Viaje a Tailandia con esposas (y 5): puesta de sol
Queridos amigos:
rompo, pero voy a ser breve, mi pequeño periodo vacacional entre otras cosas porque ustedes no me han rogado insistentemente que me quede. En serio, voy a pedirles un poco de refuerzo positivo.
El sábado dejé de fumar y estoy como el del chiste:
-- ...es que he dejado de fumar.
-- ¡Coño! ¡Enhorabuena! ¿Y cómo lo llevas?
-- Bien, muy bien. Tampoco me está costando tanto. La gente exagera mucho.
-- Pero, ¿cuánto hace que lo has dejado?
-- Pues 107 horas, 7 minutos y 34 segundos... 35... 36... 37...
Esto me está pasando a mí. Además, el tiempo es real (jeje).
La otra vez que dejé de fumar, y me mantuve casi dos años y medio, no me costó tanto. Fueron, en verdad, tres días malos. Hoy, en mi quinto día de abstinencia, estoy a punto de tirar la toalla. No lo voy a hacer, pero estoy a puntiiiiito.
Hace poco más de un año, en Koh-Lanta, Tailandia, más que una rendición, volver a fumar fue una entrega apasionada, un dejarse llevar por las circunstancias. Tienen que imaginar ustedes la puesta de sol en el bar "Viva Zapata" (y aquel de ustedes que tema hacer un esfuerzo de imaginación por miedo a algún tipo de isquemia o a un marichalazo, haga CLIC aquí y lo vea).
Nunca he visto atardeceres tan espectaculares como aquellos, y no es sólo por el color rojo que tiñe todo el cielo ni por el mar convertido en una enorme chapa de cobre ni por la luz que se apelmaza y otorga a la escena una sensación de laxitud del tiempo o de pereza vital o de turbia irrealidad profusa en sombras... Dan ganas de avanzar hasta el borde del mar para comprobar con los nudillos que el fondo no es un decorado. En la calma de las chicharras, que no han parado de cantar en todo el día en repentinas y contagiadas oleadas de violenta inspiración, el ambiente se adereza con la llamada de la sangre de los mosquitos, que mezclan su zumbido de moscardón con el eco de la otra llamada de la puesta de sol: la del muecín que convoca a la oración desde el cercano pueblo de Salamán. Curiosamente, los mosquitos y el muecín quieren lo mismo de los hombres, a la misma hora.
Cuando, cerca de la línea del horizonte, el sol comienza su última caída (y de verdad que parece que va a ser la última), Lek, la camarera superborde, enciende la hoguera de la playa. Antes, ha mitigado el canto de sirena del almuédano con una pátina de música chill de corte místico hindú o, tal vez, budista, muy relajante; después te sirve una cerveza, una Singha-Beer ("¿big o semol?" "Big, coño, que la circunstancia lo requiere") y, aunque no hay aceitunas, te sientas en un confortable banco de madera dispuesto a la charla con los compañeros de viaje o a la sencilla contemplación del panorama, la curva descendente de un sol que pinta una estela en el recuerdo; la metamorfosis que, justo antes de ser engullido por el mar, lo convierte en una gran bola roja.
Entonces te das cuenta de que ese círculo cálido a punto de extinguirse en el mar, no es otra cosa que el extremo incandescente de un cigarrillo fumado por Apolo que se relaja, como tú mismo, en la oscuridad del trabajo bien hecho, al pie del carro recién aparcado.
Así que le pides un cigarrillo a tu cuñado y relajas el esfínter sobre los travesaños del banco de madera.
Ayer, un tipo muy desagradable, dijo con enorme vehemencia en la televisión: "La salud es lo único que importa". Esto ya no se lo cree nadie. Recordar puestas de sol como la de Koh-Lanta es, para mí, mucho más importante.
X. Bea-Murguía (y me vuelvo a mis "vacaciones").
ERNESTO VILLAR CIRUJANO... Muchas felicidades. Luego te llamo, si no me abducen.
rompo, pero voy a ser breve, mi pequeño periodo vacacional entre otras cosas porque ustedes no me han rogado insistentemente que me quede. En serio, voy a pedirles un poco de refuerzo positivo.
El sábado dejé de fumar y estoy como el del chiste:
-- ...es que he dejado de fumar.
-- ¡Coño! ¡Enhorabuena! ¿Y cómo lo llevas?
-- Bien, muy bien. Tampoco me está costando tanto. La gente exagera mucho.
-- Pero, ¿cuánto hace que lo has dejado?
-- Pues 107 horas, 7 minutos y 34 segundos... 35... 36... 37...
Esto me está pasando a mí. Además, el tiempo es real (jeje).
La otra vez que dejé de fumar, y me mantuve casi dos años y medio, no me costó tanto. Fueron, en verdad, tres días malos. Hoy, en mi quinto día de abstinencia, estoy a punto de tirar la toalla. No lo voy a hacer, pero estoy a puntiiiiito.
Hace poco más de un año, en Koh-Lanta, Tailandia, más que una rendición, volver a fumar fue una entrega apasionada, un dejarse llevar por las circunstancias. Tienen que imaginar ustedes la puesta de sol en el bar "Viva Zapata" (y aquel de ustedes que tema hacer un esfuerzo de imaginación por miedo a algún tipo de isquemia o a un marichalazo, haga CLIC aquí y lo vea).
Nunca he visto atardeceres tan espectaculares como aquellos, y no es sólo por el color rojo que tiñe todo el cielo ni por el mar convertido en una enorme chapa de cobre ni por la luz que se apelmaza y otorga a la escena una sensación de laxitud del tiempo o de pereza vital o de turbia irrealidad profusa en sombras... Dan ganas de avanzar hasta el borde del mar para comprobar con los nudillos que el fondo no es un decorado. En la calma de las chicharras, que no han parado de cantar en todo el día en repentinas y contagiadas oleadas de violenta inspiración, el ambiente se adereza con la llamada de la sangre de los mosquitos, que mezclan su zumbido de moscardón con el eco de la otra llamada de la puesta de sol: la del muecín que convoca a la oración desde el cercano pueblo de Salamán. Curiosamente, los mosquitos y el muecín quieren lo mismo de los hombres, a la misma hora.
Cuando, cerca de la línea del horizonte, el sol comienza su última caída (y de verdad que parece que va a ser la última), Lek, la camarera superborde, enciende la hoguera de la playa. Antes, ha mitigado el canto de sirena del almuédano con una pátina de música chill de corte místico hindú o, tal vez, budista, muy relajante; después te sirve una cerveza, una Singha-Beer ("¿big o semol?" "Big, coño, que la circunstancia lo requiere") y, aunque no hay aceitunas, te sientas en un confortable banco de madera dispuesto a la charla con los compañeros de viaje o a la sencilla contemplación del panorama, la curva descendente de un sol que pinta una estela en el recuerdo; la metamorfosis que, justo antes de ser engullido por el mar, lo convierte en una gran bola roja.
Entonces te das cuenta de que ese círculo cálido a punto de extinguirse en el mar, no es otra cosa que el extremo incandescente de un cigarrillo fumado por Apolo que se relaja, como tú mismo, en la oscuridad del trabajo bien hecho, al pie del carro recién aparcado.
Así que le pides un cigarrillo a tu cuñado y relajas el esfínter sobre los travesaños del banco de madera.
Ayer, un tipo muy desagradable, dijo con enorme vehemencia en la televisión: "La salud es lo único que importa". Esto ya no se lo cree nadie. Recordar puestas de sol como la de Koh-Lanta es, para mí, mucho más importante.
X. Bea-Murguía (y me vuelvo a mis "vacaciones").
ERNESTO VILLAR CIRUJANO... Muchas felicidades. Luego te llamo, si no me abducen.
15 Comments:
¡Ánimo con el desenganche! Es muy duro pero se puede hacer.
Mi padre lo dejó por prescripción médica: o dejaba de fumar o le cortaban una pierna. Lo dejó sin más.
Mi jefe lo dejó despues de acudir a una charla de esas de "Es fácil dejar de fumar si sabes como". Tras seis horas de charla en la que dejan fumar todo lo que quieras salió como nuevo.
No tiene síndrome de abstinencia ni nada. No ha vuelto a ello. Eso sí, ha cogido peso pero está en ello y le va muy bien.
Sea como fuere ten mucho ánimo.
:)
El Último Íbero.
Joder, macho... tú no tienes vergüenza... Bueno, puede que sí, pero no ética, compasión o solidaridad hacia el resto de la humanidad...
Me he leído los anteriores episodios del viaje...
Joder, que depresión me ha entrado, de dar por supuesto que yo me merecía estar ahora una semanita allí...
Me lo merezco, lo juro!!!!
Dios, que ganas de que sea invierno, esté toda la humanidad aquí, puteada, y yo allí, desconectando, feliz...
Mientras, déjame decirte que este intento de dejar el tacao tienes que demostrar que, igual que volviste "porque sí" (además de porque seas un capullo, pero eso lo has sido siempre!!), eres capaz de dejarlo con contundencia, porque ´"el que manda eres tú" (vamos, que tú fumas porque lo disfrutas, no porque seas esclavo del tabaco).
En fin, que mucho ánimo, que ya has pasado la fase crítica... (Dios, los tres primeros días, parecen inacables!!)
Y que reitero mi asco y rabia por la descripción del paraíso... Qué envidia!!
Por cierto, soy el de arriba, y acabo de comprobar que mis temores estaban fundados: no había firmado mi declaración de envidia insana contra ti y tu familia por el megaviaje...
Me ratifico, pero ahora, lo firmo: Carlos FG
Abrazos, pero con desprecio....
¡Buenas tardes!
Mi madre dejó de fumar hace 8 ó 10 años por una promesa... se lo agradezco porque el beneficiario de dicha ofrenda era yo. No ha vuelto, pero sigue diciendo "échame el humo, échame el humo". No sé si se es esclavo del tabaco o dsfrutador del mismo... lo que si sé es que cuesta un huevo dejarlo.
En cualquier caso, deja de compadecerte y ponte a escribir. Ni "vacaciones" ni nada, guapo, que salvo los de la radio en el atasco, que me alegran un poco la mañana, básicamente porque se meten con zapatitos todo lo que pueden y más, tú eres el único que despierta una sonrisa en mi cara todos los días cuando llego al trabajo.
Menos lloriqueos y más a lo tuyo, que lo haces muy bien. Ponte a ESCRIBIR y déjate de vainas. O nos vas a defraudar a todos.
Yo por el momento no admito esa renuncia "vacacional". Quiero seguir leyéndote.
Un beso grande, fuma o no fumes, pero no nos dejes colgados en nuestra lectura matinal, por favor!
Ahora reniegas del tabaco?, dejas el Blog... una secta?
Javi uno no nace fumador, se hace.
Ahora que he conocido a una chica judia que cocina divinamente y con la que podemos fumar puros haces estas cosas.....
Hormon Wells
Bueeeeeno, a ver...
Dos cosas...
Yo no he dejado el blog... Me estoy tomando un respirillo.
Segundo, yo no he dejado el tabaco ni reniego de él... He dejado los cigarrillos, pero pienso seguir fumando puros como mandan los cánones.
Ahora me encuentro un poco mejor, pero, cojones, lo he pasado mal.
Besos y abrazos
Javier
Te queremos!!!!!
Los mejores artistas siempre crearon en sus momentos más difíciles... así que aprovecha el mono (auqnue sea sólo sea un mono temporal y discriminatorio).
Yo no fumo puros, pero si para cenar bien con la novia del anónimo hace falta, nos fumamos lo que sea...
Aunque nadie "tenga fe en la baba de caracol", a ti si te creemos, así que confío en que ese "respirillo", pero que no sea muy hondo, por favor.
Bastante tengo ya con leer los mails de los alemanes todas las mañanas como para que me quites el que más me gusta... ese que recibo de "Wells y no sé que más, algo muy difícil de pronunciar" como dice mi madre.
¡Bea-Murguía no es dificil de pronunciar!¡Es muy bonito y evocador!
Snif.
Ahora me voy a llorar a una esquina con dolor en mi corazón (y en mi árbol genealógico).
Y por cierto Javi, el dicho ya lo dice "Fumador de puros, perderos de mus"... ¿o era jugador de chica? No, eso es lo de Hormon.
Íbero finalizado.
NOTA: dónde dice "perderos" debería decir "perdedor".
¡JAVI, TE QUEREMOS!
Ahí te lanzo un poco de ropa interior virtual
Firmado:
La vecina de enfrente
Vale, me apunto a lo de limitarnos a los buenos puros. Espero que me ayudes a superar el cigarrito entre plato y plato tan de mis amores.
Wenceslao Oremus, probador de pilotos
FELICIDADES HOY DIA 11 jAVIER,SIGUE ESCRIBIENTO . tE QUEREMOS
Si, soy el cunyado, ese que le dio el cigarro, que por cierto compro alli su primer paquete desde tambien hacia tiempo...
Doy fe de que la foto es de verdad. Nada de ahorrar tiempo buscando "puesta del sol" en la seccion de fotos de google.
ah, y en Estocolmo no te preocupes que no hay sitio publico en el que se pueda fumar. Solo en la p$%# calle. Asi que si fumas, mueres pero por congelacion.
¡Cuñao!
Ya no fumo...
Javier
Publicar un comentario
<< Home