Que estés aquí cuando fracase, como te vas cuando lo consigo
Queridos amigos,
supongo que va siendo hora de hacerlo público, y no he encontrado mejor espacio que, quizá, este blog olvidado ya por todos, incluidos sus autores.
Sí, amigos, voy a hacerlo público.
Tengo tres testículos. Dos normales y uno, un poco más grande.
Al principio, pensé que era un ojo que se me había patinado desde la cabeza, pero me miré al espejo y me di cuenta de que, efectivamente, ambos estaban en sendas cuencas llenas. Por tanto, así que, me busqué con los dedicos alguna otra cuenca vacía, recitando a Miguel Hernández (por supuesto) y hete aquí que di con ella:
Porque ahí donde unas cuencas vacías amanezcan
ella pondrá dos piedras de futura mirada.
Como lo mío es la lógica, y la ceguera del mundo, sus cuencas vacías, el post hoc ergo propter hoc, me dije: ¡yastá! Ya sé por qué me huele así de mal el escroto.
No, no. Venga. Esto es mentira. Se me va la olla. Es que me cuesta menos confesar que me canta el forro que esto otro que tengo que decir. Ya ven. No es verdad que me cante, eh. Que una es mu limpia y mu apañá.
Lo que sí es verdad es que he dejado de fumar. Como dice Jesús Llano,
-- ¿Cómo lo llevas?
-- Fenomenal. Hace 182 horas y 49 minutos que he dejado de fumar y estoy como si nada.
-- ¡No me jodas!
Pues así de mal lo llevo yo. O peor. Y lo malo, lo malo, malo de todo, es que, encima, además de estar de mala hostia, y esto es lo que sí, que sí que me cuesta mucho confesar es que ...
Me siento muy solo.
Hoy, a mi hijo Rodrigo le han dado el cinturón amarillo-naranja de judo y un diploma y una medalla por ganar su combate de esta tarde y una mochila y muchas enhorabuenas, porque ha quedado SUBCAMPEÓN de todas su clase.
¿Qué os parece? No estoy más orgulloso porque ya es pecado de soberbia. Pero estoy muy orgulloso, sobre todo, porque han dicho que subcampeón en técnica, vale, pero CAMPEÓN en buen comportamiento. El tío más educado y que mejor se porta de su clase.
Impresionante, ¿verdad?
Lo que habría dado por estar allí y haber visto su cara, cuando han dicho su nombre.
-- Subcampeón: ¡Rodrigo Blanco!. Con premio especial al mejor comportamiento.
Porque me lo he perdido. Y sí, tenía razón. Tenía TODA la puta razón. Pero, ya ven... Me lo he perdido.
Y ahora estoy solo, en el despacho de mi casa, vigilando el sueño de mis hijos, con unas ganas de fumarme un pitillo que me muero, a ver si esta noche, que tanto lo necesito, alguien viene y me hace un poco de compañía. A ver si alguien me cuenta algo que no me haga llorar.
Un amigo, vamos, aunque me acuchille mañana.
X. Bea-Murguía (ex fumador).
supongo que va siendo hora de hacerlo público, y no he encontrado mejor espacio que, quizá, este blog olvidado ya por todos, incluidos sus autores.
Sí, amigos, voy a hacerlo público.
Tengo tres testículos. Dos normales y uno, un poco más grande.
Al principio, pensé que era un ojo que se me había patinado desde la cabeza, pero me miré al espejo y me di cuenta de que, efectivamente, ambos estaban en sendas cuencas llenas. Por tanto, así que, me busqué con los dedicos alguna otra cuenca vacía, recitando a Miguel Hernández (por supuesto) y hete aquí que di con ella:
Porque ahí donde unas cuencas vacías amanezcan
ella pondrá dos piedras de futura mirada.
Como lo mío es la lógica, y la ceguera del mundo, sus cuencas vacías, el post hoc ergo propter hoc, me dije: ¡yastá! Ya sé por qué me huele así de mal el escroto.
No, no. Venga. Esto es mentira. Se me va la olla. Es que me cuesta menos confesar que me canta el forro que esto otro que tengo que decir. Ya ven. No es verdad que me cante, eh. Que una es mu limpia y mu apañá.
Lo que sí es verdad es que he dejado de fumar. Como dice Jesús Llano,
-- ¿Cómo lo llevas?
-- Fenomenal. Hace 182 horas y 49 minutos que he dejado de fumar y estoy como si nada.
-- ¡No me jodas!
Pues así de mal lo llevo yo. O peor. Y lo malo, lo malo, malo de todo, es que, encima, además de estar de mala hostia, y esto es lo que sí, que sí que me cuesta mucho confesar es que ...
Me siento muy solo.
Hoy, a mi hijo Rodrigo le han dado el cinturón amarillo-naranja de judo y un diploma y una medalla por ganar su combate de esta tarde y una mochila y muchas enhorabuenas, porque ha quedado SUBCAMPEÓN de todas su clase.
¿Qué os parece? No estoy más orgulloso porque ya es pecado de soberbia. Pero estoy muy orgulloso, sobre todo, porque han dicho que subcampeón en técnica, vale, pero CAMPEÓN en buen comportamiento. El tío más educado y que mejor se porta de su clase.
Impresionante, ¿verdad?
Lo que habría dado por estar allí y haber visto su cara, cuando han dicho su nombre.
-- Subcampeón: ¡Rodrigo Blanco!. Con premio especial al mejor comportamiento.
Porque me lo he perdido. Y sí, tenía razón. Tenía TODA la puta razón. Pero, ya ven... Me lo he perdido.
Y ahora estoy solo, en el despacho de mi casa, vigilando el sueño de mis hijos, con unas ganas de fumarme un pitillo que me muero, a ver si esta noche, que tanto lo necesito, alguien viene y me hace un poco de compañía. A ver si alguien me cuenta algo que no me haga llorar.
Un amigo, vamos, aunque me acuchille mañana.
X. Bea-Murguía (ex fumador).