El placer fue mío
Queridos amigos,
hay días en que mi trabajo me exige una serie de sacrificios que, aunque soy una persona fiel y bastante entregada a mi tarea, no sé si debería pedir algún plus de peligrosidad laboral o de riesgo evidente para mi salud en el ejercicio de mis funciones o, incluso, de manejo de material potencialmente agresivo contra mi integridad física. Seguro que en la ley se dice algo de todo esto. Luis, majo, échale un vistazo, guapo, y me dices.
A mediodía me vi obligado a comerme un trozo enorme de carne roja tan en su punto que a punto estuve de pedir una pajita. Y menos mal que lo engullí todo, porque un poco más tarde asistí a una cata de maridajes de cigarros y destilados en el Club Puro Placer, que les voy a intentar resumir.
Yo en esto no soy, en absoluto, experto, pero fumamos un Epicure de H.Upmann y un soberbio Vegas Robaina Maestro y la cuestión era encontrar el equilibrio de sabores entres los cigarros y una serie de destilados. Sentados a la mesa, además de Ángel García Muñoz, gran conocedor y aficionado a los puros, dos señores dedicados a la hostelería muy puestos en destilados, y un periodista joven, o no tanto, de nombre Javi que, nada más sentarse, pidió una escupidera y que era capaz de encontrar minerales en el fondo del whisky y sabor a desván en el armagnac que, digo yo, estaría la copa sucia. Bromas aparte, el pavo sabía de lo que hablaba, pero a mí me entraba la risa cada vez que le veía asirse a la escupidera. Me dieron ganas reales de decirle:
-- ¿Por qué no lo tragas?
Y es que era un pena. El ron jamaicano Plantation es, probablemente, lo más delicioso que he probado en mi vida y este chico se lo metía en la boca, se enjuagaba como si se tratara de un puto colutorio, agarraba la escupidera, metía el jetuño en ella y ZASCA, a tomar por saco. Después decía:
-- Es magnífico. Caña pura. Tiene un retrogusto a miel absolutamente equilibrado y no es nada agresivo en boca, sin aristas de sabor...
Y yo miraba a Ángel y me entraba la risa. No lo podía evitar. ¡Será capullo! ¿Pues no lo ha escupido con lo bueno que está? Vamos, no lo escupo yo ni de coña. Jesús Bernad, amigo, dime que tú no haces esto. ¡Miénteme! Es un desperdicio.
Al armagnac Castarede Napoleon le encontramos un retrogusto a desván alto, digamos sexto... ¡No! Séptimo piso... Eso, séptimo... Que no nos convenció. ¡ZASCA, a tomar por culo el armagnac! Con tanto enjuague, las caries del chaval estaban ya en coma etílico. El armagnac, a lo mejor, ya puestos, lo habría escupido yo también, pero no lo hice porque las escupideras, como los orinales y los pericos, son algo un poco personal. De todas formas, le pedí que lo pusiera en la esquina, a tres metros de distancia, para hacer un campeonato de escupitajo. Se lo tomó a broma, pero yo lo decía totalmente en serio.
-- Lo hacemos como en el oeste: escupiendo entre los dientes- le dije.
El whisky de malta Benromach Organic, ZASCA, a escupirlo, era excepcional, de una complejidad y originalidad maravillosa y con un intenso aroma a zapato de tacón abandonado bajo el sofá del lupanar del puerto de Aberdeen... Del calvados Coeur de Lion V.S.O.P. no sé decirles mucho, porque era la primera vez en mi vida que probaba un calvados y no estuve atento a la sentencia que viene detrás del ZASCA.
Tanto el profesional del morapio, como Ángel y yo, y esto es algo por lo que me sentí ciertamente honrado, coincidimos en dar premio especial al cognac Pierre Ferrand Reserve... ¡Pepe Aguirre! ¡Corre a una tienda a comprar una botella! Creo que lo venden en fruterías porque es, verdaderamente, como dar un mordisco a una pieza de fruta fresca (y este hombre lo escupió, ZASCA, que me estaba poniendo negro); y, sin duda, para mi gusto, lo mejor de todo el whisky de malta Caol Ila del que, además, el lapos dijo una cosa muy bonita (justo después del ZASCA):
-- Este whisky tan yodado se lo debemos al viento de Escocia.
Es de la isla de Islay, como el Lagavulin, donde, al parecer, el fuerte viento lleva agua de mar a la turba, lo que le da un sabor muy especial. Será eso, pero estaba cojonudo.
Al final, nos ofrecieron un gintonic de Citadelle que yo rechacé porque no era plan. Me encanta esa ginebra y cada vez la veo en más sitios, pero ya me veía mintiendo al Guardia Civil:
-- Es que soy catador profesional... Traígame una escupidera, o déjeme su tricornio, y se lo demuestro. ¡ZASCA!
X. Bea-Murguía (trabajo arriesgado el mío, ¿verdad?).
Por cierto, ésta es la entrada 600 de Wells & Bea-Murguía... ¡600! Se dice pronto. Ya que la cosa va hoy de empinar el codo, brindo por esto.
hay días en que mi trabajo me exige una serie de sacrificios que, aunque soy una persona fiel y bastante entregada a mi tarea, no sé si debería pedir algún plus de peligrosidad laboral o de riesgo evidente para mi salud en el ejercicio de mis funciones o, incluso, de manejo de material potencialmente agresivo contra mi integridad física. Seguro que en la ley se dice algo de todo esto. Luis, majo, échale un vistazo, guapo, y me dices.
A mediodía me vi obligado a comerme un trozo enorme de carne roja tan en su punto que a punto estuve de pedir una pajita. Y menos mal que lo engullí todo, porque un poco más tarde asistí a una cata de maridajes de cigarros y destilados en el Club Puro Placer, que les voy a intentar resumir.
Yo en esto no soy, en absoluto, experto, pero fumamos un Epicure de H.Upmann y un soberbio Vegas Robaina Maestro y la cuestión era encontrar el equilibrio de sabores entres los cigarros y una serie de destilados. Sentados a la mesa, además de Ángel García Muñoz, gran conocedor y aficionado a los puros, dos señores dedicados a la hostelería muy puestos en destilados, y un periodista joven, o no tanto, de nombre Javi que, nada más sentarse, pidió una escupidera y que era capaz de encontrar minerales en el fondo del whisky y sabor a desván en el armagnac que, digo yo, estaría la copa sucia. Bromas aparte, el pavo sabía de lo que hablaba, pero a mí me entraba la risa cada vez que le veía asirse a la escupidera. Me dieron ganas reales de decirle:
-- ¿Por qué no lo tragas?
Y es que era un pena. El ron jamaicano Plantation es, probablemente, lo más delicioso que he probado en mi vida y este chico se lo metía en la boca, se enjuagaba como si se tratara de un puto colutorio, agarraba la escupidera, metía el jetuño en ella y ZASCA, a tomar por saco. Después decía:
-- Es magnífico. Caña pura. Tiene un retrogusto a miel absolutamente equilibrado y no es nada agresivo en boca, sin aristas de sabor...
Y yo miraba a Ángel y me entraba la risa. No lo podía evitar. ¡Será capullo! ¿Pues no lo ha escupido con lo bueno que está? Vamos, no lo escupo yo ni de coña. Jesús Bernad, amigo, dime que tú no haces esto. ¡Miénteme! Es un desperdicio.
Al armagnac Castarede Napoleon le encontramos un retrogusto a desván alto, digamos sexto... ¡No! Séptimo piso... Eso, séptimo... Que no nos convenció. ¡ZASCA, a tomar por culo el armagnac! Con tanto enjuague, las caries del chaval estaban ya en coma etílico. El armagnac, a lo mejor, ya puestos, lo habría escupido yo también, pero no lo hice porque las escupideras, como los orinales y los pericos, son algo un poco personal. De todas formas, le pedí que lo pusiera en la esquina, a tres metros de distancia, para hacer un campeonato de escupitajo. Se lo tomó a broma, pero yo lo decía totalmente en serio.
-- Lo hacemos como en el oeste: escupiendo entre los dientes- le dije.
El whisky de malta Benromach Organic, ZASCA, a escupirlo, era excepcional, de una complejidad y originalidad maravillosa y con un intenso aroma a zapato de tacón abandonado bajo el sofá del lupanar del puerto de Aberdeen... Del calvados Coeur de Lion V.S.O.P. no sé decirles mucho, porque era la primera vez en mi vida que probaba un calvados y no estuve atento a la sentencia que viene detrás del ZASCA.
Tanto el profesional del morapio, como Ángel y yo, y esto es algo por lo que me sentí ciertamente honrado, coincidimos en dar premio especial al cognac Pierre Ferrand Reserve... ¡Pepe Aguirre! ¡Corre a una tienda a comprar una botella! Creo que lo venden en fruterías porque es, verdaderamente, como dar un mordisco a una pieza de fruta fresca (y este hombre lo escupió, ZASCA, que me estaba poniendo negro); y, sin duda, para mi gusto, lo mejor de todo el whisky de malta Caol Ila del que, además, el lapos dijo una cosa muy bonita (justo después del ZASCA):
-- Este whisky tan yodado se lo debemos al viento de Escocia.
Es de la isla de Islay, como el Lagavulin, donde, al parecer, el fuerte viento lleva agua de mar a la turba, lo que le da un sabor muy especial. Será eso, pero estaba cojonudo.
Al final, nos ofrecieron un gintonic de Citadelle que yo rechacé porque no era plan. Me encanta esa ginebra y cada vez la veo en más sitios, pero ya me veía mintiendo al Guardia Civil:
-- Es que soy catador profesional... Traígame una escupidera, o déjeme su tricornio, y se lo demuestro. ¡ZASCA!
X. Bea-Murguía (trabajo arriesgado el mío, ¿verdad?).
Por cierto, ésta es la entrada 600 de Wells & Bea-Murguía... ¡600! Se dice pronto. Ya que la cosa va hoy de empinar el codo, brindo por esto.
Etiquetas: Ángel García Muñoz, Tabaco, whisky
12 Comments:
Ay, ay... por eso tenías hipo anoche ¿eh? Que le metiste un empellón a la puerta que por poco la tiras abajo.
Y encima, me tengo que callar porque vienes de trabajar. Manda huevos.
Obedienia debida, ya sabes, cariño.
Lo de cantar Asturias patria querida es sólo opcional.
Pero no digas esto aquí porque, además de que no es cierto, esto lo lee tu madreeeeee
Manda huevos.
Besos
Javier
Obediencia, quería decir, claro.
Javier
Querido Javivi,
si muchas mañanas inicio mi rastreo por Internet con tu página para comenzar la jornada con sonrisas, risas o carcajadas, hoy han sido estas últimas las que han amenizado mis primeros minutos. La verdad es que anoche no lo comentamos, pero yo estaba "anonadado" (como dice el personaje de Sigerico en "Cuatro corazones con marcha atrás", de Jardiel) con la cantidad de cosas que tenían en la boca a algunos de nuestros compañeros de cata, pero estando en contacto próximo con el mundo de los gastronomos esto ya resulta casi habitual. En una ocasión oí decir a una periodista gastronómica distinguida (no era Isabel Mijares) que un determinado puro tenía sabor al musgo de la cara norte de los pinos de Valsaín (mezclado con algo de cerezas, le dije yo despues de preguntarle en qué ocasión y condiciones erotico-folkloricas se había dedicado a darle mordiscos a la corteza de los pobres pinos). ¡¡Que quiere usted que le diga¡¡.
Abzotes
Angel
Estimados, Javier, jefe y juglar virtual y Ángel, compañero de páginas pero sin embargo maestro y amigo. Queridos ambos.
Si me deja la risa y los esputos imaginarios y reales. Yo ayer no me fumé un Maestro de Robaina ni caté gota alguna entrada en grados. Pero en mi soledad casera me preté un ASHTON VSG (Virgin Sun Grown). Esto quiere decir, negro de la hostia a la par que virgen aunque madura por los vientos solares venidos allende los caribes, de donde viene ese ron que parece ser también lo has catalogado próximo a la Forma, más o menos. Lo que sí es seguro es su capa negruzca. ¡Qué rico está Fernandico!
Ajushhhh, agggggg jurrrrssss. Ya perdonaréis pero es que tengo una carraspera matinal, fumadora y cazallera que me permite hacer unas catas corpóreas de toma y ZASCA.
¿Os asegurasteis que el líquido elemental sobrante de la gargajera fue destruido o por el contrario algún camarero de tocha rojiza lo recicló para catas posteriores y/o personales?
Tengo que ir un día al club Puro Placer y saludar a la pandilla.
Espero me tengáis preparada la escupidera limpia como una patena. Propongo hacer un concurso como cuando eramos niños, lanzamiento de japo. O incluso, una gimcana de lanzamiento de otras sustancias, todavía recuerdo la última, el record estuvo en 2,25m de longitud. Para mí que eso lo hacen las cañas vulgares y no las catas de ZASCA, ZASCA.
Besos, G. of Lyon
Javier, perdona la longitud del comentario pero nunca me conformé con los 2,25m. Uno se tiene que superar, entiéndelo.
Besos, one more time, G. of Lyon
Jajajajaaa, Angel, tienes razón. Me estoy partiendo de risa imaginándome a la ilustre periodista, traje sastre y perla en ristre, hincándole el diente a un pino de Valsaín y no me puedo reprimir la carcajada yo tampoco. Mira, no te cuento lo que podría decir uno de mi pueblo (cercano a Valsaín, por cierto), un Vitorio cualquiera, de ese momentazo. Jajajajajaa
Pamemas, fruslerías y ñoñeces.
El maridaje perfecto es un farias y un machaquito a las seis de la mañana.
Si sobrevives
Fdo: Chemáznar, incontrolado
Enhorabuena por los 600... buen numero, me gusta... me recuerda algo... "por el desfiladero de la muerte cabalgan los seiscientos..." bueno, al menos rima... o algo mas.
Cada dia que te leo, me reafirmo en lo que te comente la ultima ved... "yo creo que copias a algun fulano"
Muy bueno
Eres como el Lagabulin... y como el talisker... knockando...en definitiva, se te quedo algo...
¡¡¡que quiiiereee el señoriiito!!!
Gracias, Ángel. Aquí, a nuestro amigo, le debieron hacer chupar desván a base de bien. Es lo que hay. Es necesario, pero, a veces, divierte. Un abrazo
Gonzalo, en este blog sí que importa el tamaño y cuanto más largo, mejor. ¡Vamos a por los dos metros y medio! Vente a tomar una sopa al pueblo y, después, nos acercamos a ver a José Carlos. UN abrazo, maño.
Chemaznar incontrolado... Jajajajajajajaja...
¡Hombre! ¡Qué sorpresón! ¡Cañones a la izquierda, cañones a la derecha! Esto del Caol Ila, gracias a vosotros. Se te va a pasar la fecha para organizar el cumpleaños. En cuanto a lo del blog, te confirmo que tengo un negro.... Jajajajajaja. Muchas gracias, señorito. Ya estoy aprendiendo rumano, por si hay que ir para allá a ver a Drácula. Un abrazo.
Javier
Muy bien, por alusiones he de confesarte que la profesión de catador es una marranada; lo divertido y simpatico es beber, y te aseguro que hay que tener solidos principios morales, para, una vez en al boca el preciado líquido, no tragarlo y sentir el calorcillo bajando por el gaznate. Debo confersar que los espirituosos de la alcurnia que degustasteis jamas los habría escupido, pero en una jornada de cata de 30 vinos, es una obligación si uno no quiere concluir confundiendo el tinto con el blanco.
Me apunto al siguiente concurso de escupitinajos; tengo mucha poractica.
Saludos Blogeros,
Jesús Bernad
¿Ves? ¡Ya sabía yo!
Hablando en serio, lo entiendo perfectamente y, además, de verdad que el chaval controlaba un montón de licores y vinos y dijo un montonazo de cosas muy interesantes.
Todo esto es serio.
Pero, no lo podía evitar, me entraba la risa.
UN abrazo
Javier
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