jueves, febrero 15, 2007

¿Qué quieres ser de mayor?

Queridos amigos:

antes de nada, me gustaría pedir disculpas a la profesora de mi hijo, Conchi, aunque ella jamás haya leído este blog ni tenga la más mínima noción de la falsa impresión que tenía de ella. Ayer, tras la reunión del cole, quedé convencido de que la opinión deriva del conocimiento (y no viceversa, como insisten los medios de comunicación en España): ninguna pega ni sobre ella ni sobre su trato con los niños. Todo muy bien, lo cual, no se crean que no, también me quita un peso de encima. Al final, esta señora está horas con lo que más quiero en el mundo, que es mi hijo.

Después de la reunión, estuvimos viendo los dibujos de los niños, que son muy graciosos, y pasamos un buen rato allí con una sonrisilla de medio lado, entre orgullosa y avergonzada, viendo cómo los pequeños retratan, y muy bien, su entorno. Lo cuentan todo, los capullos. Hay una rama de la psicología infantil que se dedica a estudiar las motivaciones que mueven a los niños pequeños a dibujar a sus padres de una manera determinada o a sí mismos, en línea, atrás, delante, altos, con el cuello largo, con mucho o poco detalle, con o sin fondo... En fin que nada en el dibujo de un niño es baladí, según la psicología, que todo responde a un motivo, a un referente o a un grado de madurez y que, bien interpretado, estos dibujos pueden ofrecer señales de una buena vida familiar o, por el contrario, pruebas de una circunstancia socialmente inaceptable.

En definitiva, que si ustedes quieren saber cómo les ven sus vástagos, jueguen con ellos a dibujar y luego lleven el material a un psicólogo... Si lo quieren saber, claro. Recuerden que los niños siempre dicen la verdad. Yo he salido bien parado, por cierto. Mi mujer, de pequeña, acababa los cuentos del cole con una tierna escena de lanzamiento de cacharros a la cabeza del marido, lo que no retrataba su entorno familiar, que era excelente, sino sus intenciones futuras. Esta información, ni que decir tiene, a mí me fue ocultada hasta después de la firma del contrato matrimonial. Hicieron mal, aunque no me importa mucho, lo que pasa es que si lo llego a saber, me caso con casco.

A la salida del aula, en uno de los tablones del pasillo, se exhibía uno de los últimos trabajos que han hecho. Habían pedido a los niños que dibujarán la respuesta a la clásica pregunta "¿Qué vas a ser de mayor?". Pasan los años, pero el rollo es el mismo: había futbolistas, profesoras, mucho poli con pistolón, alguno bombero, doctoras, granjeras, ninguna bailarina, ninguna princesa (¿cunde el republicanismo?)... Víctor, el amigo de Rodrigo, quiere ser pintor y jardinero. ¡Las dos cosas! Y se ha pintado él con su caballete y su cuadro... Muy gracioso.

Rodrigo... ¡PERIODISTA! Lo cual me enorgullece, por un lado porque se ve que tiene a sus padres por modelo, pero también me entristece (por lo que escribí ayer y que hoy reafirmo). Pero se ve que quiere ser periodista de los buenos, porque se ha pintado con un periódico y no con un plato de jamón en un cóctel.

Había un dibujo muy simpático de un niño que quiere ser químico, que abre esta entrada, del que se puede interpretar que el chaval lleva una carrera de empollón gafotas (vean las gafas de concha que se ha dibujado) y que tiene futuro bien como premio Nobel de química, bien como genio supermaléfico, con un plan para dominar el mundo... Le faltan las risotadas.


Aunque los dibujos del químico, del periodista y del pintor son geniales, el premio gordo se lo voy a dar a Miguel Blesa, cinco años recién cumplidos: de mayor quiere ser motero. Fíjense bien en el dibujo. Si hacen clic sobre él, lo verán en grande. ESTÁ GENIAL con su Harley. Auténtico y genuino.


X. Bea-Murguía (yo, de mayor, quiero ser Jesús Llano)

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7 Comments:

Anonymous Anónimo said...

¿Está seguro de que la probeta del niño químico no contiene ácido bórico y DNT? Lo digo porque estos pequeñuelos, sobre ser descreídos y laicistas, son de suyo cabrones.
Gunter Grasa
(Miembro del Club de Fans de Pío Moa que saben escribir.
Tres miembros -y uno no es César Vidal-)

15 febrero, 2007 10:26  
Anonymous Anónimo said...

Gunter Grasa... No lo sé, realmente. Ahora que el niño no tiene pinta de ser de Comando Dixan. O, por lo menos, él no se ve así.

Mics El Múltiple

15 febrero, 2007 10:42  
Anonymous Anónimo said...

yo de mayor quiero ser gelepoyas, estoy harto de llevar corbata e intentar no serlo.

15 febrero, 2007 10:43  
Anonymous Anónimo said...

¡Muerte a la corbata! Quémala. Hazme caso. Yo lo he hecho. Ya no me la pongo casi nunca.

Javier

15 febrero, 2007 12:11  
Anonymous Anónimo said...

Yo, de mayor, quiero ser zombi.

George A. Romero

16 febrero, 2007 11:57  
Anonymous Anónimo said...

Hartigan, tronco, las cosas como son. Que un niño a los cinco años se dibuje con gafotas y tubos de ensayo y que diga que quiere ser químico lo convierten en carne de pasillo, colleja y toreo en el patio del cole. Lo siento por él. Seguro que es muy gracioso.

Javier

19 febrero, 2007 12:33  
Anonymous Anónimo said...

Yo tengo mis prejuicios, no te lo niego, pero te garantizo que son muchos menos que los de los niños que van a obligar al químico a comerse las gafotas de seguridad de postre de una sopa de collejas. Los niños son crueles. No es un opinión, sino una verdad constatada. Y mi hermano no ha tenido nunca amigos por eso.

Javier

19 febrero, 2007 23:18  

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