jueves, marzo 16, 2006

duyu espik inglis? yes yes, Spanish oil


Queridos amigos,

como les he dicho en numerosas ocasiones, el landismo es un camino de perfección ibérico y, en el fondo muy fondo de nuestro ser, por muy sofisticados y europedos que nos pensemos, todo macho hispánico lleva un Alfredo Landa en su interior que surge, se manifiesta, toma el mando de la situación cuando cruzamos los Pirineos o cuando nos vamos allende los mares.

Hace unos meses que Alfredo Landa, Paco Martínez Soria y José Luis López Vázquez (¿o era Gracito Morales?) fuimos a Nueva York, a dar una vuelta por allí, a ver qué se gusaneaba por la Gran Manzana, a tomar un vermut en la Quinta con Broadway y una Brooklyn Lager (o dos) en Brooklyin. Un viaje cojonudo.

Ansiosos por conocer la movida nocturna neoyorquina, ese sábado fuimos a una boite que nos había recomendado una spanish porque "era un sitio chévere con buena música hispana". Así que allí nos plantamos José Luis, Alfredo y Paco con ganas de seguir el ritmo de la música con el pie, mientras sujetábamos la barra con el codo. Vamos, lo que es la condición del landista que ya lo dijo Norman Mailer: "Los tipos duros no bailan". Sin embargo, al llegar a la boite nos llevamos la sorpresa de que, aún siendo como somos de una juventud envidiable de espíritu, de corazón y de estómago, doblábamos la edad a la mayoría de los que hacían cola para entrar. Azorados, decidimos buscar otro sitio más apropiado para desarrollar en plenitud nuestro landismo. Y lo encontramos. ¡Vaya si lo encontramos!

-- "Pregunta a ese", me dijeron mis compañeros (que no entienden ni papa de inglés) señalando a uno de los gorilas de la boite, con pinganillo y cara de malo, "por un sitio para gente un poco más mayor".

-- "The Scores", me dice el tronco sin mostrarme ni desprecio. "34th St. between 7th and 8th Ave.". Creo que ésta era la dirección.

Lo encontramos a la primera. En la puerta, un gorila nos miró de arriba a abajo antes de cobrarnos la entrada, y no precisamente barata, aunque pensamos que eso nos daría derecho a tomar una limonada "gratis" (pero, no) y pasamos al garito que ya por el toldillo de plástico que quiere ser bueno y la moqueta de feria comercial, tenía un tufillo casposo de aquí te espero. Efectivamente, nada más alcanzar la barra y pedir tres zarzaparrillas, nos dimos cuenta de que el garito estaba prácticamente vacío, de que había una chati desnudándose en un proscenio instalado al efecto en el fondo y de que, en definitiva, "The Scores" era un lupanar cutre pero con pretensiones y, encima, con una política comercial muy agresiva. Nunca he dicho que no a tantas mujeres en tan poco tiempo, porque, además, mis compañeros simpáticos, como demostraron que de "inglé" sólo saben "I prefer don't see", me señalaban a mí en cuanto se les acercaba una lumi y he aquí que descubrí una gran desventaja de saber idiomas: cuando te vas de viaje con dos paletos, te caen todos los marrones.

Un viaje, como he dicho, inolvidable gracias, sobre todo, a mis amigos Rodrigo y Cristóbal, con los que pienso repetir. Ya está próxima la segunda excursión landista del macho-machote "Con faldas y a lo loco". Imprescindible pelos en las piernas de más de un centímetro. Se llevará regla.

Con lo dicho, el no saber el inglés es, sin embargo, enormemente desventajoso si le paran a usted en la aduana en Inglaterra. A uno de mis dos compañeros de viaje, que ha ido recientemente a Manchester porque tiene allí un negociado, le dieron el alto en la aduana y le hicieron pasar al célebre cuartito lleno de espejos (un estilo "The Scores", pero más espart-ano), ese lugar luminoso y blanco en el que un tío se pone un guante de látex y dice algo en inglés que no se entiende pero que acciona un resorte automático que cierra herméticamente el esfínter. Por si acaso, que los guantes de látex los carga el diablo.

Con risa nerviosa, me cuenta Cristóbal que, al final, entendió que lo que querían los polis eran abrir su maleta (y no su maletero) porque el perro (o quien fuera) había detectado algo sospechoso. Cristóbal abre la bolsa y lo primero que saca la poli es una botella embalada con papel de estraza y cinta de embalar.

-- "What's this?", le dice el del guante de látex señalando el asunto sospechoso.
-- "Spanish oil", responde Cristóbal con perfecto acento de Stratford Upon Avon. Y es que el hombre me llevaba en el equipaje unas cuantas viandas para que su negociado no pasara hambre en la Pérfida Albión.
-- "And this?", vuelve a preguntar el policía, esta vez con una bola grande de papel de estraza, que en una fiesta de disfraces podía haber pasado por un pequeño alijo de cocaína.
-- "Spanish coffee", responde Cristóbal.

En ese momento, es probable que en el cuartito donde se tapa el agujerito ya hubiera un cachondeo importante a costa de Alfredo Landa.

-- "And THIS?", insiste Scotland Yard.

Ahora sí que la he liado, piensa Cristóbal, a ver cómo se dice en inglés esto... Ya me imagino a mi amigo tratanto de explicar la naturaleza de tal vianda a un guiri que lo más parecido a eso que ha visto en su vida es el roast beef. Se me antoja que Cristóbal se haría entender de la misma manera que hablaba mi madre a los estudiantes de intercambio que pasaban una temporada en casa, que como no hablaban bien cristiano, se dirigía a ellos a gritos y separando mucho las sílabas, como si fueran lo mismo la incomprensión y la sordera.

¿No ven a ese Alfredo Landa diciendo:

-- "LO-MO I-BÉ-RI-CO".

a berrido limpio en la aduana de Manchester? Pues yo sí. Además, lo veo imitando al cerdo a cuatro patas por el cuartito

-- "DE CER-DO. OINK OINK".

y señalándose a la espalda,

-- "LO-MO DE CER-DO".

ataviado con unos calzoncillos blancos y con la camiseta de tirantes arremetida por dentro. De ser yo, lo habría hecho así. Landismo es tradición.

X. Landa-Murguía

12 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Cojonudo el tema, y bien escrito cojones como lo hace un macho.machote "autentic spanish"..pero no nos cuentas el final despues de la interpretación oik,oik porque seguro que los hijos de la gran bretaña se quedarian con las viandas y no para los cerdos de cuato patas.Como consejo, la tia Juaquina, extremeña de frontera y recriada en Bilbao por aquello de la emigración, sin papa de inglis pero mal el castellano y bien el portugues se cascó un viaje a Dallas, a ver al hijo pues, con la maleta llenas de viandas, eso si cerradas al vacio.
Juaquina te meten en la carcel de los eeeu esos, pero no, debe ser que los dogs no detectan el pata negra porqeu, a dios gracias, jamas lo han olido y menos comio.
Animo Javier que estoy dispuesto a pagar susssscripción para echar una carcajada y que me miren los compas llenos de envidia y preguntandose porque.SALUD
Er pescailla del Guadina

16 marzo, 2006 09:20  
Anonymous Anónimo said...

ajajjaja... muy ajustado a la realidad...teniais q a ver visto lo acalorado que estaba "el negociador" tras salir de la habitacion del panico...ni le reconoci...ajaj...algo a su favor..habla muy spanish,pero entiende practicamente todo(q no se diga q el business no esta agradecido por esos lomos, chocolates herranz,...en definitiva, por lo humano y lo divino...) :}

16 marzo, 2006 11:23  
Blogger H.Wells y X.Bea-Murguía said...

Me gusta encontrarme estos comentarios... Pescailla, esto es gratissssssss. Lo único que cuesta es tiempo y luego podemos echar una larga disertación poniendo en balanza tiempo y dinero, pero negaré a hacerlo sin verte la cara a través del hielo de un Matusalem con un veguero soberbio en la mano... Los puros, como digo siempre, los pongo yo.

En cuanto al otro comentario (muy celebrado) he aquí al negociado de Manchester que puede responder a la pregunta: "¿Se requisaron las viandas o no se requisaron?". Yo no sé si el protagonista no me lo contó o es que mis risas no me dejaron oírlo... Besos

Javier

16 marzo, 2006 11:37  
Anonymous Anónimo said...

Joder pareceís el comando Nafarroa, da miedo... .

Hormon

16 marzo, 2006 17:38  
Anonymous Anónimo said...

ajja,...joder Javi...q tengo el frigo lleno de viandas...iberico por supuesto, a ver si te crees q el chico Clemente va a traer cualquier cosa....todo llego bien, segun el negociador, como no se puso nervioso (lo cual no se si creerme a juzgar por los calores q traia...) pues notaron q no era ningun contrabandista...q tb con las pintas q tiene....normal q siempre este en estos fregaos..le meten al perro en el coche, le deshacen la maleta...si es q joder, con 33 anos...esas grenas (a mi me gustan) pues dan mala imagen al macho espanol....(no me convence este ultimo comentario..pero como espontaneo le dejo...)..me voy a dormir q no me entero mucho ya, sorry..
Mas besos

17 marzo, 2006 01:04  
Anonymous Anónimo said...

Vaya, vaya con los tres de la foto. Me hubiera gustado verles en su salsa.Si fuera el ministro de exteriores no les dejaria salir del pais. Que sigais pasandolo bien....

17 marzo, 2006 08:25  
Anonymous Anónimo said...

Yo se de una que se fué con un cocido a Holanda y contra todo pronostico llegó con su sopita y todo. Y bueno que estaba `por cierto. Tanto que dió para que cenaran 7-8 personas porque no dejaron que llegara al dia siguiente.

17 marzo, 2006 08:28  
Blogger H.Wells y X.Bea-Murguía said...

Lo bueno fue la cara que puso el Guardia Civil cuando le fue explicado que en la olla de la maleta iba un cocidito completo. No se lo podía creer. ¡Tráfico ilegal de garbanzos! Claro, que esto pasó antes del 11S. Si pasa después, te digo yo que ese día los guardias de aduanas de Barajas comen el cocidito madrileño. Y bien que les iba a gustar, porque estaba delicioso.

17 marzo, 2006 08:36  
Anonymous Anónimo said...

Yo hice el cocido y te digo que ni la benemerita me lo quita, y menos se lo come.

17 marzo, 2006 09:50  
Blogger H.Wells y X.Bea-Murguía said...

Jajajajaja... Doy fe. ¡Menuda es!

Javier

17 marzo, 2006 11:27  
Anonymous Anónimo said...

Jajajajajaa.

Es que este tema de los paquitos da mucho de sí. Lo del cocido de mi madre es real. La cara del guardia cuando pasó un tuper tamaño legión, lleno de garbanzos, por los rayos X fue para recordarla. Pero no sólo eso. Mi padre, otro paquito cualquiera, la última vez que fuimos a Holanda pretendía llevar un paraguas tipo lord inglés, con toda su punta de acero, porque allí llueve mucho. También bajo el brazo, mi señor padre llevaba el Collins, pero no el de bolsillo sino el grande como el Espasa, porque cómo se va a entender él allí. ¡Alma de cántaro!, hay paraguas plegables y vas a casa de tu hijo, que es bilingüe y que además de traducirte las cosas si vas a comprar un queso no le tienes que transportar en carretilla.
Hay tantas paquitadas en mi familia (llevar al perro como un arbol de navidad y pasearlo por barajas; detener un vuelo por una "urgencia" de mi hermano; esas enternecedoras merendolas tipo dominguero en la puerta C16...) Miedo tengo del viajecito a Tailandia.
Ya os escribiré desde la cárcel de mujeres de Bangkok, porque me se de una que el lomo no se lo deja en Madrid.

17 marzo, 2006 14:01  
Anonymous Anónimo said...

Muy bonito, muy fino. Me recuerda la anécdota que contaba Cela la primera vez que viajó a Nueva York. En la aduana le detuvo el maromo de turno y le sacó todos los embutidos, incluyendo un jamón de jabugo. Cela dijo: "Joven, permítame Vd. un cuartito y un poco de soledad y esto desaparecerá". Y desapareció. En una hora el tío se metió los cinco kilos de embutidos entre pecho y espalda. Ah, ese hombre al que ahora está tan de moda denigrar... Recuerdo cuando Muñoz Molina, Macario para los amigos, espetó después del crimen de Puerto Urraco: "Ya tiene Cela tema para otra novela". Y luego va y la escribe él. Se llama PLENILUNIO.

El Gaitero

19 marzo, 2006 19:48  

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