Mi nombre es Legión
Queridos amigos,
en el día de Santa Bárbara Bendita (muchas felicidades amiga) ¡qué importante es que se acuerden de uno! Decía Rafael Reig en su blog (que les tengo más que recomendado CLIC), que uno no está vivo si no es en el pensamiento de los demás. Es preciosa la idea:
"También sé que yo existo en lo que piensan otros.
Tengo la convicción de que si pasara un día entero, y se hiciera de noche, y no hubiera nadie, ni una sola persona, que hubiera pensado en mí, aunque sólo fuera un momento; yo entonces desaparecería, dejaría de ser. Aunque a la mañana siguiente me levantara igual, y tosiera, y desayunara, y fuera al trabajo: ya no sería yo, sería una cáscara vacía, un envase desechable, un caparazón en el que no hay nada, olvidado en la arena.
Lo que nos mantiene vivos es esa otra vida que llevamos sin saberlo, a través de los demás".
Yo no habría sabido decir por qué antes de este párrafo, pero a mí, que no soy religioso, lo que me gusta de San Francisco Javier, 3 de diciembre, es que los amigos tienen un segundo para mí. Lo prefiero mil veces a mi cumpleaños, ese día apestoso en que celebras que estás un año más cerca del fin.
¡Qué importante es que se acuerden de uno, aunque no te llamen para felicitarte! Eso es lo de menos. ¡Un cumplido, al menos conmigo, totalmente innecesario!
Gracias a todos los que os acordasteis ayer de mí, aunque no me llamarais, y muchas gracias a los que, además, me llamasteis... Es un refuerzo afectivo muy importante.
Las carencias afectivas son jodidas, porque desembocan en trastornos bipolares, dobles personalidades y, a veces, en esquizofrenias paranoides de lo más chungo. Si ustedes se hubieran acordado de la mujer que da las citas en ginecología de Tres Cantos el día de su santo, probablemente, ella no usaría dos voces para concretar la siguiente visita... Una positiva, irregular, que quiere ser amable, pero es pomposamente aguda e impostada, como si hablara con baches o interferencias, como una radio mal sintonizada:
-- A ver, a ver si para la semana que viene...
Y otra voz, que también es suya, que es grave y gutural, sacada directamente de la vibración más profunda de la glotis, que trata de ser reflexiva, como anticipando una respuesta muy sesuda, pero resulta terrorífica, de película de exorcismo...
-- ¡Aaaaaaah! ¡No! Para el treeeeeeeece no hay nadaaaaaa....
Vas a pedir cita y te la encuentras "agazapaíta" bajo el mostrador, con los pelos de punta, como si de pequeña se hubiera caído en la marmita de la laca, de cuclillas y en una postura tal que, al asomarte, ves Paris y Roma. Entonces, te mira poniendo los ojos en blanco, da un salto batracio hasta su silla, se atusa los cabellos sin conseguir domeñarlos y te dice, dos veces:
-- Disculpe -con voz impostada-. Disculpeeeee -en modo vibración.
Trastorno afectivo bipolar no puede ser, porque pasa de la fase maníaca a la eufórica en cuestión de segundos. Demasiado para un maniaco depresivo sin medicar. Quizá sea una doble personalidad incipiente... Aunque a mí me resulta mucho más romántico pensar, simplemente, que está poseída. Endemoniada. Mola mucho más. Me encantaría que, antes de atenderme, la cabeza le diera un par de vueltas. Sería la hostia. Una especie de toque futurista, como si hubiera llegado el día en que los robots atienden en los mostradores de la Seguridad Social...
Después, me imagino que su puesto de dar citas es un poste de madera y que ella está de cuclillas, "agazapaíta", mal vestida y despeinada... Bueno... Para esto no hace falta un esfuerzo muy grande de imaginación, porque es la realidad... Llena de cadenas y moviendo los ojos sin descanso. Atraído por su locura, le pregunto:
-- ¿Quién eres?
Y ella, con la voz aguda e impostada, fijando por fin la mirada, atravesándome con sus pupilas negras como bolas de cañón:
-- Mi nombre es Legión, porque somos muchos...
¡Da susto del malo! ¿Verdad?
A mí la locura me apasiona, me da miedo y, al mismo tiempo, me parece tremendamente atractiva. Es como en esas películas malas de terror en las que la protagonista va medio en cueros directa a recibir el hachazo y todo el mundo se tira de los pelos porque el guión es muy malo, que en esa situación la gente normal sale corriendo en dirección contraria... ¡Mentira! Lo primero, las películas que tratan de gente normal son un coñazo; lo segundo, el miedo y la locura son excitantes, irresistibles y atractivos (por eso, entre otras cosas, yo quiero tanto a mi amigo Slow Crab).
Luego, Legión deja de ser Legión y usa el tono grave, pero reflexivo, como de viejo profesor de economía enganchado a una "e" staccato:
-- ¡Aaaaaaaaaaaaaah! Soy Peeeedro Solbeeees...
Que acojona mucho más, porque te crees que va a decir el IPC de diciembre.
No se apenen mucho: el sitio de esta señora es Quitapesares, no el Centro de Salud de Tres Cantos. Si ustedes tuvieran que pasar por su mostrador para que les diera hora para ir al médico, les aseguro que les daría menos pena. A Beatriz, que no puede disimular, se le van los demonios (nunca mejor dicho). A mí, directamente, me entra la risa... Me dan ganas de decir:
-- Vade retro Satanás... ¡Abandona este cuerpo para siempre!
Si supiera cómo montarle un exorcismo express, no duden de que lo haría, pero no sólo por curar a esta pobre endemoniada, sino porque resulta agotador asistir durante veinte minutos a la interminable discusión entre Solbes y Legión, que no se ponen de acuerdo en el día que deben citarte.
Si de verdad quieren hacer algo por su carencia afectiva, antes de que sus personalidades se disgreguen del todo, les sugiero que el 29 de junio se acuerden de ella o, incluso, que la llamen para felicitarla... Creo que el 29 de junio es San Pedro, ¿no?.
X. Bea-Murguía (Slow Crab, ¿te la presento o ya sois compañeretes de electroshock?)
¡Esos endemoniados que se controlen! Les dejo una de mis canciones favoritas, para que le vean el lado bueno a la vida... ¡Y después a ver quién es el que se atreve a decir que el humor inglés no es bueno!
en el día de Santa Bárbara Bendita (muchas felicidades amiga) ¡qué importante es que se acuerden de uno! Decía Rafael Reig en su blog (que les tengo más que recomendado CLIC), que uno no está vivo si no es en el pensamiento de los demás. Es preciosa la idea:
"También sé que yo existo en lo que piensan otros.
Tengo la convicción de que si pasara un día entero, y se hiciera de noche, y no hubiera nadie, ni una sola persona, que hubiera pensado en mí, aunque sólo fuera un momento; yo entonces desaparecería, dejaría de ser. Aunque a la mañana siguiente me levantara igual, y tosiera, y desayunara, y fuera al trabajo: ya no sería yo, sería una cáscara vacía, un envase desechable, un caparazón en el que no hay nada, olvidado en la arena.
Lo que nos mantiene vivos es esa otra vida que llevamos sin saberlo, a través de los demás".
Yo no habría sabido decir por qué antes de este párrafo, pero a mí, que no soy religioso, lo que me gusta de San Francisco Javier, 3 de diciembre, es que los amigos tienen un segundo para mí. Lo prefiero mil veces a mi cumpleaños, ese día apestoso en que celebras que estás un año más cerca del fin.
¡Qué importante es que se acuerden de uno, aunque no te llamen para felicitarte! Eso es lo de menos. ¡Un cumplido, al menos conmigo, totalmente innecesario!
Gracias a todos los que os acordasteis ayer de mí, aunque no me llamarais, y muchas gracias a los que, además, me llamasteis... Es un refuerzo afectivo muy importante.
Las carencias afectivas son jodidas, porque desembocan en trastornos bipolares, dobles personalidades y, a veces, en esquizofrenias paranoides de lo más chungo. Si ustedes se hubieran acordado de la mujer que da las citas en ginecología de Tres Cantos el día de su santo, probablemente, ella no usaría dos voces para concretar la siguiente visita... Una positiva, irregular, que quiere ser amable, pero es pomposamente aguda e impostada, como si hablara con baches o interferencias, como una radio mal sintonizada:
-- A ver, a ver si para la semana que viene...
Y otra voz, que también es suya, que es grave y gutural, sacada directamente de la vibración más profunda de la glotis, que trata de ser reflexiva, como anticipando una respuesta muy sesuda, pero resulta terrorífica, de película de exorcismo...
-- ¡Aaaaaaah! ¡No! Para el treeeeeeeece no hay nadaaaaaa....
Vas a pedir cita y te la encuentras "agazapaíta" bajo el mostrador, con los pelos de punta, como si de pequeña se hubiera caído en la marmita de la laca, de cuclillas y en una postura tal que, al asomarte, ves Paris y Roma. Entonces, te mira poniendo los ojos en blanco, da un salto batracio hasta su silla, se atusa los cabellos sin conseguir domeñarlos y te dice, dos veces:
-- Disculpe -con voz impostada-. Disculpeeeee -en modo vibración.
Trastorno afectivo bipolar no puede ser, porque pasa de la fase maníaca a la eufórica en cuestión de segundos. Demasiado para un maniaco depresivo sin medicar. Quizá sea una doble personalidad incipiente... Aunque a mí me resulta mucho más romántico pensar, simplemente, que está poseída. Endemoniada. Mola mucho más. Me encantaría que, antes de atenderme, la cabeza le diera un par de vueltas. Sería la hostia. Una especie de toque futurista, como si hubiera llegado el día en que los robots atienden en los mostradores de la Seguridad Social...
Después, me imagino que su puesto de dar citas es un poste de madera y que ella está de cuclillas, "agazapaíta", mal vestida y despeinada... Bueno... Para esto no hace falta un esfuerzo muy grande de imaginación, porque es la realidad... Llena de cadenas y moviendo los ojos sin descanso. Atraído por su locura, le pregunto:
-- ¿Quién eres?
Y ella, con la voz aguda e impostada, fijando por fin la mirada, atravesándome con sus pupilas negras como bolas de cañón:
-- Mi nombre es Legión, porque somos muchos...
¡Da susto del malo! ¿Verdad?
A mí la locura me apasiona, me da miedo y, al mismo tiempo, me parece tremendamente atractiva. Es como en esas películas malas de terror en las que la protagonista va medio en cueros directa a recibir el hachazo y todo el mundo se tira de los pelos porque el guión es muy malo, que en esa situación la gente normal sale corriendo en dirección contraria... ¡Mentira! Lo primero, las películas que tratan de gente normal son un coñazo; lo segundo, el miedo y la locura son excitantes, irresistibles y atractivos (por eso, entre otras cosas, yo quiero tanto a mi amigo Slow Crab).
Luego, Legión deja de ser Legión y usa el tono grave, pero reflexivo, como de viejo profesor de economía enganchado a una "e" staccato:
-- ¡Aaaaaaaaaaaaaah! Soy Peeeedro Solbeeees...
Que acojona mucho más, porque te crees que va a decir el IPC de diciembre.
No se apenen mucho: el sitio de esta señora es Quitapesares, no el Centro de Salud de Tres Cantos. Si ustedes tuvieran que pasar por su mostrador para que les diera hora para ir al médico, les aseguro que les daría menos pena. A Beatriz, que no puede disimular, se le van los demonios (nunca mejor dicho). A mí, directamente, me entra la risa... Me dan ganas de decir:
-- Vade retro Satanás... ¡Abandona este cuerpo para siempre!
Si supiera cómo montarle un exorcismo express, no duden de que lo haría, pero no sólo por curar a esta pobre endemoniada, sino porque resulta agotador asistir durante veinte minutos a la interminable discusión entre Solbes y Legión, que no se ponen de acuerdo en el día que deben citarte.
Si de verdad quieren hacer algo por su carencia afectiva, antes de que sus personalidades se disgreguen del todo, les sugiero que el 29 de junio se acuerden de ella o, incluso, que la llamen para felicitarla... Creo que el 29 de junio es San Pedro, ¿no?.
X. Bea-Murguía (Slow Crab, ¿te la presento o ya sois compañeretes de electroshock?)
¡Esos endemoniados que se controlen! Les dejo una de mis canciones favoritas, para que le vean el lado bueno a la vida... ¡Y después a ver quién es el que se atreve a decir que el humor inglés no es bueno!
Etiquetas: Beatriz, Rafael Reig, Slow Crab, trastorno bipolar
6 Comments:
Esa tía maldita no se merece ni dos líneas. Desata mis instintos más primarios y lo que me entran es unas ganas de sacudirla 20 leches...
Joder... ¡No pegar que es feo!
Yo me descojono.
Javier
Prueba con una Biblia firmada por Mike Tyson. Es un modo un poco brusco de exortizar pero funciona (y consigues los dos propósitos, tanto el espitirual como el físico).
Lo mejor para esos seres encrespados son dos ladridos y un escupitajo. Me coloco al lado de mi amiga: a mi también me desata, ese tipo de gente, los instintos más primarios. A leches. He dicho.
Firmado: la santa y bendita (muchas gracias, amigo).
Estas criptico hoy ,no me entero, yo estoy en un trastorno tripolar anglo-hispano-holandes que no me entero.
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Hormon Wells
¡Hombre! ¡Ibero! ¡Cuánto tiempo! Bienvenido a esta, tu casa. Ya te he visto por la Pérfida Albión. ¿Qué tal fue? UN abrazo
Yo, hija mía, me deshuevo... Ella con sus dos voces, que lo repite todo... Bea no puede. Es superior a sus fuerzas. De nada. UN beso bendita.
Pues sí, Hormon, la verdad es que más que críptico estoy espeso. Pero es que estoy a otra cosa, la verdad. Pendiente de partos, primero, pero también de otro par de asunto que me tienen un poco atropellado, estresado... En fin. Ya se me pasará. UN abrazo
Javier
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