martes, enero 24, 2006

Mamá quiero ser artista



Chusma estatutaria:

Lo de la televisión ya no tiene nombre, yo por lo general intento no encender la televisión porque principalmente no me interesa en absoluto que una señora venga del futuro para hablarme de un nuevo producto de limpieza, que anuncien un coche de 50.000 euros con una canción del lumpen proletario negro de los años 60 y por supuesto me repugna ver los partes del Gobierno del signo que sea.

Después de esta charla progre, les comento que ayer sinceramente y previo al interesante reportaje del triángulo de las bermudas de la BBC, cada vez me interesan más los temas esotéricos y asuntos del misterio, pude visionar un progama que me produjo vergüenza ajena, como cuando veo a alguien que lee un libro de Harry Potter, el programa en cuestión se llama “Camino a la fama” y sus productores son gente sin ningún tipo de moral.El programa es el manido “Reality Show” para una supuesta obra de teatro que se estrenará el próximo día 1 de Febrero en el Teatro Calderón, un remake a la Mostoleña de la serie Fama. Pues bien el catálogo de infraseres que aparecen es inaudito, pero lo es más que esos mismos infraseres, y lo digo por pena no por asco, se dejen llevar por apenas 10 minutos de presencia en la pantalla: el leit motiv del programa de ayer era ni más ni menos los momentos anteriores a la selección de candidatos y aquí ya entra lo que considero inmoral, jugar con los sentimientos y expectativas de futuro de la gente y más si se ve a la legua que esa gente es el auténtico target de mercado denominado
“Looser” : esa Puri en ese extrarradio, que conste que ella no tiene la culpa,esperando la llamada para que le digan que sí o que no, con el móvil sin cobertura,ese hombre en paro “long term” que se te caían las lágrimas de ver que conseguía un trabajo, ese chaval que quiere ser estrella y que le dicen que nasti de plasti , ese tufillo gay del director de casting, esa chavala de diez años de conservatorio llorando porque iba a ser protagonista. Muy deprimente la verdad de lo frívolo que era, mi pregunta es: ¿Cómo se puede ser tan hijo de puta y jugar con los sentimientos de la gente?, ¿La gente cómo es tan subnormal de querer que filmen sus miserias?, porque la escena final de uno de los concursantes tomando un plato de jamón, unas cortezas y viendo en vídeo su “casting”era de verdad para llorar de pena.

En fin cada vez vivimos más en 1984, no les recomiendo esta novela porque si lo hago soy un snob, así que sigan leyendo Harry Potter.