Aquí hay bigardo
Queridos amigos,
creo que si destaco por alguna cosa, además de por ser "contaminación acústica" y agente favorecedor del cambio climático, es por mi figura atlética.
A la vista está.
Es evidente.
Voy por la calle y me paran los chavalitos: "¡Mira, mira! El Fermín Cacho".
Y firmo autógrafos y todo: "Con cariño, Cacho Fermín", que no es exactamente lo mismo pero se adecúa más a mi actual, como decirlo, anatomía propia de los kouroi, salvo que yo no tengo tanta nariz como algunos (y no me refiero sólo a Fermín Cacho). La nariz es importante en un atleta como yo porque sirve de cortavientos, es aerodinámica. Es mi gran defecto, lo que truncó mi carrera de atleta de élite.
Es cierto que ando un poco bajo de forma física y que he hiperdesarrollado el abdomen que, así, visto de primeras, podría parecer un poco fofo mas, muy al contrario, soy capaz de ponerlo duro como la pizarra sobre todo después de un buen guisote de jabalí y unos callos con garbanzos. Una vez, incluso, se me puso tan rígido que tuve que ir al médico que me dijo que lo mío es meteórico (¿o dijo meteorismo?).
De fumar no hablo, porque confieso que estoy ya en el umbral de lo no aceptable. El otro día, cuando fui al hospital, casi sin haber pisado su suelo de colegio, casi sin haber dicho aún mi nombre, ni un ave María purísima sin pecado concebida, ya me estaban diciendo: "Vas a tener que dejar de fumar". Pero esto se lo dicen a todo el mundo, creo ¿no? Incluso cuando vas con la pierna rota: "¡Deja de fumar!". Se ponen muy pesados con esto y, también, con el "¡adelgaza!", es decir, "deja de comer". Y como yo insisto mucho en que soy un deportista nato y que me mantengo, para mi edad, en una estado de forma no malo del todo, la enfermera me examinó con severidad y me dijo: "¡Y deja de beber, también!".
Pero los amigos son los amigos y, en ocasiones, sobre todo cuando uno está de farra, dice estas cosas que el médico, que va de empírico y de hombre de ciencia, no se ha creído. Lo que buscas es un enfoque más cartesiano, la comprensión y la fe inquebrantable de la amistad, de aquellos que sí creen en la falacia de los sentidos: "Aunque me veas ahora un poco gordo, yo soy un campeón del atletismo: soy la respuesta que relaciona el tocino y la velocidad". Puede que sea que un botellín de Mahou a tiempo envalentona, te lleva arriba y tu boca extiende cheques sin fondo físico aparente o es tu ego, que se desborda por el gollete de la botella. De tus amigos esperas sólo que te crean, pero algunos van más allá, te creen, sí, pero te graban para que, después, les creas tú a ellos:
A esto se le llama traición. O, también, ser capullo y hablar de más. Son, efectivamente, unas declaraciones mías que he hecho el año que viene ¿no ven que tengo el pelo corto? Además, si leen mis labios se darán cuenta de que lo que en verdad digo es: "La fidelité de ton amí te será útil", en perfecto francés de La Sorbón. Lo demás es una manipulación de narices.
Sin embargo, no me importa. La carrera tradicional del Castillo son seis kilómetros de nada y, hablando de nadar, yo he nadado entre tiburones. Tuuuuuso.
Agazapaíto estoy.
X. Bea-Murguía (el hijo del viento... Lo digo por lo del meteorismo)
creo que si destaco por alguna cosa, además de por ser "contaminación acústica" y agente favorecedor del cambio climático, es por mi figura atlética.
A la vista está.
Es evidente.
Voy por la calle y me paran los chavalitos: "¡Mira, mira! El Fermín Cacho".
Y firmo autógrafos y todo: "Con cariño, Cacho Fermín", que no es exactamente lo mismo pero se adecúa más a mi actual, como decirlo, anatomía propia de los kouroi, salvo que yo no tengo tanta nariz como algunos (y no me refiero sólo a Fermín Cacho). La nariz es importante en un atleta como yo porque sirve de cortavientos, es aerodinámica. Es mi gran defecto, lo que truncó mi carrera de atleta de élite.
Es cierto que ando un poco bajo de forma física y que he hiperdesarrollado el abdomen que, así, visto de primeras, podría parecer un poco fofo mas, muy al contrario, soy capaz de ponerlo duro como la pizarra sobre todo después de un buen guisote de jabalí y unos callos con garbanzos. Una vez, incluso, se me puso tan rígido que tuve que ir al médico que me dijo que lo mío es meteórico (¿o dijo meteorismo?).
De fumar no hablo, porque confieso que estoy ya en el umbral de lo no aceptable. El otro día, cuando fui al hospital, casi sin haber pisado su suelo de colegio, casi sin haber dicho aún mi nombre, ni un ave María purísima sin pecado concebida, ya me estaban diciendo: "Vas a tener que dejar de fumar". Pero esto se lo dicen a todo el mundo, creo ¿no? Incluso cuando vas con la pierna rota: "¡Deja de fumar!". Se ponen muy pesados con esto y, también, con el "¡adelgaza!", es decir, "deja de comer". Y como yo insisto mucho en que soy un deportista nato y que me mantengo, para mi edad, en una estado de forma no malo del todo, la enfermera me examinó con severidad y me dijo: "¡Y deja de beber, también!".
Pero los amigos son los amigos y, en ocasiones, sobre todo cuando uno está de farra, dice estas cosas que el médico, que va de empírico y de hombre de ciencia, no se ha creído. Lo que buscas es un enfoque más cartesiano, la comprensión y la fe inquebrantable de la amistad, de aquellos que sí creen en la falacia de los sentidos: "Aunque me veas ahora un poco gordo, yo soy un campeón del atletismo: soy la respuesta que relaciona el tocino y la velocidad". Puede que sea que un botellín de Mahou a tiempo envalentona, te lleva arriba y tu boca extiende cheques sin fondo físico aparente o es tu ego, que se desborda por el gollete de la botella. De tus amigos esperas sólo que te crean, pero algunos van más allá, te creen, sí, pero te graban para que, después, les creas tú a ellos:
A esto se le llama traición. O, también, ser capullo y hablar de más. Son, efectivamente, unas declaraciones mías que he hecho el año que viene ¿no ven que tengo el pelo corto? Además, si leen mis labios se darán cuenta de que lo que en verdad digo es: "La fidelité de ton amí te será útil", en perfecto francés de La Sorbón. Lo demás es una manipulación de narices.
Sin embargo, no me importa. La carrera tradicional del Castillo son seis kilómetros de nada y, hablando de nadar, yo he nadado entre tiburones. Tuuuuuso.
Agazapaíto estoy.
X. Bea-Murguía (el hijo del viento... Lo digo por lo del meteorismo)
Etiquetas: Bigardos, carrera del Castillo, personal
12 Comments:
Yo que tú prestaba declaración jurada de que esa grabación es ilegal (hay atenuantes etílicos evidentes...) y, ya puestos, cambiaba el reto de correr hacia el Castillo (o hacia la Antártida, a por un huevo) por una lanzada en tirabuzón y de panza por los arenales, con tu hijo al lado supervisando. Si con unos callos con garbanzos se te pone dura (la tripa), ya verás con la arena blanca. Ah, en el aterrizaje, cuidado con los morros (y los callos).
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJJAJAJAJAA
¡Qué poca fe tienes en mí, amiga!
¡Que poquita fe!
El hijo del viento (a popa)
He intentado sin exito hacer un comentario en JIKA, para decir que fue un placer compartir un dia de campo con vosotros. A Mateo le esperan muchos, ademas pienso dejar que no se acueste hasta las 9 de la mañana como se hace en Bernardos.Solo faltaron los papis. Me acordé mucho de ellos. Habra qur prepararlo con mas tiempo.Besitos.Tia Carlota
Otro espeluznante testimonio de los peligros del javierismo extremo.
(Profesor Yoesque Mescojoncio, entrenador personal de arenques del Báltic)
y que lo digas anónimo, javierismo extremo jajajaja. Es un bocazas de nota. Sigue agazapadito javierito. besos grandes de lepanta
Lo del javierismo extremo es gracioso, profesor, lo adoptaré en adelante (jajajajaja). Gracias.
¡Ay mi manca! ¡Que bien que escribe con la izquierda! Que no es lo mismo que tener mano izquierda. Mi Bea tiene dos derechas, pero muy bien puestas, eso sí. Besos
Javier
Que le manden la UVI a ese bigardo, que irá volando a donde?? a la tumba, veremos el año que viene si es hombre de ley y palabra.
Pero Javi admite que se llegan a unas edades en que "irse a la cama significa ponerse el pijama" y ademas tienes mujer e hijo e hija.
Un saluito del Pescadilla del Guadiana.
Ah y no ganes la carrera que dejarás en verguenza a algún adolescente y no se podrá ir a la cama, salvo con pijama.
Tengo un plan, Pedro... Al poco de salir, me hago el muerto, me recoge la UVI y no tiene más narices que pasar por la línea de meta para llevarme a reanimación... Así que, si me coordino bien con los de la UVI, pasaré el primero por la linea de meta (sin contar, claro, que no participan, ni las luces de la ambulancia ni el conductor de la misma).
Javier
Un saludo y toda mis condolencias para Bea que, aparte del brazo en cabestrillo, tiene que sufrir las incontenencias verbales de su lamentable proveedor de costillas.
Gaitero
Esto son amigos, sí señor.
¡Tendrá queja mi mujer de mi!
Vale, vale. Te espero, te espero
Javier
Javier, no me parece apropiado que hagas deporte de riesgo, en Agosto serás mucho más papá de lo que eres ahora. Pero si deberías, por lo mismo, dejar de fumar (que ya nadie se acuerda del Prohibido Prohibir). Del tipo no te preocupes hombre, tu ya sabes que tienes tu público.
Ana, pequeña pero responsable.
Ana, no me preocupa mi tipín. Sé que los de Revilla están buscando modelos para anunciar chorizos. El tocino tiene su sitio en el mundo.
Gracias a mi público (ya me las presentarás).
Besos
Javier (mayor y-responsable)
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