La quincena del odio
estamos ya en Navidad. ¡Qué bonito! No quiero que ustedes piensen que este, su blog, es un blog sin espíritu navideño, sin entrañas, sin sentimientos de generosidad, amistad y amor. A nosotros nos encanta la Navidad. Ésta es la que va a llevar los regalos a casa de Hormon Wells:
Es italiana. Se llama Mamma Da Noël. Promete exprimir de Hormon todo el jugo, hasta la última gota de espíritu navideño. Si usted, como cada vez más gente, odia la Navidad, ella le va a tornar todo ese odio en amor; va usted a amar la Navidad. Y no, no hay versión masculina... Bueno, sí que la hay, pero ya lo conocen ustedAs (JO JO JO). Por cierto, ¿de qué hace ostentación el barbudo señor de rojo con esas risotadas redondas y meneando el badajo por la calle?
Empezamos a ser legión quienes nos atragantamos con tanto buen sentimiento que flota como un mal ambientador en estas entrañables fechas. Yo soy de los que piensan que los buenos sentimientos está o no están, pero que no se pueden encender y apagar a capricho como las luces de la ciudad según en qué fechas.
Así que declaro ésta, de forma unilateral (sin consultar con mi compañero), la
"QUINCENA DEL ODIO EN H.WELLS & X.BEA-MURGUÍA".
con la convicción de que sacar el odio y quedarse a gusto, coño, es mucho más navideño que tragárselo y sonreír; mucho más que permitir que un mal sentimiento le reconcoma a uno por dentro, mientras imaginas cómo sería ese puto Papa Noel con la campana metida por el culo...
Así que, en lo que espero a que a mi hija Ana le dé la real (mal empezamos, lo canija que es y lo desobediente), voy a expresar en este blog lo mucho que odio a personas y cosas. He de darme prisa, porque en el momento en que nazca la niña, se acabó el mal rollo.
Ya ven que la Navidad saca de mí lo mejor y lo más puro, aquello que forma parte esencial de mi ser, que es mi mala leche. Este año, como novedad, lo hace entre redobles de tambores: la traca final de mi malestar estomacal de estos últimos días es un meteorismo que ora me infla y me pone el estómago duro como un odre lleno ora... Bueno. No quiero dar demasiados detalles. Sólo les diré, a los que no están casados, que son gananciales.
Les advierto: es vírico. Aquí ya hemos caído todos.
Feliz Navidad (mañana, si es que Ana no ha nacido, Cortylandia).
X. Bea-Murguía (pim, pam, pum)
Y para muestra, un botón:
Si regalar buenos sentimientos esta Navidad es comprar discos de Bustamanta, mejor donen el dinero a la mafia o a los pobres traficantes de cocaína (que también tienen madre).
Etiquetas: Ana, Hormon Wells, Navidad
7 Comments:
Pues si, curiosamente Mama Noel me ha dicho que me a a dar unos azotes porque me he portado muy mal...
Hormon (a ver si puedo escribir algo hoy).
Huy qué malo!!!
Como te sigas portando mal, el único rey mago que te va a visitar la noche del cinco (hagan la rima) va a ser el negro.
Javier
A mi lo de Mamá Noel me preocupa pero no tanto como conocer si el autor del blog ha mejorado su estado estomacal. Debe ser que sí porque en otro caso no le apetecería escribir de bombones como la que ilustra la foto.
En cuanto al vídeo de Bustamente supongo que será una consecuencia de la cagalera del puente. El pobre Bustamante es a la música lo que Chopin a los Siete Niños de Écija.
Rafael Martínez-Simancas
Me apunto sin reservas a la "Quincena del Odio"... ¿organizamos alguna actividad en torno a Ana Obregón?
Despectivamente....
Juan
GRacias, Rafa. El viernes estuve todo el día un poco tirante y he permanecido tirante todo el fin de semana, pero parece que ya me he destensado del todo. Recuperado y listo.
Juan, ¿has pensado en alguna actividad en concreto o dejamos que la imaginación fluya en el momento? ¿Puedo invitar a unos amigos? ¿Y al presentador del Tomate?
Un abrazo
Javier
Lo siento mucho, pero odiar la Navidad ya forma parte de la Navidad misma.
Al final quedas atrapado de un modo u otro.
Pues, mira, Ibero, tienes toda la razón. Yo nunca lo había visto así, pero es cierto que todas las navidades tienen su señor Schrumph (¿se escribe así?).
Lo malo es que las navidades cada vez tienen más Schrumph y eso es porque el único espíritu que se ha adueñado de la Navidad presente y futura es el comercial.
Es mi punto de vista. Yo tampoco es que odie la navidad, como tampoco odio los lunes. Digamos que no es mi rollo.
Un abrazo
Javier
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