El estímulo justo y necesario
Queridos amigos,
les iba a meter un rollo hoy de los de agárrate y no te menees, pero es viernes, anoche estuve por ahí fumando un Partagás Serie D nº4 hasta más abajo de la anilla y no estoy ni muy lúcido ni con muchas ganas.
En verdad lo único que quiero es que pasen cuanto antes las navidades. En mi pueblo ya han empezado a ahorcar al gordo Papa Noel, que no sé cómo no se dan cuenta de que tienen los balcones combados por el peso. A ver, gente de mi pueblo: Papa Noel es un obeso y necesita ayuda hasta para subirse a su puto trineo, así que malamente va a escalar por su fachada; Papa Noel va en trineo, lo aparca en el tejado porque es un comodón y, como dice mi Jesús, no hay gordos de milagro, que todos son de comer y de no hacer ejercicio, y se cuela por la chimenea. Sé que esto de que semejante ballenato se le cuele a usted por la chimenea es increíble, conforma la parte prodigiosa de todo este asunto, pero si usted está dispuesto a creer en Papa Noel y les va con semejante bola a sus criaturas, lo de menos es si el gordo cabe o no cabe por la chimenea. Cabe y cabe, ¿vale? En mi colegio, desde luego, habría cabido en el váter.
Si usted no tuviera chimenea, no es culpa de nadie, ni siquiera de los romanos ni, por supuesto, del obeso Noel. Haga el favor de no ahorcarlo. Yo estoy en contra de la pena de muerte, aunque sea a personajes paganos e imaginarios.
En verdad, aunque usted rechace lo que voy a decir ahora, lo que uno está dispuesto a creer no depende de sí mismo, sino del estímulo. Mi hijo se negaba a dormirse la otra noche porque quería dar caza al Ratoncito Pérez. Cree en él a ciegas porque está debidamente estimulado, como dejaría de creer inmediatamente con el estímulo contrario (que por supuesto, no le damos).
Por eso, yo no creo en los milagros, sino en la necesidad de ellos, que es el estímulo justo y necesario. A Jesús, en Nazareth, lo conocían por el egipcio, ya que sus padres se habían exiliado en el país del Nilo durante la mayor parte de su infancia, hasta la muerte del rey Herodes y el ascenso al poder de los tetrarcas.
Entre otras facultades, a Jesús se le atribuía el conocimiento de la magia egipcia, aprendida de una manera que no se cuenta en ningún evangelio. Su fama era tal en Nazareth que el mismo día de su boda con Sara, celebrada en Canaá, su magia fue requerida por sus invitados. El anfitrión, el suegro de Jesús, se había quedado sin vino.
Algunos de los comensales comenzaron llenar un barril de agua del pozo y a pedirle que la convirtiera en vino, como si pidieran a Tamariz que se sacara un tío más feo que él de la chistera, sólo que, de ser Jesús Dios hecho hombre, esto habría significado una afrenta contra la ley, porque estaba escrito "no tentarás al Señor, tu Dios". Pero Jesús no era más que un hombre el día de su boda, aunque pudiera ser que fuera consciente de su destino.
Hasta su madre, María, le rogó que lo hiciera. "Se están quedando sin vino", le dijo, a lo que Jesús respondió: "Mujer, sabes que no ha llegado mi momento".
Si creemos en el Evangelio tradicional, Jesús dice que no ha llegado su momento, pero, sin embargo, hace el milagro: convierte el agua en vino. Esto es contradictorio, como obligar a Papa Noel a que trepe por su ventana como si fuera Don Juan Tenorio (no se haga usted ilusiones).
Existe una versión mejor del milagro de las bodas de Canaá. Jesús, de pie, junto al barril del agua, posa sus manos en la madera y dice a sus invitados, produciendo el estímulo necesario para el milagro (más o menos):
-- He convertido este agua en un vino tan delicioso que ninguno de vosotros ha probado antes un vino mejor, pero es un vino especial: sólo aquellos de entre vosotros que seáis buenos creyentes y respetuosos de la ley de Moisés, saborearéis el vino y os deleitaréis con su sabor. En cambio, aquellos de entre vosotros que sean pecadores, no sacarán más que el insulso gusto del agua.
Este relato, por supuesto, se lo debemos a Anthony Burgess.
X. Bea-Murguía (esta foto, con razón, me la ha reclamado quien se ha ganado a pulso el derecho a salir en mi blog en "Alguna gente buena, buena". Pues no le falta razón: el Vigilante del Coral, la Animadora Subacuática, la Irreductible Gala, Belén y me van a perdonar, pero no tengo más memoria. Eran majetes los chicos, pero...).
Para mis compis de buceo, pues... Me encanta esta canción de U2
Etiquetas: Anthony Burgess, Jesucristo, Literatura
2 Comments:
El tema este esta bien, pero me gusta esa reflexion final de imagenes de espaldas mojadas.... .Este Blog queda demostrado que esta con esos amigos hispanoamericanos.
Hormon Wells
Javier,Javier,Javier... ya está bien de tanto fumar porque un dia si al siguiente tambien y del medio tambiem.Respecto a lo del vino me da igual si lo hace Jesus,el bodeguero, con agua o con uva y te aseguro que no soy pecador porque le saco gusto.
Correcto pero para saberlo HAY QUE GASTAR EN VINO Y NTANTO EN PUROS QUE ESO CONTRIBUYE A CONCENTRAR LA RIQUEZA EN SOLO UN SECTOR.
Ea, El Pescailla del Guadiana, dispuesto a invitar a vino.
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