martes, enero 30, 2007

Un género de hartura


Queridos amigos:

No sé si leyeron en su día la crítica que hizo en su sección de El Cultural Rafael Reig (hagan CLIC aquí, si les interesa, y búsquenla en Diciembre 06) a la novela "Corsarios de Levante" de Arturo Pérez Reverte. Acertada o no, que en esto no hay dogmas y no creo que la intención de Rafa sea, precisamente, sentar doctrina, era muy graciosa. A mí me encantó y me pareció, además, valiente.

Pues Don Arturo, que es un creador infatigable y padre de un nuevo movimiento literario hartúrico, un género de mucha hartura, le responde. No se lo pierdan (¡enhorabuena, Rafa!):

"Pregunta: Le proclaman reo de “patriotismo testicular”... ¿Cómo se declara?
Respuesta: Leísmos aparte [recuerden que Harturo, además de un poco gilipollas, es miembro (con perdón) de la RAE y no puede dejar pasar un leísmo], no pluralice. Eso lo proclamó aquí, en El Cultural, un cantamañanas en concreto, con nombre y apellido [Rafael Reig]. Que ustedes cobijen a ese novelista frustrado y le rían los chistes [a mí me hacen gracia], no obliga a tomar en serio las bajezas semanales que perpetra para ganarse el pan. Así que me limito a declararme por encima [lo que no significa que lo estés].
P: ¿Qué tiene que ver su novela con el “espíritu nacional” franquista?
R: ¿Esa tontería se le ha ocurrido a usted sola, o viene inducida?... Hágame un doble favor, querida señora: no se equivoque de autor, ni me toque los cojones. [Recuerden que Harturo dejó tirados a SUS lectores en el Encuentro Digital de El Mundo porque le pareció que la selección de preguntas era poco inteligente. (CLIC) Claro, como él, con su prosa, disecciona la condición humana hasta el tuétano mismo de la existencia, espera preguntas a la hartura].
P: ¿Por qué escribir de España y su grandeza escuece?
R: Hoy la veo a usted algo imprecisa. En cada Alatriste yo escribo de España, su grandeza y sus muchas miserias. Lo que de verdad escuece a su tiñalpa de plantilla (no me obligue a señalar currículum literario del sujeto) [he tenido que acudir al diccionario de la RAE para ver esta palabra que desconozco. Sigo desconociéndola: La palabra tiñalpa no está en el diccionario] no es lo que otros o yo escribamos, sino que nadie lea los libros que él escribe [Rafa, yo he leído cuatro o cinco libros tuyos (y hasta los he comprado, que es más importante)]. Y sí. Comprendo que debe de ser un pelín jodido".

Lo dicho: enhorabuena, Rafa, te ha dedicado cinco minutos. Es para estar contento. Demuestra que acertaste de pleno.

El domingo mismo, sin ir más lejos, por empeño de un amiguete, que me prometió que me reconciliaría con el género de hartura, leí "El húsar", su primera novela. Voy a decir lo que pienso de ella, a ver si con un poco de suerte, menciona el blog en su próxima entrevista en televisión (estaría de puta madre).

"El húsar", dice el autor en una nota preliminar, "es mi primera novela. Escrita en 1983 entre dos reportajes de guerra..." Puede ser que Don Arturo escriba muy rápido, o quizá es que disponía de mucho tiempo entre reportajes de guerra, pero yo me inclino a pensar que lo suyo es una manera de hablar: la forma de hablar de quien no puede impedir que el ego haga burla a su lector desde los huecos de las oes. Esto se llama carencias afectivas: el autor busca la admiración del léctor, desde la primera línea, presentándose como reportero de guerra. Es como el vegetariano que no es auténticamente vegetariano, sino que lo hace por molar y que, en cuanto tiene un hueco en la conversación, te lo suelta. Estás hablando de fútbol, por ejemplo, y dice: "Yo, que soy del Atleti y vegetariano". Carencias, no lo duden.

Así, "El húsar" es el principio de la leyenda hartúrica y, también, el paradigma de lo que él no acaba de comprender: ¿por qué Arturo Pérez Reverte no será jamás un clásico? ¿Acaso está mal escrito? No, en absoluto. Todo lo contrario. Es una prosa muy correcta (ni un leísmo), es ágil, con mucho ritmo y la lectura te atrapa enseguida, Además, está muy bien documentada... La técnica, en sí, es muy buena.

Lo que le pasa es que gasta un montón de papel y tinta, con el consiguiente peligro de extinción de los calamares, en contar una historia que tú ya conoces. Así que, cuando vuelves, es como si no hubieras viajado, con el agravante de que, durante la lectura, te trata como a un ignorante, te llama tonto, te dice que él, Don Arturo, te va a abrir los ojos. A mí esto me irrita muchísimo pero es que, además, no lo consigue, porque la conclusión es un tópico gastado.

Un húsar novato del ejército napoleónico, Frederic Glünz, está deseoso de entrar en batalla. Habla, junto a su compañero de armas, Michel de Bourmont, de gloria, de honor, de una guerra romántica y caballerosa. Sin embargo, cuando empieza la fiesta (huelga decir, porque es un clásico hartúrico, que estamos hablando de Españññña, de la Guerra de la Independencia y que esto sucede en 1808, después de Bailén), se da cuenta de que la guerra no es lo que él pensaba. Arturo os va a decir a todos, ahora, lo que es la guerra, porque vosotros no tenéis ni puta idea, porque para algo él ha sido corresponsal: "Barro, sangre y mierda. Eso era la guerra. Eso era todo".

Atención, pregunta: ¿hacen falta doscientas páginas, impecablemente escritas como corresponde a un miembro (con perdón) de la RAE, para concluir que la guerra es una mierda?

Respuesta: ... (Díganlo ustedes que a mí me da la risa).

Esto es lo que le falta al Nuevo Género Hartúrico: LA ESENCIA. Es literatura hueca, es decir, no es literatura. Es... Otra cosa... Rosamund Pilcher...

La guerra, Arturo... Yo te voy a decir a ti lo que es la guerra (así de soberbio me pongo) sin haber sido nunca corresponsal de guerra, ni putas las ganas que tengo:

"Da igual lo que los hombres opinen de la guerra, dijo el juez. La guerra sigue. Es como preguntar lo que opinan de la piedra. La guerra siempre ha estado ahí. Antes de que el hombre existiera, la guerra ya le esperaba. El oficio supremo a la espera de su supremo artífice. Así era entonces y así será siempre. Así y de ninguna otra forma". Cormac McCarthy. "Meridiano de sangre".

Espero que nos cite en su próxima entrevista en la tele. Recuerda, Arturo, que se dice Wells y Bea-Murguía.

X. Bea-Murguía (lo siento, Pedro, pero no LE aguanto).

En la imagen, posa con su último galardón literario.

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9 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Si ustedes, infektos seres que se eskonden en el bseudonimo, no saven apreziar la jrandeza de autores como Vernardo Lopec o Heduardo Markina, de los que Perec Reberte es dijno kontinuador,entonzes deveremos los berdaderos patriotas, dejustadores de la literatura Ke cunple su funzion, esaltar la sinparr istoria de NUhESTRA PATRIHA, pasar a la azion contra su dekadentismo nilista i disgregador. Le que los pase sera tan solo kulpa sulla
(Klub de Fams de Gimenec Losantos ke saven leer -2 mienvros-)

30 enero, 2007 10:24  
Anonymous Anónimo said...

¿Barro, sangre y mierda? Hummmmm. Lo único que se me ocurre es el cerebro de Pérez Reverte.


Dr. House

30 enero, 2007 10:33  
Anonymous Anónimo said...

Ya le gustaría al ex-periodísta de aquel periodico progresista y revolucionario, que tenía ese nombre tan popular y sindicalista, que sus novelas tuvieran el ingenio y la intencionalidad de los canibales que leen literatura.
A.G.M

30 enero, 2007 12:32  
Blogger Último Íbero said...

Pues a mi me ha gustado lo que he leído de Pérez-Reverte. Sobre todo el mero hecho de que, tal y como estamos hoy en día, escriba ambientando algunas de sus novelas en la España del siglo de oro. Sin querer escribir en tono victorioso pero tampoco queriendo lanzar mierda sobre la propia historia de España para hacer guiños inútiles e innecesarios a los progres.

Dicho lo cual afirmo que me ha sorprendido mucho el tono chulesco y de gran divo que ha adoptado en la entrevista de "El cultural". Debería hacérselo mirar.

31 enero, 2007 09:25  
Anonymous Anónimo said...

Te puede gustar, sí, pero que sepas que esa entrevista es el tono normal del personaje. Pérez Reverte es el mayor gilipollas que se conoce desde el descubrimiento del esfínter. Para que hagas cuenta del engreímiento de ese capullo, que sepas que una vez se atrevió a rebuznar (decir se queda corto con Arturito) que Hemingway no tenía ni puta idea de lo que era una guerra. Hemingway, que fue herido en el frente italiano, en la Primera Guerra Mundial, no vale nada al lado de este tremendo pescador de truchas.

Gaitero

31 enero, 2007 20:46  
Anonymous Anónimo said...

Chicos, chicos... no caigamos en el error de mezclar la obra con el autor.

Yo he leido unos cuantos libros (no todos) de Perez-Reverte, y la mayoría me han gustado (otra vez, no todos).

Eso no quiere decir que el tipo tenga que ser majo. El propio Heminway era un borracho insufrible, por lo que cuentan.

Por mi, Perez-Reverte puede seguir siendo un gilipollas (si es que lo es). De él sólo me interesan sus libros.....

05 febrero, 2007 11:53  
Anonymous Anónimo said...

Hola Eclipsemountain,

estoy de acuerdo contigo. No hay que confundir nunca autor con obra, por eso la crítica es al autor y a su obra. A las dos cosas. A mí, los libros de Pérez-Reverte Tenebroso de la Fuerza no me interesan.

Javier

05 febrero, 2007 12:21  
Anonymous Anónimo said...

¡Genial crítica! Todos tuvieran tu lucidez....

17 enero, 2008 13:11  
Anonymous Anónimo said...

Hombre, don Arturo; el que ve la paja en el ojo ajeno, pero jamás la Vigga en el propio. El que simula inflamación gonadal, cuando lo suyo es sólo relleno en el paquete...
Creo haber oído por ahí que a todas la majaderías ejemplares que don Arturo suele publicar en la prensa española se las ha clasificado ya como Nuevo Ciclo Hartúrico

17 enero, 2008 13:22  

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