Obviedades
Queridos amigos:
el viernes me pidieron que escribiera un artículo para una revista de la que, por supuesto, no recuerdo el nombre, hablando de... ¿No se lo imaginan? Pues sí, exactamente, sobre eso que están ustedes pensando (noooo, de sexo noooo... ¡Ojalá!). De pronto, me he convertido en un especialista. A la fuerza. Es un tema sobre el que me prometí NO escribir en el blog por muchas razones, pero, la principal, es que este es un espacio libre de tabaco (¡JAJAJAJA! ¡Este ha sido bueno!). El artículo no va a ser exactamente así, pero esto me sirve de ensayo y reflexión (espero que tanta reflexión no me reviente el esfínter).
Anoche tuve una entrevista a dos bandas con un par periodistas entregadas al gobierno. No hace falta que diga que era Radio Nacional del Estado (del Estado de Nacionalidades de Naciones Nacionales Formerly Known as Spain Two Points L'Espagne Depuá, claro). Sobre todo una de ellas, cuyo nombre está en el mismo lugar que la cabecera de la revista (es decir, apuntado en un papelajo sobre mi mesa), aceptaba la fustigación de este gobierno de muy buen grado, como si fuera una azotaina de papá, con la clásica ceguera del sectario: que te metan de hostias aquellos en los que tú has depositado, desde hace años y de manera absolútamente irracional, tu fe inquebrantable es bueno. Ya te darás cuenta, hijo mío. Ahora no lo entiendes, porque eres muy pequeño, pero todo esto es por tu bien.
Algunos han dejado de creer en Dios y rellenan su necesidad mística con el primer gilipollas que les sonríe. Me la imagino flaca, con gafas de pasta azul, vestida con ropas holgadas de mercadillo y leyendo a André Breton en el metro con postura intelectual. Sólo la postura, claro. (Esto es el clásico prejuicio... Acertado, pero prejuicio).
Una de las condiciones que nos distinguen de las bestias es la capacidad de hacer el mal. Cuando en alguna ocasión mi hijo ha dicho que el tiburón es malo, o el leopardo, porque se ha merendado a una bañista en biquini (las elige feas el tiburón... No sabe ná el listo de él), o a un turista en bermudas de Coronel Tapioca, yo trato de razonarle que no hay maldad en esa acción porque no está razonada, sino que responde a un impulso natural (obviedad). Por supuesto, mi hijo me dice que sí, pero no lo entiende (obviedad dos).
Algunos, ungidos por el aceite del fanatismo más abstruso, o simplemente por estupidez, que es lo mismo (obviedad tres), se creen que se puede extirpar de la condición humana esa capacidad innata para hacer y para hacerse el mal y, para colmo, la linea dura de sus seguidores, como esta periodista, encuentran argumentos, de una estolidez muy irritante, por cierto, para justificarlo.
-- Si esa decisión -me dice- te proporciona algo bueno para ti, está bien tomada.
Te dan ganas de decir... De hecho, me dieron tantas ganas que se lo dije, en directo, en Radio Nacional del Estado de las Nacionalidades... La otra periodista, la menos sectaria, al despedirse de mí me llamó "apasionado". ¡No te jode! ¿Apasionado yo? ¡A que te meto!
Apasionado es quien permite que le traten como a un niño pequeño incapaz de comprender, que deja que le amputen su libre albedrío y, encima, lo justifica y defiende por la única razón de que quien lo ha hecho son los suyos. Estamos llegando a un nivel medieval de aceptación ciega de los designios de la providencia mundana que sólo falta que el lema de los consultorios médicos sea "Agnus dei qui tollis pecata mundi".
A mi amiga periodista le dije: "Todo lo que dices es cierto, Dios es Grande, y lo que quieras, pero la verdad es que la decisión no la has tomado tú: la han tomado por ti". No dejen que el gobierno tome sus decisiones por ustedes, no se sientan tan incapaces de tomarlas ustedes mismos como para delegar esa facultad esencialmente humana en unos políticos chupatintas. Van ustedes a hacer el mal, eso seguro, van a causarse daño a ustedes mismos y a otras personas, pero van a ser libres. Esto es lo importante.
Espero que hoy vayan ustedes al Burriquín y se tomen una pedazo de HAMBURGRUESA (¡que joyciano!) a mi salud. Y no piensen que el tema es baladí porque estemos hablando de tabaco o de hamburguesas: esto no es más que la punta del iceberg. Orwell fue un profeta (obviedad cuatro).
Aquellos a los que más amo son los que pueden hacerme más daño, pero no por miedo a que eso suceda, voy a dejar de amarlos. (Obviedad cinco).
X. Bea-Murguía (fumando a estas horas, obviedad seis).
El sábado asistí a un emotivo acto en el que tratamos, por todos los medios, de matar a Eduardo Mencía, aunque no lo conseguimos. ¡Lástima! En su lugar, haciendo uso de la iniquidad que me caracteriza, dejé abandonado a su suerte a Gaitero junto a Mari Carmen y su muñeco. Conociéndole, o ha sacado material para un artículo o se ha cortado las venas. Lo siento, amigo. Te garantizo que yo, por mi banda izquierda, no tuve mejor suerte.
NOTA ACLARATORIA: Quizá he estado demasiado críptico por tratar de evitar la palabra tabaco. Me llama la atención que una persona fumadora acepte de buen grado que le prohíban hacerlo. Allá cada uno que en eso no me meto. Lo que me molesta de esta mujer es que si esta ley la hubiera aprobado el PP, ella se habría revuelto. Habría dicho: "¿Qué se puede esperar de esta panda de fascistas?", pero como lo ha aprobado el PSOE dice: "Es por mi bien". Pues no, amiga, no es por tu bien, lo apruebe quien lo apruebe (y el PP votó a favor de la ley). De Salud Pública sabía mucho Robespierre. También Hitler, que odiaba a los fumadores y era vegetariano.
10 Comments:
La imagen de una mujer leyendo a Breton con gafas de pasta azul....Javier eso no es críptico,eso es una descripción de burdel de San Petesburgo...., coño que es Lunes,tranquilidad.
Co-editor
Curioso.... tengo opiniones contradictorias tanto sobre tu comentario como sobre la ley no mencionada, pero sugerida.
Como al parecer este no es el foro para discutir dicha ley (respeto la autocensura de bea-murguía), me voy a meter con tu comentario.
La triste realidad en este país es que el mecanismo de gobierno implantado y funcionando es el que tú criticas: votas, te tragas todo lo que diga el gobierno y votas otra vez.
En el mejor de los casos, la gente se fija en lo que ha pasado desde la última vez que votó para emitir su nuevo voto. En el peor, el voto ya está decidido pase lo que pase.
Me parece tan estúpido como a tí que la gente sea incapaz de criticar la acción de gobierno, sólo porque dicho gobierno esté compuesto por el partido que has votado, pero lo cierto es que es práctica habitual.
Lo peor de todo es que tampoco se me ocurre otro sistema que mejorara las cosas. Cualquiera de los sistemas democráticos alternativos (como el inglés o el norteamericano) tienen sus propios vicios......
¿Alguna idea?
Descartado el Coup d'Etat, lo que nos queda es criticar el escaso sentido crítico de algunos.
Por cierto, yo no sé aún a quién no votar en las próximas.
Javier
Yo doy una idea: colgar a Mari Carmen y su muñeco de una soga más gorda todavía que la de Sadam.
Javi, te vas a cagal
Gaitero
Eclipsemountain: No estoy de acuerdo en tu apreciación,existen numerosas asociaciones que a modo de lobby particippan en la toma de decisiones de cualquier gobierno.Otra cosa muy distinta es que el conformismo occidental en el que estamos instalados no genere demasiados asociados que conformen grupos de presión con suficiente entidad,porque el español es bastante vago en el tema asociacionista y bastante "Yo lo sé todo ylos demás son gilipollas."Como ejemplo las reuniones de vecinos de cualquier condominio incapaces de pedir cubos de basura nuevos al Ayuntamiento o las manifestaciones de los parquímetros en las que casi nadie ha participado.
Hormon Wells
Hablando completamente en serio, nosotros nos reímos mucho del sistema americano, pero, la verdad, podríamos aprender mucho, mucho, mucho de su democracia. Concretamente, en lo que dice Hormon, en la participación activa de los ciudadanos en la política, nos dan un repaso.
Javier
Lo que está claro es que EEUU nos da diez mil vueltas en cuanto a participación ciudadana y aquí como dice Eclipsemountain nos dedicamos a únicamente a votar cada 4 años y eso es "Borregocracia".
Hormon
Lo del censo es un cachondeo cojonudo, sobre todo en algunos estados, pero es que la democracia no sólo es el sufragio universal. Eso es importante, por supuesto, pero la democracia americana es MUY participativa. Las asociaciones de todo pelo son activistas (lo sé por lo que me toca), tienen representación, saben ejercer presión, están atentos a las leyes cuando se están tramitando y tienen acceso a sus representantes...
Nosotros, ¿qué tenemos? Unos diputados que fuman en su despacho; asociaciones vacías de gente y sin fuerza; manifestaciones maniqueas y a posteriori; lobbies MUY feroces en la sombra; desconocimiento... ¡Ah sí! ¡Es verdad! Vamos a votar una vez cada cuatro años y damos carta blanca a unos tipos para que hagan, no lo que dicen en su programa que van a hacer, sino lo que les da la gana...
Democracia, en España, es chandalismo. Es mucho mejor que nada, por supuesto, pero no ridiculicemos otros sistemas que nos superan con mucho por la anécdota chusca de los votos de Florida de Gore.
Javier
Lejos de mi intención el criticar el activismo politico de ciertos grupos de norteamericanos pero, como diría Tarantino, tampoco nos chupemos las pollas.
Es cierto que hay grupos de influencia política y social, pero hagan el favor de considerarlos dentro de la dimensión demográfica del pais.
En EEUU, cuando vota el 50% del censo, es un resultado histórico. De hecho, las últimas elecciones presidenciales lo fueron.
Aquí también hay grupos de presión social, aunque la verdad es que poco caso se les hace en la mayoria de los casos.
Por último, os recuerdo que EEUU es un pais donde se juzga al presidente por mentir al decir que no se había follado a su secretaria, pero no se le juzga al mentir al dar razones para ir a una guerra.... tampoco es un chollo para mi, la verdad.
En cualquier caso, es cierto que le involucración ciudadana en la política es penosa en este pais.... Claro que, con el espectáculo que dan los profesionales, como para hacerse amateur.... ;-)
En muchas de las cosas que dices tienes razón y Hartigan, también. Pero, para mí, los americanos son un ejemplo de participación en el gobierno de su país y de respeto a los resultados electorales.
Lo digo por los activistas con los que yo me he fajado en mi vida profesionales, tanto estadounidenses como canadienses.
Javier
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