Un lenguaje secreto
Soy un hombre moderno y permítanme que les explique una costumbre que he adoptado desde hace un par de meses, que no puedo abandonar y que sumado a un defecto genético congénito que me impide pensar en más de una cosa a la vez (que básicamente consistente en que soy hombre…), me está provocando ciertos problemas de concentración… incluso en el trabajo.
Soy un hombre moderno. No me gusta ni siquiera decir que ayudo en casa porque considero que las labores de la casa son tanto obligación mía como de mi mujer, de modo que no “ayudo” sino que “colaboramos”. Cuido mi aspecto, sin excesos, pero cuido mi ropa, mi pelo, mi afeitado, mi olor corporal… Uso una colonia que se llama “Solo” de Loewe, y no se llama así porque te vayan a dejar solo por el pestazo… Que conste.
Además, trato de interesarme por temas que preocupan a las mujeres con el reconocido fin de poder mantener conversaciones con ellas y entender al sexo femenino cada vez más…. ¿soy o no soy un hombre moderno?, ¿un hombre de nuestro tiempo?.
Supongo que será ese el motivo por el que, últimamente, me he aficionado a escuchar un pequeño espacio publicitario que emiten en la desconexión local de la radio que suelo oír por las mañanas y en el que, una voz femenina de locutora profesional, presenta el espacio:
- “A continuación, los consejos de moda de Silvia Gomis, Directora de Moda de Moca Le Jour, tiendas Donna Karan New York”.
En ese momento, cualquier cosa que esté haciendo se detiene. Si estoy en la ducha, paro el grifo, y con la cabeza enjabonada y chorreando, con la mirada perdida y la boca abierta, escucho abstraído, los consejos que Silvia tiene para ese día. Si estoy calentando la leche para el desayuno de mi mujer o de mi hija, paro el microondas en un gesto rápido y toda mi atención se dedica a las sutiles palabras de Silvia y, sobre todo, a…. Intentar entender qué leches quieren decir esas palabras.
No soy capaz de retener un espacio completo, pero sí algunos párrafos o frases sueltas, conceptos, palabras que reverberan en mi cerebro durante todo el día sin que pueda echarlas de allí:
- “…también, por supuesto, hay opciones más informales para celebraciones de línea urbana y desenfadada. Puedes optar por uno de los 'must' de la temporada: el blusón ancho en rojo o rosa empolvado y un pantalón pitillo por debajo o incluso leggins.”
Y es que, si intento entender el significado remoto de esos recónditos conceptos, sutilmente claro, que para eso soy un hombre moderno y en el desayuno le pregunto a mi mujer:
-- Cariño, ¿esta corbata es rosa empolvado?
Soy un hombre moderno. No me gusta ni siquiera decir que ayudo en casa porque considero que las labores de la casa son tanto obligación mía como de mi mujer, de modo que no “ayudo” sino que “colaboramos”. Cuido mi aspecto, sin excesos, pero cuido mi ropa, mi pelo, mi afeitado, mi olor corporal… Uso una colonia que se llama “Solo” de Loewe, y no se llama así porque te vayan a dejar solo por el pestazo… Que conste.
Además, trato de interesarme por temas que preocupan a las mujeres con el reconocido fin de poder mantener conversaciones con ellas y entender al sexo femenino cada vez más…. ¿soy o no soy un hombre moderno?, ¿un hombre de nuestro tiempo?.
Supongo que será ese el motivo por el que, últimamente, me he aficionado a escuchar un pequeño espacio publicitario que emiten en la desconexión local de la radio que suelo oír por las mañanas y en el que, una voz femenina de locutora profesional, presenta el espacio:
- “A continuación, los consejos de moda de Silvia Gomis, Directora de Moda de Moca Le Jour, tiendas Donna Karan New York”.
En ese momento, cualquier cosa que esté haciendo se detiene. Si estoy en la ducha, paro el grifo, y con la cabeza enjabonada y chorreando, con la mirada perdida y la boca abierta, escucho abstraído, los consejos que Silvia tiene para ese día. Si estoy calentando la leche para el desayuno de mi mujer o de mi hija, paro el microondas en un gesto rápido y toda mi atención se dedica a las sutiles palabras de Silvia y, sobre todo, a…. Intentar entender qué leches quieren decir esas palabras.
No soy capaz de retener un espacio completo, pero sí algunos párrafos o frases sueltas, conceptos, palabras que reverberan en mi cerebro durante todo el día sin que pueda echarlas de allí:
- “…también, por supuesto, hay opciones más informales para celebraciones de línea urbana y desenfadada. Puedes optar por uno de los 'must' de la temporada: el blusón ancho en rojo o rosa empolvado y un pantalón pitillo por debajo o incluso leggins.”
Y es que, si intento entender el significado remoto de esos recónditos conceptos, sutilmente claro, que para eso soy un hombre moderno y en el desayuno le pregunto a mi mujer:
-- Cariño, ¿esta corbata es rosa empolvado?
Ella, con toda naturalidad y sin darle importancia me contesta:
-- No, es más bien rosa palo.
Y claro, la cosa es aún peor.
Si le digo:
-- Igual me compro unos leggins… ¿crees que me quedarían bien?
Levanta una ceja y contesta:
-- Pero… ¿tú eres tonto?
Y es probable que lo sea, tan tonto, tan tonto que ni siquiera sé por qué lo soy…..
Hace unos días, Silvia recomendaba: “…un pantalón alto de cintura y un cinturón ancho, en camel…”. Y yo pensé, ¿en “camel”?... ¿y eso qué es... además de una marca de tabaco?.
Esta vez sí, se lo pregunto a mi mujer, y me contesta “es un color marrón claro, como el de las trench de safari”… no insisto, no me atrevo, porque el resultado puede ser catastrófico….¿qué rayos será una “trench”?....
Lo que sí tengo claro es que se llevan los cinturones anchos de color marrón claro y como soy un hombre moderno y quiero llevarle un detalle a mi mujer, me ato los machos y me acerco a una de las tiendas de Silvia y señalando un cinturón marrón de una estantería le digo a la simpática y competente vendedora:
-- Quiero un cinturón ancho camel como este.
Ella sonríe, y con diligencia me contesta.
-- Bueno, sí, pero es que ese no es camel, ese es caldera…
Claro, a continuación me excuso y huyo despavorido.
Dice Silvia: “….nos decantamos por jerseys de punto verde té con cuello barco y manga al codo, faldas tubo rectas en piqué de algodón, pantalones rectos con bolsillos laterales, vestidos largos palabra de honor y camisas con doble botonadita…” (¡mierda!, está vez no he pillado ni una…) o allá por el mes de marzo: “…para abrigarte, las capas son la opción más 'in' y mejor acompañadas con guantes largos de piel. El look cincuentero versión actual se hará realidad en ti.”.. o esta misma mañana: "…siguen en boga los polos, dominados por colores básicos… aunque algunas marcas también se atreven con rosas, amarillos y azul eléctrico”…
Esta misma mañana: “La línea de fiesta es sensual y femenina, con gasas, sedas, tules, creps…”… ¿creps?, ¿pero eso no se comía?
Lo he estado pensado y creo que ya sé lo que voy a hacer. Tengo que averiguar dónde se aprende a hablar así… tiene que haber una academia o algún curso por correspondencia… sí, esta misma noche le preguntaré a mi mujer dónde aprendió ella y me pondré al día porque… ¿soy o no soy un hombre moderno?.
Luis
-- No, es más bien rosa palo.
Y claro, la cosa es aún peor.
Si le digo:
-- Igual me compro unos leggins… ¿crees que me quedarían bien?
Levanta una ceja y contesta:
-- Pero… ¿tú eres tonto?
Y es probable que lo sea, tan tonto, tan tonto que ni siquiera sé por qué lo soy…..
Hace unos días, Silvia recomendaba: “…un pantalón alto de cintura y un cinturón ancho, en camel…”. Y yo pensé, ¿en “camel”?... ¿y eso qué es... además de una marca de tabaco?.
Esta vez sí, se lo pregunto a mi mujer, y me contesta “es un color marrón claro, como el de las trench de safari”… no insisto, no me atrevo, porque el resultado puede ser catastrófico….¿qué rayos será una “trench”?....
Lo que sí tengo claro es que se llevan los cinturones anchos de color marrón claro y como soy un hombre moderno y quiero llevarle un detalle a mi mujer, me ato los machos y me acerco a una de las tiendas de Silvia y señalando un cinturón marrón de una estantería le digo a la simpática y competente vendedora:
-- Quiero un cinturón ancho camel como este.
Ella sonríe, y con diligencia me contesta.
-- Bueno, sí, pero es que ese no es camel, ese es caldera…
Claro, a continuación me excuso y huyo despavorido.
Dice Silvia: “….nos decantamos por jerseys de punto verde té con cuello barco y manga al codo, faldas tubo rectas en piqué de algodón, pantalones rectos con bolsillos laterales, vestidos largos palabra de honor y camisas con doble botonadita…” (¡mierda!, está vez no he pillado ni una…) o allá por el mes de marzo: “…para abrigarte, las capas son la opción más 'in' y mejor acompañadas con guantes largos de piel. El look cincuentero versión actual se hará realidad en ti.”.. o esta misma mañana: "…siguen en boga los polos, dominados por colores básicos… aunque algunas marcas también se atreven con rosas, amarillos y azul eléctrico”…
Esta misma mañana: “La línea de fiesta es sensual y femenina, con gasas, sedas, tules, creps…”… ¿creps?, ¿pero eso no se comía?
Lo he estado pensado y creo que ya sé lo que voy a hacer. Tengo que averiguar dónde se aprende a hablar así… tiene que haber una academia o algún curso por correspondencia… sí, esta misma noche le preguntaré a mi mujer dónde aprendió ella y me pondré al día porque… ¿soy o no soy un hombre moderno?.
Luis
5 Comments:
Luis, la solución es fácil: no pongas por la mañana la radio en euskera.
Besos
Javier
Hola, Luis.... a mi modo de ver, y dada mi conocida y extensa experiencia con las mujeres, tienes dos soluciones viables:
1) Ir a la tienda "fashion", y comprar cualquier cosa que se pueda cambiar. Tu quedas guay, y ella ya lo camiará por algo que le guste.
2) Haz un estudio de mercado, y encuentra una dependienta de una tienda de ropa fashion que vista coo tu esposa. Conviértela en tu asesora.
En cualquier caso ya sabes que con las mujeres se cumple el famoso "motto" de Bart Simpson:
- "Estás listo si lo haces, y si no lo haces vas listo"
Besos y abrazos
Supongo, Luis, que todas estas cosas te las enseñan en frente de la escuela donde se aprenden esas cosas de la junta de la culata, las escofinas, las amoladoras, los tornillos los pasos (en baloncesto), los fueras de juego, etc…
Tu no te preocupes… hay veces que ni yo lo pillo, como el día que me contaron lo de la pulsera de PANDORA, de cuatro era la única desfasada que no sabia de que iba. Menos mal, y esto es un consuelo muuu grande que, a los pocos días en una “mesa de chicas en Santos”, no lo sabia ninguna, ufff!!
El colmo de la estupefacción, abundando en lo expuesto por el compañero Luis, me llegó el día en que mi compañera de trabajo, que se moteja a sí misma de "fashion victim", y como siga sí va a terminar en "menda´s victim", me anunció con gran pompa y algazara que la tendencia dominante para este verano es el (y juro que lo dijo así)"neo-hippy-chic-urbano", que más que una tendencia parece una canción de Eurovisión, y que no sé si consiste en fumarse un porro en Callao o en irse a Ibiza con el pelo engominado... en fin, se precisa moderno especialista en descifrado.
Fdo: Agustín Questoy. asesor de imagen de Ana botella (en paro)
P.S. Si al final se compra los "leggins", querido Luis, adjunte foto
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