jueves, mayo 11, 2006

La seta de Bassi


Queridos amigos:

con todos los permisos de los autores, David Torres y Ana Rosa Quintana, reproduzco hoy este artículo publicado en El Día de Baleares hace una semana. Que lo disfruten...

Johan Sebastian Mastropiero en colaboración con Gustav Shafter.

"Leo Bassi no tiene cojones. El huevo que ha enseñado en su espectáculo (una palabra que parece hecha ex profeso para él) parecía de verdad pero era meramente simbólico. Insultar a los católicos está tirado porque hace siglos que no entran al trapo. El descerebrado que intentó colocar una bomba en un teatro de Madrid le dio a Bassi lo único que busca y necesita, su alimento vital: publicidad. La creencia de que todavía puede provocar, escandalizar, epatar al respetable. Pero lo vimos en aquel festival de monstruos y legumbres humanas, Crónicas Marcianas, hasta la saciedad. Bassi es aburrido, previsible, monótono. Gritos escatológicos, un petardo en una mierda para manchar a la primera fila, unos cortes en la espalda con una botella hecha añicos... La desesperación de un payaso por encontrar un sitio en el circo abigarrado de la realidad, lleno de payasos en paro. La angustia de un bufón que ya no da ni lástima.

¿Qué puede hacer hoy un bufón frente a Hugo Chávez, por ejemplo, que ejerce a la vez de tirano y de bufón? ¿Quién va a prestar atención a Leo Bassi en Baleares, donde todas las cámaras están pendientes de Munar? Como Napoleón, como Stalin, como muchos otros enanos antes que él, Leo Bassi tiene una visión verticalmente limitada de la realidad. El fastidio de alzarse de puntillas para pedir en la barra. Desde ahí abajo, todas las cosas parecen enormes y entonces el enano tiene que construirse un mundo a su medida. La seta de Bassi es pequeña pero él cree que ocupa el mundo porque necesita constantemente ser el centro de atención. Como un bebé en su cunita, grita, se enfada, ventosea, hasta que los adultos van, le ríen la gracia al nene, le sacan una foto y una doble página. Como el papagayo solitario en su jaula, Leo Bassi hará todo su repertorio de pedorretas, palabrotas y blasfemias, hasta que alguien le rasque la cabeza y le dé un par de pipas. Como cómico, no ha pasado de la fase anal.

Leo Bassi quisiera ser una mezcla entre Nietzsche, que mató a Dios, Lautreamont, que fornicaba con tiburones y Baudelaire, que escandalizaba a la sociedad parisién con el pelo pintado de verde. Pero no es más que un triste despojo del desmembramiento de los grandes valores, un espejo ridículo de nuestra época ridícula. Querría ser un bufón, como Fo o como Boadella, pero no es más que un botellón pasado de edad. Si tuviera un solo cojón se iría al Muro de las Lamentaciones disfrazado de Adolf Hitler y cantando Wagner a pelo. Si tuviera dos, se iría a La Meca vestido de Mahoma y se limpiaría el culo con el Corán. Pero sólo es un señor bajito, con cara de cacahuete cabreado, un niño feo al que su mamá no le hacía caso. Todavía no lo ha superado. Compadezcámosle".

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Ana Rosa, estás tonta. Leo Bassi no es un enano físico y mucho menos un enano humorísitico, sino un hombre-bomba filosófico. Lo que pasa es que hay saber pelar el cacahuete.

Un enano.

12 mayo, 2006 10:47  
Anonymous Anónimo said...

Define "Hombre-bomba filosófico" que yo de pelar cacahuetes sé un rato.

Ana Rosa

12 mayo, 2006 12:05  
Anonymous Anónimo said...

Un hombre-bomba filosófica es el que, en lugar de pensar, eructa. Se caracteriza por el ruido.

Otro enano.

13 mayo, 2006 17:46  
Anonymous Anónimo said...

Será desternillante, claro. Todo lo que sea caca, culo, pedo, pis es la monda... UNa explosión de risa... Bassi se resume en un petardo en una mierda de vaca (sin importar si salpica o no)

Otra Ana Rosa

16 mayo, 2006 15:37  

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