lunes, octubre 15, 2007

Milo, mi sobrino holandés, y el negro


Queridos amigos,

tentado estoy de sustituir el "Queridos amigos" que pongo siempre, que es casi ya un atavismo un poco chorra, por un ramalazo de la infancia (¿se acuerdan?):

-- Querido sobrino Dudo...

Acabo de llegar de Holanda, donde ha nacido Milo, en el Erasmus MC de Rotterdam, mi quinto sobrino (el otro día dije sexto, pero se me fue la bola. Es el quinto, aunque el sexto lo tenemos ya pedido para abril). Metiéndome en la piel del tío Mat, el viajero, que por cierto era una piel así como de gamuza gorda, muy calentita para el invierno, tengo que decir que es curioso que un hospital se llame igualito, igualito que Erasmo de Rotterdam... ¿verdad? El MC es lo que me tiene intrigado, ¿cómo se apellidaban los padres de Erasmo? ¿Martínez Cifuentes? Tu tío Matt, el viajero.

Por más veces que lo haya visto, incluso presencié en directo el nacimiento de mi hijo Rodrigo, siempre me parece increíble y maravilloso, un puto milagro, que alguien a quien tenías por un bulto futurible, sí, pero bulto al fin y al cabo, gordo dentro de una tripa, de pronto, sea autónomo e independiente. Milo es grande, mofletudo, con mucho mollete en muñecas y tobillos y sonrosado (como pueden ver en la foto), por lo que yo he deducido que va a tener más de su madre, que es holandesa, que de su padre. ¿A quién se parece? Pues no sé. Los niños recién nacidos no se parecen a nadie pero mucho entre ellos. Estuve a punto de colar, entre los típicos comentarios "Tiene los ojos de su padre" y "Tiene la nariz de su madre" un "pues a mi me recuerda al niño de al lado", pero no lo dije porque el de al lado era negro y no iba a colar. Y es que el Erasmus MC de Rotterdam, con tanto nacimiento multirracial, más que un hospital parece un anuncio de Benetton. Milo, con los ojitos así de apretados, tiene cara de recién levantado, de haberse pillado la noche anterior un pedo a base de líquido amniótico, como si la oxitocina se le hubiera subido a la cabeza y, de pronto, le hubieran plantado toda esa luz directa a la cara para despertarle.

Como todos los niños recién nacidos, incluido el negro de al lado. Igualicos, que te ponen gesto de asco, cara de decir: "¡Cabrones! ¡Con lo a gustito que estaba yo detro de mi madre!". Así tardó en salir 23 horas, que estaba mi concuñada Wenneke con una cara, la pobre, que no se tenía.

Muy guapo Milo... El negro, también era muy guapete. Muy ricos los dos, como dos donuts (uno con y otro sin). Del de con no tengo fotos, porque no me atreví a tanto.

X. Bea-Murguía (el jueves, el jueves, el jueves, el jueves... Sólo quedan tres putos días para el jueves).

Por cierto, que no pude ver a Hormon Wells, una pena, porque entre que yo salí tarde del hospital y que él había quedado con cierta vikinga para intentar rememorar lo a gusto que se estaba dentro del seno materno... Lo dejamos para el 26 de octubre. Aquellos de ustedes que se quieran unir a nosotros, hemos quedado en nuestro barrio.

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5 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Enhorabuena!! Ahora toca que Rodrigo tenga una hermanita o un hermano pequeño que cuidar.

15 octubre, 2007 10:35  
Anonymous Anónimo said...

¡Gracias!

Lo de Rodrigo será para diciembre... Una hermana. Ana.

Javier

15 octubre, 2007 10:38  
Anonymous Anónimo said...

Ya sabes que a mi me gusta hacer kids, no kits.

Seguro que va a ser un tio guapisimo,holanda da gente muy guapa.

Besos.

15 octubre, 2007 10:59  
Anonymous Anónimo said...

Que nombre tan bonito el de vuestra hija.
Ana
(el sobrino pa´ comerselo)

15 octubre, 2007 13:27  
Anonymous Anónimo said...

Una pena, Hormon. A ver si llenamos el 26.

Gracias Ana... Que te he pillado.

Javier

15 octubre, 2007 13:35  

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