miércoles, octubre 31, 2007

Beatriz

Queridos amigos,

probablemente, a la hora en que muchos de ustedes entran en el blog (que no se me olvide darles las gracias), no pregunten cómo ni por qué ni dónde, recuerden lo que dice el libro del Eclesiastés en su capítulo 1, versículo 18 "donde hay ciencia, hay dolor y quien aumenta su sabiduría, aumenta su sufrimiento", yo estaré ingresado en un hospital.

Nada grave. No se preocupen. Es una cuestión de decibelios. Van a decirme si lo mío puede llegar a ser considerado contaminación acústica, en cuyo caso, pasarían a amordazarme.

Ya les hablé de ello en esta otra entrada: CLIC.

Lo único que les puedo adelantar es lo que me va a decir la enfermera. Como si lo viera, como si lo estuviera escuchando ya: "Con pacientes como tú, da gusto". No les digo más.

Fíjense bien en ese cuadro de Lempicka. Bonito, ¿verdad? Yo no lo conocía. Podía haber supuesto, cuando lo vi ayer colgado en el salón de la casa de Elena Escobar, que no era un original, pero, la verdad, no caí. Me acerqué a mirar la firma. Sentía curiosidad, pero la rúbrica no era muy clara. Independientemente de la autora, lo que encuentro de fantástico en ese cuadro es el nivel de conexión que consigue conmigo, que es lo importante para mí.

Ayer tuve la suerte de conocer en persona, por fin, a Elena Escobar y de comprobar, a partir de ese cuadro, lo extrañamente circular que resulta la vida, sobre todo si uno se empeña en buscar coincidencias. La lástima es que me he tenido que marchar, que con muchísimo gusto me habría quedado a comer con ella, cosa que tengo pendiente desde la primera vez que entró en este blog. Eso, Elena, lo apuntamos en el debe para cuando Beatriz esté mejor.

Me he tomado una cerveza en su impresionante casa de techos altos. Me encantan las casas con los techos altos, creo que no tanto por mí como por herencia de mi abuela Mari, la elegante de Bilbao, que contaba ésta entre una de sus muchas obsesiones. Cada vez que entro en una casa de techos altos, me acuerdo de ella y eso ya me condiciona.

Hemos estado charlando un rato muy agradable, aunque, como habrá podido comprobar, en el terreno corto, sin el Éter de por medio (me van a permitir que llame así a internet, pues es como lo llama mi jefe, Raimundo de los Reyes) y de primeras, soy un poco decepcionante. Me lo han dicho muchas veces. Algunos piensan que soy borde, pero lo que me pasa es que, de primeras, me aturullo un poco, así que prefiero callar. Después, cuando cojo confianza, me destapo como el impresentable que soy.

Después he visto el cuadro.

-- ¿Te gusta?
-- Mucho. Me parece precioso.
-- Pues lo ha pintado Helena.

Su hija, Helena de la Joya, a quien he llamado en cuanto he podido para decirle lo impresionado que estaba. Eres una artista. Ha sido Helena la que me ha dicho que el original es de Lempicka.

¿Que si me gusta? Me encanta. Una mujer, que mi capricho quiere que sea una maternidad, una embarazada, con un fondo tormentoso y el codo derecho marcado... Ustedes dirán.

Pasen un buen puente.

X. Bea-Murguía (ronkman)

5 Comments:

Anonymous Anónimo said...

GRACIAS. TE QUIERO.

31 octubre, 2007 14:00  
Anonymous Anónimo said...

Lo sé, querida

El señorito Rhett

31 octubre, 2007 14:43  
Anonymous Anónimo said...

Qué ilusión, ver mi cuadro en tu bog y además, que te recuerde a la embarazada! Fíjate tú, siempre pensé que era amor de madre... me apuntaré de nuevo a clases de pintura, que la tengo abandonada por revistas de uñas, bronceado y fitness. Eso, "salud, estética y belleza" y predicamox con el ejemplo... ojeras hasta la comisura de los labios, agujetas en los brazos de cargar con revistas y para terminar un codo luxado y el susto que nos pegamos. que no fue pequeño. Menos mal que mi Bea es una jabata... eso sí, no quiero saber cómo se quedó el brazo del celador que la sujetaba mientras le colocaban el codo.
Estoy con Federico y me pide que mandemos besos grandes a Rodrigo. Desde que decidió cambiar de profesión le quiere aún más... si se puede. La verdad es que el niño es un amor (siempre y cuando no haya un plato de pescado delante). Ya comerá cuando sea grande...

01 noviembre, 2007 21:31  
Blogger Elena Escobar said...

Si orgullosa estoy del trabajo de mi hija, ni qué decirte de sus facultades para la pintura. Cuando volvió de Francia/Italia, tras terminar sus prácticas en Euronews, me pidió un año sabático para dedicarlo a la pintura y... a hacer gimnasia.

Ella misma se sorprendió de lo que podía hacer. El cuadro de tu "Bea-Lempicka" fue mi regalo de cumpleaños de entonces y el resultado de... cuatro meses de clases de pintura.

Si de verdad consigues con tu maravilloso comentario que vuelva a pintar, te llevaré en el corazón para siempre.

P.S.: Me gustas en las distancias cortas. Tenemos pendiente la comida. Cuando quieras. Lo estoy deseando.

02 noviembre, 2007 01:23  
Blogger H.Wells y X.Bea-Murguía said...

Gracias, Helena, Elena. Esa comida está pendiente.

Besos

Javier

05 noviembre, 2007 07:54  

Publicar un comentario

<< Home