martes, mayo 09, 2006

Snorkeling invertido


Queridos amigos,

ya sé que Hacienda somos todos, por eso, no crean que si me cago en Hacienda me estoy cagando en todos ustedes. No lo crean, por favor, porque no es así. Ni siquiera me cago en el capullo dedos-polla que me ha mandado el borrador, que seguro que está mal, pero que me tiene en un sinvivir porque me veo cantando en el metro para pagarle a la vice Fernández de la Vega esa cena de féminas que ha organizado para celebrar la visita de la presidente de Chile, Michelle Bachelet, en casa del muerto en El Pardo. Estoy por ir a los postres, coger el micro y anunciar que no se preocupen que la cuenta está pagada. Menudo soy yo para estas cosas. Un perfecto caballero.

Debido a mis muchos problemas para entender el programa PADRE (y a la puta madre que lo parió), vino a ayudarme el domingo mi amiga Laura, que es lista, lista, acompañada de su Sergi, que es otro monstruo. Sergio es un tipo al que le falta un punto para ser filósofo (y de los buenos) y que engaña mucho, pero mucho, mucho, algo de lo que yo me dí cuenta un 15 ó 16 de marzo de 2001 (como dicen en Cuba, aproximadamente), fumando un Ducados en la escalera de emergencia de La Paz, un día o dos después del nacimiento de mi Rodrigo. Entendí que Sergio es un tipo hilarante que esconde más de lo que muestra, que él sabrá por qué lo hace, pero que si se rasca un poco, aparece un tío brillante, inteligente y, como casi todos, muy rico en conflictos y contradicciones.

Es imposible, por tanto, en una pequeña entrada como ésta, resumir la compleja personalidad de este amigo, pero trataré de soltar alguna de sus gracias, de fondo sabio, vividas, fruto de una, en ocasiones, demasiado azarosa vida para un tío de su edad, y les aseguro que si soy capaz de trasladarlas aquí con el tono cheli que él las suelta, con ese estudiado rictus de naturalidad que, para quien lo conoce por primera vez resulta tan surrealista, se van a reír.

Voy a tener la inmensa suerte de compartir con él, y con mi Jose (creo, aunque no estoy seguro, que vienen también Mariví, Laura y Bea) una semana en República Dominicana, en la que todo el deporte que pensamos hacer es el railing. El railing consiste, básicamente, en arrastrar los pies por la playa marcando un raíl de la tumbona a la barra, ida y vuelta, y la dificultad estriba, precisamente, en el equilibrio, en no salirse de los railes con la sexta cervecita. Me temo que en esto, Jose y Sergio son auténticos maestros y yo un mero aprendiz, pero espero, por lo menos, ganar la medalla de bronce.

Todo ansia de excursionismo cultural o naturalista está completamente desterrado de mi idea de unas vacaciones tirado. No es que no tenga interés por la cultura dominicana o por la ballenas de la bahía de Samaná, es que no quiero, no me apetece, no es preceptivo para este viaje, hacer nada que me cause una mínima inquietud (lo de las ballenas, lo solucionaré comprándome un DVD de Cousteau y a tomar viento). Tengo planeado reírme, disfrutar, leer, por fin, "El hombre sin atributos" de Musil, a la sombra siempre, con una cerveza fresca y aceitunas.

Sin embargo, Sergio propone que hagamos snorkeling invertido, que es otra modalidad deportiva nueva que consiste, al contrario que el ordinario, en absorber, a través de una pajita, líquido desde el aire. El líquido bien puede ser agua, coca-cola o una margarita, aunque son distintas modalidades (novato, amateur y pro). Depende del hígado de cada uno. Yo al mío le tengo aprecio, a pesar de que, como dice Álvaro Muñoz Robledano, nunca nos han presentado. Cuando a Sergio se le propone meterse en el agua para tomar aire a través de un tubo, se acaricia la calva, mueve esas dos cejas que le adornan la frente como borrones y dice:

-- "No me jodas. Me cuesta respirar fuera del agua, como para respirar dentro".

Y tiene razón. No es más que la cara graciosa de un tío al que no le gusta complicarse la vida. Tiene su historia montada, su curro en el aeropuerto, su Laurita, y no busca nada más. De hecho, cuenta siempre que en la mili hizo algo por iniciativa propia y cuando su sargento le preguntó por qué lo había hecho, respondió que había pensado que...

-- "¿Pensaste?", me grita el menda. "Tú no tienes que pensar nada... Y hasta ahora".

Sergio es un campeón que ha popularizado, mucho antes que el Opa este de ahora, el llamado Baile del Koala y que es aclamado en bodas, bautizos y comuniones, por su desparpajo y su falta absoluta de vergüenza. Si supiera cómo colgar aquí el vídeo del Baile del Koala para que todos ustedes lo vieran, sabrían de qué hablo. Si no lo han visto, están en la más completa de las oscuridades.

Sergio, amigo, que no se te olvide respirar hoy. Mañana, ya veremos, que sé que tú nunca haces planes a tan largo plazo.

X. Bea-Murguía

PDT: Si alguien sabe cómo se hace, que me escriba, por favor, y lo cuelgo. Si no, el que quiera ver el Baile del Koala, que me mande un email a wellsybeamurguia@hotmail.com y trataré de hacérselo llegar.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

27 mayo, 2006 05:16  

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