responsabilidades y, generalmente, se les deja el traje puesto, pero sin corbata porque la etiqueta de la cárcel, el dress code, exige "traje sin corbata".
Dicen que en la intervención de Banesto, del año 94 ó 95 (no recuerdo), hubo más política que economía. Que Mario Conde, cuya popularidad engominada, aunque ahora suene raro, estaba por las nubes, andaba zascandileando para lanzarse en paracaídas sobre la Moncloa. Dicen. En cualquier caso, si Banesto hubiera pegado el pedo, mucha, mucha gente se habría quedado sin corbata y sin traje (la etiqueta de la puta calle), luego es lógico que aquellos que se enriquecen con el dinero ajeno, rindan cuentas.
En Estados Unidos, por lo que se ve, no. Que el banco no tiene ni para sellos, aún le quedan 38 millones de dólares para su presidente. Para los empleados, que tampoco hay que ser cruel, una carta de recomendación para ayudar a su búsqueda activa de empleo.
El sistema, en España, creo yo, está bastante más controlado, un poco más cerca de las personas y sus problemas, con un nivel de intervencionismo estatal que, parece, todavía tiene capacidad de controlar este tipo de sucesos. Para mi gusto, la capacidad de intervención del estado, dentro de una economía de libre mercado, debería ser aún mayor, más reguladora, más igualitaria. Lo justo es que, ya que cuando vienen mal dadas, tenemos que compartir las pérdidas (la intervención de Banesto la pagamos entre todos), cuando estamos de vacas gordas, las ganancias también fueran para todos con más impuestos a los enormes réditos de la banca y las de sus accionistas.
Pero la crisis en España no tiene mucho que ver aún (no respiren que el "chumani" aún no nos ha llegado) con la quiebra de Lehmann Brothers ni de Merry Linch ni del Finstro belga. Yo estoy un poco cagado, porque ZP ha dicho que el sistema financiero español es muy fuerte y, seamos objetivos: anunció el final de ETA, atentado en la T4 a la semana; apoyó a Ségolène Royale, a Schroeder y a Kerry, ahí están Sarkozy, Merkel y Bush; ahora, aunque ha querido rectificar, ha apostado por Obama... Gordon Brown, tú eres el siguiente; pidió permiso para utilizar un símil futbolístico y dijo que la economía española entraba en la Champions League de las economías mundiales... Repira conmigo, presidente: CRI-SIS.
En fin, no es que sea todo culpa de ZP, pero desde luego para hombre del tiempo no ha nacido(tampoco). Como se atreva a decir que hoy hará sol y buen tiempo, vayan construyendo un arca.
A pesar de ZP, y de Solbes, que nunca ha negado la crisis y si lo ha hecho, no le hemos entendido, porque este hombre no se saca el calcetín de la glotis para hablar, yo espero que el sistema financiero español sea tan fuerte como dicen. De momento, el tsunami no nos ha llegado, porque esa crisis, aunque a los políticos les haya venido fenomenal porque le pueden echar la culpa a un Demiurgo que está fuera de su control, no es nuestra crisis.
La nuestra es otra distinta. Estamos todos con la mirada puesta en el acuerdo de Bush con el Congreso (que ya se ha firmado) para que nos salve el culo, pero la situación no va a cambiar aquí, porque nuestro problema es otro.
A nuestro problema se le llama especulación inmobiliaria salvaje, es decir, la peña que ha hecho pasta gansa durante años a costa de un derecho fundamental, que es la vivienda. Aquí es donde tenía, en su momento, que haber intervenido el Estado a base de bien, frenando esa especulación que todos conocíamos. De hecho, se creó un ministerio de la vivienda y todo, pero ¿para qué ha servido? ¿Para proponer minipisos? Váyase a tomar por culo, señora. Regule usted el precio del metro cuadrado. Póngale un techo, nunca mejor dicho, como hace con otros productos mucho menos necesarios.
Los bancos han prestado mucho dinero para comprar casas sobrevaloradas y, ahora, con los tipos de interés un 50% más caros y el precio de la vivienda en descenso, los que no sean presidentes de Lehmann Brothers, no van a poder devolver la pasta ni en cómodos plazos de 50 años. Crece la morosidad y decrece la liquidez del banco. A la entidad financiera se le reconoce una deuda inmensa, pero que no es capaz de recuperar ni desahuciando pisos (los bancos no quieren pisos que, por otro lado, hoy no se venden) y no puede decir a sus acreedores: "mira, yo te debo mil, pero no puedo pagarte porque Pepito tiene mis mil, así que, ¿por qué no le pides tú las mil a Pepito y yo me quito del medio?" porque su acreedor le va a decir que sí, que sí, que o le paga las mil o le manda a unos amigos punkies que rompen piernas por cinco euros.
Con esto, sin la intervención del Estado, me temo que algunos se van a tener que mudar a un banco, precisamente al que está en frente de su banco. Ese en el que alguien ha escrito "Te quiero, Mari Puri".
X. Bea-Murguía (vayan comprándose las katiuskas, que ZP ha dicho que habrá sequía)
Como han podido apreciar, no tengo ni puta idea de economía. Estoy esperando a que ustedes me desasnen. Desásnenme, por favor.
me he enterado, no sin rubor, de que a Richard Fuld, CEO de Lehmann Brothers, la entidad de empréstitos que quebró el mes pasado y que ha marcado el inicio de lo que ya se llama el "chunami financiero", le han puesto en su casa con 38 millones de dólares.
Así. Ni uno ni dos ni tres. Treinta y ocho millones de dolores (los que padezco yo en las curas diarias). No se dejen engañar por la cifra: al precio que está el dólar, es calderilla. Una mierda, vamos. Como si le dieran 100 millones de dinares argelinos. Para pastón el que me voy a ganar yo el día 15, que me he comprado el cupón porque he tenido una visión (sin que mediara sustancia dopante alguna, no como Lance Armstrong, no vaya a ser que luego la ONCE me retire el premio por encontrar EPO en mi orina).
Me voy por los chistes. Vuelvo a Lehmann Brothers. He buscado la noticia sobre este gachó, el tal Fuld, en Google, pero es listo, listo y lo ha borrado. No me extraña. Yo, con 38 millones de dólares, haría lo mismo: esconderme. Sobre todo, si detrás de mí he dejado un reguero de parados e desahuciados.
No he podido confirmarlo, y es un poco extraño porque una noticia así es la clásica del hombre que muerde al perro. Se lo oí decir a un economista, al rector de la universidad Antonio de Nebrija de Madrid, el otro día en la televisión. Después llegó mi mujer, recuperó su cetro, cambió de canal y me tragué la "Anagonía de Grey" hasta el primer ronquido, que debió de llegar, aproximadamente, a los tres minutos.
No sé si ustedes tienen noticia del hecho, pero 38 millones de dólares para un pavo, cabeza visible, jefe máximo de un banco que ha ido a la quiebra... A mí me parece una indecencia.
En España, creo yo, somos partidarios de un capitalismo más humano. O eso espero. Si el Estado tiene que intervenir un banco, como pasó con Banesto, se investiga a los gestores, se depuran responsabilidades y, generalmente, se les deja el traje puesto, pero sin corbata porque la etiqueta de la cárcel, el dress code, exige "traje sin corbata".
Dicen que en la intervención de Banesto, del año 94 ó 95 (no recuerdo), hubo más política que economía. Que Mario Conde, cuya popularidad engominada, aunque ahora suene raro, estaba por las nubes, andaba zascandileando para lanzarse en paracaídas sobre la Moncloa. Dicen. En cualquier caso, si Banesto hubiera pegado el pedo, mucha, mucha gente se habría quedado sin corbata y sin traje (la etiqueta de la puta calle), luego es lógico que aquellos que se enriquecen con el dinero ajeno, rindan cuentas.
En Estados Unidos, por lo que se ve, no. Que el banco no tiene ni para sellos, aún le quedan 38 millones de dólares para su presidente. Para los empleados, que tampoco hay que ser cruel, una carta de recomendación para ayudar a su búsqueda activa de empleo.
El sistema, en España, creo yo, está bastante más controlado, un poco más cerca de las personas y sus problemas, con un nivel de intervencionismo estatal que, parece, todavía tiene capacidad de controlar este tipo de sucesos. Para mi gusto, la capacidad de intervención del estado, dentro de una economía de libre mercado, debería ser aún mayor, más reguladora, más igualitaria. Lo justo es que, ya que cuando vienen mal dadas, tenemos que compartir las pérdidas (la intervención de Banesto la pagamos entre todos), cuando estamos de vacas gordas, las ganancias también fueran para todos con más impuestos a los enormes réditos de la banca y las de sus accionistas.
Pero la crisis en España no tiene mucho que ver aún (no respiren que el "chumani" aún no nos ha llegado) con la quiebra de Lehmann Brothers ni de Merry Linch ni del Finstro belga. Yo estoy un poco cagado, porque ZP ha dicho que el sistema financiero español es muy fuerte y, seamos objetivos: anunció el final de ETA, atentado en la T4 a la semana; apoyó a Ségolène Royale, a Schroeder y a Kerry, ahí están Sarkozy, Merkel y Bush; ahora, aunque ha querido rectificar, ha apostado por Obama... Gordon Brown, tú eres el siguiente; pidió permiso para utilizar un símil futbolístico y dijo que la economía española entraba en la Champions League de las economías mundiales... Repira conmigo, presidente: CRI-SIS.
En fin, no es que sea todo culpa de ZP, pero desde luego para hombre del tiempo no ha nacido(tampoco). Como se atreva a decir que hoy hará sol y buen tiempo, vayan construyendo un arca.
A pesar de ZP, y de Solbes, que nunca ha negado la crisis y si lo ha hecho, no le hemos entendido, porque este hombre no se saca el calcetín de la glotis para hablar, yo espero que el sistema financiero español sea tan fuerte como dicen. De momento, el tsunami no nos ha llegado, porque esa crisis, aunque a los políticos les haya venido fenomenal porque le pueden echar la culpa a un Demiurgo que está fuera de su control, no es nuestra crisis.
La nuestra es otra distinta. Estamos todos con la mirada puesta en el acuerdo de Bush con el Congreso (que ya se ha firmado) para que nos salve el culo, pero la situación no va a cambiar aquí, porque nuestro problema es otro.
A nuestro problema se le llama especulación inmobiliaria salvaje, es decir, la peña que ha hecho pasta gansa durante años a costa de un derecho fundamental, que es la vivienda. Aquí es donde tenía, en su momento, que haber intervenido el Estado a base de bien, frenando esa especulación que todos conocíamos. De hecho, se creó un ministerio de la vivienda y todo, pero ¿para qué ha servido? ¿Para proponer minipisos? Váyase a tomar por culo, señora. Regule usted el precio del metro cuadrado. Póngale un techo, nunca mejor dicho, como hace con otros productos mucho menos necesarios.
Los bancos han prestado mucho dinero para comprar casas sobrevaloradas y, ahora, con los tipos de interés un 50% más caros y el precio de la vivienda en descenso, los que no sean presidentes de Lehmann Brothers, no van a poder devolver la pasta ni en cómodos plazos de 50 años. Crece la morosidad y decrece la liquidez del banco. A la entidad financiera se le reconoce una deuda inmensa, pero que no es capaz de recuperar ni desahuciando pisos (los bancos no quieren pisos que, por otro lado, hoy no se venden) y no puede decir a sus acreedores: "mira, yo te debo mil, pero no puedo pagarte porque Pepito tiene mis mil, así que, ¿por qué no le pides tú las mil a Pepito y yo me quito del medio?" porque su acreedor le va a decir que sí, que sí, que o le paga las mil o le manda a unos amigos punkies que rompen piernas por cinco euros.
Con esto, sin la intervención del Estado, me temo que algunos se van a tener que mudar a un banco, precisamente al que está en frente de su banco. Ese en el que alguien ha escrito "Te quiero, Mari Puri".
X. Bea-Murguía (vayan comprándose las katiuskas, que ZP ha dicho que habrá sequía)
Como han podido apreciar, no tengo ni puta idea de economía. Estoy esperando a que ustedes me desasnen. Desásnenme, por favor.
4 Comments:
Amaffbelmeennttfffee leff desffannfno. Pfffero prffimerofff psffoespaaaf pffque yoooiiijn nooof ussfffoff calffceittttinefffs.
Fdo.: Pedro Solbes, acelerador de partículas.
Pues yo estoy en ese grupo de los que compró piso a precios astronómicos hace tres años en Madrid, con el euribor al 2,5%.
Así que lo único que puedo decirte es que si sigue subiendo voy a la ruina.
¿A mí también me inyectará, digamos, un milloncete de euros el Banco Central Europeo?
Me da que no.
Yo, sobre este tema tan complejo y peliagudo que es la economía, sólo puede decir: viva anatomía de Grey (estoy con Bea).
¿y el amigo Wells?
jajaja, muy bueno el anónimo de Solbes.
Ánimo con la tortura.
Disculpa mi dispersidad.
Este hombre es un pringao; por 38 kilos no me levanto yo de la cama para quebrar un banco...
Fdo: cualquiera de esos hideputas.
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