Fraude vinícola

Hacía años que no veía a la gente consumir vinos con tanta exquisitez como se hace en Madrid en la actualidad.Madrid no es una ciudad para tomar vinos, siempre ha sido la ciudad de la Mahou y más concretamente del botellín de toda la vida, el clima cálido fomenta el consumo de cerveza bien fría a ser posible en jarra helada, pero tal vez el snobismo o la sobreproducción de “caldos” o la gilipollez de haber estado en Berlin y haber parado por los garitos de la Oranienstrasse fomentan en la actualidad que con 38 grados a la sombra alguien pida un Ramón Bilbao, que es un rioja exquisito.Luego ya en plan “soy más cool” siempre queda bien pedir un Ribera del Duero, sin tener ni puta idea de si es tinto, blanco o rosado.

Los atributos en el vino son necesarios, el vino no existe sin sus atributos, son como los cuernos -o los huevos- del toro pero para el vino ¿Qué es el vino sin el léxico del vino?, nada, niente, rien de rien.Un prolífico vocabulario lo acompaña, llegando a la estupidez supina por necesidades de marketing.

Probablemente un tipo con gafas de pasta, viajante de comercio de Murcia,y aprovecho para saludar a toda la gente de la huerta murciana que sé que son grandes lectores de este Blog, podrá estar horas y horas emitiendo una serie de términos sobre los diferentes caldos de la Península que le darán a Usted la sensación de a) La mayonesa estaba mal, ya me ha vuelto a engañar Marcelino el de la tasca, me encuentro mal b) ¿Qué huevos está diciendo este tío? c) ¿Me está tomando el pelo el de la huerta?

Usted no se confunde con cualquiera de estas apreciaciones, el hablar de vinos hoy en día se convierte en la utilización de una serie de términos epatantes como: “estructura del vino”, “armonía” “maridaje”,”final limpio y placentero”- este último término nos lleva a la vieja leyenda urbana de algún cantante patrio que acaba una noche en el hospital Ruber con una lesión anal- que se lo contó una prima suya que trabaja de enfermera.

Los atributos como pueden comprobar no son más que una estrategia de marketing, un fraude más para vender. Todavía hay gente inocente que cree que el vino se pisa y que el viejo Gepetto guarda con celo el zumo de uva en viejas tinajas, cumpliendo las instrucciones necesarias que su ancestro Zacarías le dejó para que continuara con la saga bodeguera.

El vino hoy es un producto industrial como la coca-cola, está sometido a tratatamientos químicos para incrementos de producción y el viejo Gepetto se ha convertido en todo un Señor Don Simón.

Pero claro yo entiendo que queda mejor decir “vamos a tomar unos vinos” que decir “vamos de cañas” y además el tipo de Murcia simpre queda como un tipo “leído y escribido”.

Hormon Wells