jueves, noviembre 16, 2006

Estoy vivo (que no es poco)


Queridos amigos:

durante cuatro días he dejado todas mis obligaciones y no por gusto. He pasado por un infierno que no deseo a nadie... Bueno, a casi nadie, porque de ésta se sale pero se pasa un mal rato de narices. No es como desearle la muerte a alguien... Quiero decir que es como ofrecer susto o muerte, advirtiendo antes al contrario de que el susto es gordo, pero la muerte es la última opción.

El domingo por la mañana empecé a sentirme un poco chungo y a pensarme si ir o no ir al partido del Racing Culebras, pero como a mediodía andaba ya con fiebre y con ganas de arrojar (¡qué fino es el verbo arrojar! Este tipo de eufemismos merecen una entrada aparte), mandé un mensaje a mi capitán, Fran Hernández, dándome de baja de la alineación inicial en el banquillo, consciente como soy de que mis comentarios técnicos bilardistas son imprescindibles para la victoria final: los de colorao son los nuestros, hay que pisalo, chuta Ramón, álbitro no se vale alta ni cañón, Viril cómetelo... En fin. No sé ni cómo quedó el partido. Si alguien me pudiera informar...

Después de una tarde de domingo atolondrado, pero fiel a mi filosofía de no tomar medicamentos más que cuando fuera realmente necesario, me he pasado tres días tomando pastillas de todos los colores. Es lo que tienen de bueno los principios personales: que como son de la persona, pues la persona se los pasa por el forro cuando quiere.

La enfermedad viral que se me ha diagnosticado y que me ha tenido tres días postrado en la cama, a la que la doctora Schuffelmann, de Aranda de Duero, Burgos, no ha querido llamar gripe, se compone de:

** Productividad de alto nivel de flemas, toses, esputos.
** Respiración con más ruidos que un mecano oxidado.
** Fiebres más altas de 38 grados de día y de más de 39 de noche.
** Sudores fríos y tiritonas, cambios de pijama y sábana diarios... Como dormir en una bañera llena.
** Dolor corporal interconectado: si pestañeaba, me dolía el dedo gordo del pie. No me pregunten por qué.
** Pánico a quedarse dormido por la producción de sueños en bucle paranoico... ¿Se hacen a la idea de lo que es pasarse toda una noche tratando de averiguar cómo se dice colchón en inglés?
** Imposibilidad total de fumar.

Un infierno que sólo le deseo a Arnaldo Otegui.

Hoy me encuentro mejor. Sigo con tos y bastante flemático, pero siempre me ha gustado el humor británico, Dios salve a la Reina Graciosa. Por lo menos puedo levantar el brazo sin que me duela el culo. Y fumar.

X. Bea-Murguía (estoy vivo, que no es poco)

Ahí les dejo una foto del angelito que ha vivido en mí estos días. Es como un hijo ya para mí, a ver si se muere de un vez.

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3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Oye pues me gustaría quedar con la doctora Schuffelmann,lleva botas?,le molan las canciones de Utte Lemper?... .

Hay virus peores en los que salen auténticos jardines el primer día,el segundo están poblados de gnomos y el tercero ya montan manifestaciones anti autovías inguinales.

Que te mejores.

16 noviembre, 2006 12:32  
Anonymous Anónimo said...

Mejórate Javi y a ver si consigues matar de una vez al bichejo.

saludos

Miguel

16 noviembre, 2006 13:33  
Blogger Unknown said...

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