miércoles, febrero 14, 2007

Calidad, sin censura


Queridos amigos:

será que ayer yo estuviera en Asturies todo el día y contagióseme algo de lo mucho bueno que allí tienen, pero, de pronto, dime cuenta de que estoy de acuerdo con una cosina que dijo Fernando Alonso, a quien en algunes entrades del pasado critiqué por "fachendoso". Es más, quedóse corto. Por cierto, estoy mucho mejor: pusiéronme un trozo buey muy jugoso, cocinado con un secador de pelo y mucha sal gorda en el restaurante Deloya de Oviedo y el puro, H. Upmann Magnum 46, fue bestial.

Al asunto. Dice Alonso que la prensa es poco profesional. Comparado con lo que yo pienso de muchos de los que ejercen mi profesión, esta declaración es casi un piropo. Decir de alguien que es "poco profesional" implica una pequeña porción, aunque sea mínima, de sensatez, sentido crítico, seriedad y buen hacer. En mi opinión, salvo honrosas excepciones, los periodistas son unos pillones desvergonzados que pertenecen a una fauna octópoda cuyo hábitat natural son los cócteles y el cohecho, conscientes de que el cuarto poder es coger; unos listillos de tres al cuarto, licenciados en cose y borda, copio-pegadores sin criterio, irresponsables, irrespetuosos, ignorantes y vendidos.

Salvo honrosas excepciones, repito.

En un ranking que podríamos llamar "Cuanto más te conozco, más me gustan las ratas" podemos colocar a la banda de metralleta que se explaya a gusto en algunos programas de televisión, que por estar en el machito son capaces de vender como noticia cualquier tontería o cualquier barbaridad sin cotejar, por supuesto, y sin tener en cuenta el buen nombre de las personas, ni su crédito personal, ni su honor, ni lo que pensarán sus hijos de él o ella. Lo de confirmar las noticias es una mariconada que ya no se lleva. Y lo de callar verdades, aunque sólo sea por respeto a los muertos, cuando son cosas privadas que a nadie interesan...

Los que dicen que los buitres están en peligro de extinción, desde luego, no ven la tele. La carroña mediática que mueve esta gente es de dos metros bajo tierra. Se han hecho especialistas en la muerte y basta con que un personajillo de medio pelo sucumba, para que se lancen como cuervos sobre sus tripas y se hagan collares con su intestino. Hemos descubierto grandes mentiras vestidas de medias verdades de gente que ha muerto y que no puede defenderse, con un bombardeo mediático tan inclemente que se hace imposible obviarlo. El colmo de la hipocresía son esos programas que, con la supuesta intención de criticarlo, llenan su parrilla de lo más selecto del despedazamiento inmoral de esta gentuza.

El último ejemplo ha sido la muerte de Erika Ortiz. Hasta a gente como yo, que soy cultural y no veo ni los documentales de La 2, nos han llegado los ecos de lo que es capaz de decir un subnormal investido de opinante catódico (con todo mi respeto a los pobres subnormales). Cuando a la gente como el tal Jorge Javier Vázquez, y la de las tetas que tiene sentada a su lado, se le llena la boca de supuestas exclusivas sin comprobar, de maledicencias de marujona malfollada, de heces, me da por pensar que, en el fondo, Hitler era un humanista.

Dicen que a la gente le gusta, que estos programas tienen una audiencia abrumadora, sin embargo, no me parece motivo suficiente para pasarse por el recto cualquier atisbo de ética y deontología profesional. Es más, lo correcto sería todo lo contrario. La gente seguiría viendo la televisión si las cadenas firmaran un acuerdo de autorregulación que impidiera contenidos de este tipo. Y no estamos hablando de censura, ni mucho menos, sino de calidad que no tiene por qué ser 24 horas al día de emisión de la reproducción asistida de los escorpiones.

Y lo peor de todo es que se creen estrellas. Han vulnerado todos los principios del periodismo, empezando por el primero: la noticia nunca es el periodista. ¡Que pena! Ya sé que todos ustedes dicen que no ven nunca estos programas, pero hagan un favor a la humanidad: no los vean. Cómprense el DVD de "Crash" o la saga de "El Padrino" o una temporada completa de "House" y disfruten de contenidos de calidad, sin censura (por supuesto) y dejen a Erika Ortiz descansar en paz.

X. Bea-Murguía (coño, que a gusto me he quedado)

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5 Comments:

Anonymous Anónimo said...

nO EntIENnnndo nAAAAdaa, neNa. A ber si apREndes a ESCribir, porfa.

J. J. Vázquez (sodomita pasivo)

14 febrero, 2007 11:21  
Anonymous Anónimo said...

Yo tampi

La chillona de las tetas.

14 febrero, 2007 11:22  
Anonymous Anónimo said...

Yo tampi

La chillona de las tetas.

14 febrero, 2007 11:22  
Anonymous Anónimo said...

SONDOMíA: medir con el pene la profundidad de un recto.

14 febrero, 2007 15:33  
Anonymous Anónimo said...

A mi eso de la censura, no se porqué pero me suena bien.

Cenurione

18 febrero, 2007 21:58  

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