Los calvos son triunfadores

Gentuza:

Barthez puede ser muy bien un cabeza rapado castigado por un juez de faltas a jugar con la gente del suburbio dónde vive y que no le gusta. Por azares del destino a Barthez le toca jugar en el 98 y ganar una copa del mundo y a vivir de la cucamonga y del cuento con esa calvicie, afeitada para figurar más, pero en definitiva calvicie y entrar en el Olimpo de la Jet de verdad, con top models incluídas.

El calvo, el tipo calvo por alopecia genética, sin un puto pelo de verdad, no hablo de los calvos metrosexuales que se depilan porque así son más cool , tiene un sentido del Universo diferente, ¿llegan los estímulos antes a sus hemisferios cerebrales por ausencia de cabello y con ello se produce una reacción más rápida?. Probablemente sí, piensen en gente triunfadora y a su cabeza llegarán muchos nombres:el propio Barthez,Jorge Martinez (Ilegales), Don Limpio (nacionalizado español, anteriormente Mr.Proper),Kojak(el de los Chupa-chups)....

Los calvos se erigen como un fenómeno cultural de éxito que pasa desapercibido,pero que existe, aprovechando la siempre mediocre visión que el mundo tiene de ellos: “el calvo este gafotas...juaaaa juaaaa ” consiguen lo que al común de los mortales se nos tiene vedado: el éxito. Eso sí, hay gente que monta un bar de mierda de barrio, le pone un nombre en inglés y se cree el rey de la hostelería, pero eso no es éxito, eso es ser un perdedor con ínfulas.

Contra el fenómeno “Being Calvo de cujons” o “Calvin Klein” (calvito pequeño, en alemán) surge la antítesis en los seguidores de “Las Rastas” pero principalmente en “Las amigas de Carlos Carnicero” (Charlie Butcher).

La peluquería, ese lugar donde a los cinco minutos de salir se tiene que volver a entrar para cortarse nuevamente el cabello según decía Jardiel Poncela, fomenta en los últimos años la estética Rastafari de extrarradio o de “Las Rastas”, que se resume en intentar que Jozé Luí (Alhaurín de la Torre, 29 años, pastillero de pro, propietario de una moto de 50 que jode al vecindario a la hora de la siesta) consiga un parecido razonable a Bob Marley o a cualquier epígono de la música reggae.

La experiencia es turbadora, al situarse frente a un sujeto de estas características uno no sabe si reirse, si comprarle una guitarra para que toque en el Metro o pedir asilo político en Marte.Generalmente las denominadas “Rastas” generadas por los peluqeros patrios son una muestra de Alta Pelucutrería. En definitiva, no tienen nada que hacer con los calvos.

Antítesis diferente es la de las seguidoras del culto al vello en todas sus manifestaciones o
“Las amigas de Carlos Carnicero” (Charlie Butcher´s friends).Su principal dogma es el seguimiento de la máxima que enaltece el pelamen o pelambrera churumbera hasta poder emular al ídolo (The Butcher) en cualquier zona del cuerpo femenino.Algunas seguidoras se pueden ver en estos días de calor en las piscinas. Creánme, es algo horrible, en ocasiones el pelo se convierte en un verdadero apéndice en el que se podrían hacer auténticas, pero auténticas “Rastas”.

Hormon Wells
levantando España a las 16: 30 .