viernes, diciembre 07, 2007

El beso de Judas

Queridos amigos,

Estoy mejor, aunque aún un poco... digamos... tirante. De hecho, me voy a ir a currar. No sé si me dará tiempo a colgar la entrada. Si no, la remato en la oficina que hoy será un día tranquilo.

Tengo varios axiomas que desmentir. Así de fuerte viene hoy la historia:

Primer axioma: DEJAR DE FUMAR ES IMPOSIBLE.

Vale, pero yo lo he vuelto a dejar, hace ya casi dos semanas, a lo que pueden ustedes atribuir mi dispersión mental de los últimos días e, incluso, mi muy malísima leche.

Otro axioma: DEJAR DE FUMAR PRODUCE ESTREÑIMIENTO

Es posible, salvo en el caso de que trates de triturar con los dientes la ansiedad de la falta de nicotina usando chicles de menta, que tienen una cosa fea que revuelve las tripas. Por eso dicen que los chicles de menta guardan una muy estrecha relación con la colitis y el desenfreno intestinal: cuando usted menta los muertos de alguien, de hecho, se está cagando en ellos.

Más axiomas: JUDAS ISCARIOTE Y CAIFÁS SON LOS MALOS DE LA PELÍCULA

Una verdad alternativa, del Evangelio según Judas (siglo II, supuestamente no escrito por Judas, claro, que, como todos ustedes saben y no cuestionan, se ahorcó): Judas hizo lo que le ordenó su maestro "Haz lo que tienes que hacer", le ordena en la última cena.

Pero hay otra. Una mejor aún: a Judas le engañaron los sacerdotes del templo de Jerusalén. El Sumo Sacerdote del Sanedrín, Caifás, sabía que el destino del Hijo del Hombre era morir, representar el sacrificio supremo por los pecados de los demás y puso de su parte para que se cumplieran las escrituras. Y, así, gracias a Caifás se perdonan los pecados: Agnus Dei qui tollis pecata mundi. Jesús y Caifás conocían la profecía y la escenificaron de pe a pa. Quiso entrar en asno a Jerusalén (Zacarías 9, 9 “Alégrate mucho, hija de Sión; da voces de júbilo, hija de Jerusalem: he aquí, tu rey vendrá á ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, así sobre un pollino hijo de asna”) y quiso morir por los pecados de los demás.

Lo que está claro es que Judas no se quedó con las 30 monedas de plata. Esto lo dice el Evangelio, también, que cuando se dio cuenta las devolvió a las arcas del templo, antes de ir a ahorcarse, y que no quisieron los levitas juntar ese dinero, que estaba manchado de sangre inocente, con el resto de los fondos del templo, así que lo destinaron a lavar su conciencia comprando “El campo del Alfarero”, donde establecieron un cementerio para extranjeros.

El primero que dio con sus huesos en el nuevo cementerio fue un hombre, al que nadie reconoció por lo que no pudieron inscribir nombre alguno en la tumba. Lo habían encontrado, horas antes, ahorcado en un árbol a las afueras de Jerusalén.

Pero Judas Iscariote es un inocente declarado culpable hasta el final de los tiempos. Cuando llegó a Getsemaní y besó a su maestro, lo hizo para salvarlo. Así que si hoy llego yo a casa y te beso y tú me vuelves a decir: “Este es el beso de Judas”, yo responderé:

-- Exacto... ¿Quieres otro?

X. Bea-Murguía (y no insisto más)

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2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Si sigues con los cichles de menta te vas a hacer adicto a la taza del water, y vas a tener que volver a fumar para dejarlo (entre chicles y papel te va a salir por un pico).

Te lo digo yo que entiendo de plantas y berzas (sin segundas).

El frutero

10 diciembre, 2007 09:38  
Blogger H.Wells y X.Bea-Murguía said...

JAJAJAJAJAJAJA

¿De berzas? ¿Sin segundas? ¿Acaso "entender de berzas" tiene primeras interpretarciones? Que yo sepa, Frutero, "enterder de berzas" sólo tiene una lectura, que no es la misma que "entender de berza" (en singular).

El chicle de menta es el mejor amigo del estreñido. Te lo digo yo. Pero ahora resulta que no, que es un virus...

UN abrazo

Javier

10 diciembre, 2007 09:52  

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