jueves, enero 18, 2007

Yo, Anatoli (asín de humilde)



Queridos amigos:

voy al hecho: estoy consternado.

Ayer mi hijo Rodrigo hizo un dibujo en el colegio. La profesora, a la que he bajado de la categoría "La medium canija de Poltergheist" a la de simplemente "Más rara que un perro con ruedas", se lo enseñó a mi mujer. Mi hijo había pintado a su familia: él, en el medio, lo que es muy bueno; todos al mismo nivel, que es bueno también; todos muy sonrientes, lo que es estupendo; todos con los ojos grandes como ET y el cuello alargaaaado, lo que, al parecer, es una excelente cosa (los expertos dicen)... Un dibujo que denota que el niño es muy feliz.

Entonces, dirán, ¿de dónde sale la consternación de Bea-Murguía? Pues verán, que lo van a entender enseguida: a mi mujer le ha colocado el mando de la televisión en la mano. El mando, al fin y al cabo, es un cetro de poder en el hogar. Yo en eso he claudicado completamente, no me molesta reconocerlo porque, como saben, la televisión me la ronco yo de diez a diez y media antes de irme a la cama. Me molesta un poco la simbología de subyugación conyugal que, aunque es más real que alegórica, prefiero que no se haga un pregón, quede en casa.

Pero es que a mí me ha pintado con una escoba y un recogedor... ¡A Mí! ¡El macho-machote! ¡El hombretón! ¡El Alfredo Landa de Tres Cantos! Le debería castigar al menos dos meses sin salir de su habitación. ¡Será capullo!

Mi mujer todavía se está descojonando. Estoy hecho polvo.

Además, ando con la conciencia revuelta porque ayer no pude ir a la reunión con la profesora, que es la primera que me pierdo desde la guardería. Tenía mucho curro y poca fe en ella. De las cosas que le dijo a mi mujer, se deduce algo que ya sabíamos: que Rodrigo es muy buen niño y estoy ciertamente tan orgulloso que, como dice el acervo, no me cabe una pajita por el culo.

Me gusta de él, por ejemplo, que es un niño generoso, aunque para saber eso, no necesito una reunión con nadie. Hace unas semanas, me dio una prueba inequívoca. Estábamos viendo un catálogo de juguetes de una tienda para escribir la carta a los Reyes Magos y me preguntó qué había pedido yo:

-- Un ajedrez -le dije. Me gusta el ajedrez, aunque no juego mucho, y me gustan los tableros de madera de toda la vida, con esas fichas tradicionales y perfectas, en las que el alfil se distingue de los peones y el caballo no es un perro dogo ni el rey un julandra asexuado ni la reina Catherine Zeta-Jones con tetas. No es manía, es costumbre.

A Rodrigo le "enseñó" a jugar mi cuñado Diego... Entiéndanme, que no estoy diciendo que Rodrigo sea Josh Watzkin (si no han visto "En busca de Bobby Fisher", están tardando en bajársela del emule): sabe mover las piezas.

-- ¿Para jugar conmigo? -me preguntó.
-- Claro, hijo. Para jugar contigo.

Y empezó a remover hojas del catálogo, que ya se sabía de memoria, hasta que dio con una sección de ajedrez y en la que señaló, de la escueta oferta, un juego que parecía de "La guerra de las galaxias", con un tablero con más luces que la Castellana en Navidad y muchos botones, con fichas modernas y un ordenador que capta los movimientos con sensores no sé qué más. El juego daba la posibilidad de enfrentarte a la máquina, de jugar on-line con un tío de Japón que se ha cansado de buscar porno en internet o, lo que yo prefiero, con una persona con cara y manos. El ajedrezón molón del copón de la baraja.

-- Papá -me dijo-. Yo te pido este ajedrez para tí y, así, tú puedes pedir otra cosa.
-- No, hijo, no -le contesté enternecido por su generosidad-. Muchas gracias, pero tú pide tus juguetes.
-- ¡Pero con este ajedrez puedes jugar contra el ordenador!
-- Ya, Rodrigo -le contesté-, pero yo quiero jugar contigo, no contra una máquina.
-- ¿Por qué no quieres jugar contra la máquina, papá?
-- Coño, hijo, porque a la máquina no le gano y a ti, sí.

Yo, Anatoli.

(Podéis llamarme) Anatoli Bea-Murguía Karpov

11 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Pero es que mi hijo me ana, y sólo puedo plantear batalla si le cambio un sacrificio de (su) dama por permiso para jugar a la Playstation 2.
Señor Wells, no nos restriegue su superioridad a los padres chusqueros, por caridad.
Capalila

18 enero, 2007 10:03  
Anonymous Anónimo said...

Quise decir que mi hijo me gana

18 enero, 2007 10:03  
Anonymous Anónimo said...

Yo a mi hija no le enseño a jugar porque en 2 dias me gana seguro.
Mientras espero ansioso tu famosa apertura, me dedico a perder con gente, a la que una vez que me machaca, no tengo que aguantar sus comentarios condescendientes de "bien jugado"
Si me ganas, las proximas vacaciones me dedicare a practicar con Rodrigo.

18 enero, 2007 10:29  
Blogger H.Wells y X.Bea-Murguía said...

Capalila,

Wells es mi co-editor. Lejos de mi intención otro objetivo con esta entrada que la de todos los padres: ¡Pero qué guapo, qué listo y qué simpático es mi hijo!

KIR... E2 a E4... Me gusta lo tradicional.

Javier

18 enero, 2007 10:47  
Anonymous Anónimo said...

Los niños, como los borrachos, siempre dicen la verdad... aunque duelan. Menos mal que al menos Rodrigo reconoce que al final, la que lleva el mando es la mamá, porque estoy asustada de que en pleno siglo XXI y después de fardar tanto de igualdad y todas esas cosas, el machismo esté en pleno auge entre los pequeños.
Esto me recuerda a los anuncios de Yoigo que salen en la tele... que dicen verdades como puños, aunque también duelan: "la casa no es tuya, es del banco". Sí, sí, de verdad de la buena... y "no sales mal en las fotos, eres así de feo".
Pues claro que la que lleva el mando es la mujer, aunque con el fin de no restregároslo por la cara, que luego os sentís dolidos, nos hagamos las "mandadas". No os engañéis, es sólo una estrategia para no acabar con vuestra hombría de "macho ibérico", pero la verdad, de la buena, es la que es...

18 enero, 2007 11:16  
Anonymous Anónimo said...

Lo que tenngo claro es que yo intento desesperadamente conseguir un triunfo mediante la apertura sueca y siempre se me enrocan con un "jaque" ca.

No tengo ni idea de Ajedrez eso se lo dijo mi profesora a mi madre hace muchos años.El ajedrez debería ser una asignatura obligatoria en las escuelas:ayuda a razonar.

Por otra parte las mujeres han llevado el mando siempre y eso es bastante bueno,es sano diría yo,así pensamos aún menos y gastamos menos fósforo que está muy caro.Y no te quejes coeditor que tienes un pedazo de mujer que muchos quisieran.

Hormon Wells.

18 enero, 2007 11:51  
Blogger H.Wells y X.Bea-Murguía said...

No me quejo, no me quejo...

Javier

No siempre.

18 enero, 2007 12:59  
Blogger Último Íbero said...

Enroque corto, enroque largo, apertura española... cuando me intentaron aleccionar sobre el ajedrez mis amigos "expertos" (de verdad, los dos eran Maestros) me di cuenta de que no sirvo salvo para que los demás se entrenen a mi costa.

Por cierto mi hija de cinco meses y medio ayer dijo por vez primera PAPA. :)

18 enero, 2007 20:18  
Anonymous Anónimo said...

Javivi, veo tu rey y te meto cinco (dedos no, no vayas a pensar mal).

Gaitero

19 enero, 2007 02:03  
Anonymous Anónimo said...

Ex-Txapeldun:

Otro mito que cae. Tanto tiempo confiando en que estabamos al mismo nivel en cuanto a mando en el hogar se refiere y ..., que nada, que en el fondo eres un calzonazos. La próxima vez que vayamos a jugar al mus que venga tu mujer y tu te quedas fregando en casa (igual así ganamos y todo).

Un abrazo,

Centurione

20 enero, 2007 18:13  
Blogger H.Wells y X.Bea-Murguía said...

JAJAJAJAJAJAAJAJAJA

Tú lo has dicho, Centurione... Estamos exactamente al mismo nivel, pero, por lo menos, mi hijo no come tarta de princesas.

Javier

21 enero, 2007 15:47  

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