martes, mayo 16, 2006

Viaje a Tailandia con esposas (4): Aromas de Asia



Queridos amigos:

antes de la brevísima charla de hoy, me gustaría transubstanciarme en Coco (si es que Coco tuviera substancia, más allá de la mano que lleva metida por el culo y que lo domina) y darles una lección sobre cómo se gana con elegancia: Rafael Nadal se da un revolcón en la arena, saluda al contrario, se muestra en su sitio, sencillo, deportista; Dani Pedrosa (Pedosa, a decir por el locutor de TVE) se echa la manos al casco con humildad (como queriendo decir que no se lo puede creer), demuestra respeto por el rival derrotado; Frenando Alonso, haciendo el gorila o el elefante o el troglodita, dando volantazos en línea de meta, pedorreteando... El Valentino Rossi de la F1. Sigue su estela.

Antes de ir por Asia, siempre me habían llamado la atención esas imágenes que sacan en TV, cuando te quiere dar el coñazo con un pandemia de moda, en las que se ve a la peña caminando con la alegría propia de estos lugares, con los ojos cuasi cerrados como si se estuvieran durmiendo, y una mascarilla blanca de cirujano en la boca. Usted ve esas imagen y no puede evitar una exclamación llena de pánico: "¡Cielo santo! La gonorrea asiática ataca de nuevo" y el locutor casi le convence a usted de que los gonococos están a la orden del día por Bangkok, que son unos animalitos dicharacheros, a los que gusta la juja y el chipún-chipún, que si no tienen mucha resaca, disfrutan de un paseo matutino para abrir boca y, después de un buen aperitivo, se dedican a saltar de nariz en nariz en busca de alguna virgen a quien infectar, sólo por el morbo de saber qué contara en casa. Esto, amigos, es posible que nos lo cuenten un día para que usted mire donde se siente, no vaya a aplastar a un pobre y simpático gonococo y después los de ADENA le monten un juicio.

Lo cierto es que, al menos en Bangkok, si ves gente que va por la calle con mascarilla cirujana. ¿Por qué? ¿Por los gonococos? ¿Por la peneumonía atípica? ¿Por la gripe del pollo? ¿Por el catarro de la mosca? No, no, no... No asusten a sus niños con estos terribles personajes imaginarios. Llegado el caso... Una araña... Una buena víbora... la Baronesa Von Tyssen... (¿sescribe asín? Ni lo pienso comprobar). El uso de la mascarilla está bastante de moda, sobre todo, por el mal olor. No quiero negar la posibilidad de que un gonococo salte a su boca, pero lo veo chungo. Hombre, si usted ya le ha dicho eso a su mujer para justificar que le gotea el grifo y necesita que le apoye, lo haré. Pero... En fin.

El olor de Bangkok me recuerda bastante al de La Habana, esa especie de aroma a pollo cocinado que flota en el ambiente y que no viene de otro sitio que de los tubos de escape. En La Habana, por los carburadores de los coches de los años cincuenta que aún circulan, el hedor de la contaminación es extraordinariamente fuerte en toda la ciudad. En Bangkok, a pesar de sus diez millones de habitantes y del tráfico densamente caótico (creo que deberíamos exportarles a Alberto Ruiz Galardón para que les hiciera unos agujeros por allí), el olor a cocinilla de pollo caducado está presente, pero no de una manera tan intensa. Quizá las pituitarias demasiado finolis podría precisar de una buena mascarilla, que, además, filtra la guarrería que se respira y amortigua, al detener las grandes partículas de olor, buena parte del pestuzo.

La mezcla del fuerte olor a pollo con la humedad y el calor, hacen que la atmósfera, en ciertos momentos del día, esté bastante sobrecargada, con el añadido del sudor. Incluso para los que no sudamos mucho habitualmente, parece inevitable sudar al mínimo esfuerzo en Bangkok... Sudar incluso sin hacer más esfuerzo que pensar... Y, sobre todo, sudar a chorros tratando de hacerte entender por el taxista que quiere darte el palo... Vamos, que se suda quiera uno o no.

Fuimos al Templo del Buda de Esmeralda, que, por cierto, es de jade, un lugar que merece la pena visitar, aunque para entrar te obliguen a descalzarte. Como he dicho en otra entrada, yo ni un problema con la chanclas, las dejé en la puerta y entré descalzo. Los más escrupulosos se llevan unos calcetines para no pisar directamente la huella caliente del chino de delante. Es una opción que yo de ustedes miraría, aunque, para mí es suficiente con no ver ni sentir dedos de los pies de los demás. Entramos en el templo y era majestuoso. Me llamó mucho la atención la rica decoración, con frescos y cuadros que cuentan escenas de la vida del Buda (la misma literatura para iletrados que en las iglesias españolas) y, sobre todo, lo que me alucinó fue el enorme altar de oro, o bañado en oro o labrado en oro, pero deslumbrantemente áureo, sobre el que descansaba, sentado en flor de loto, una estatuilla verde bastante pequeña y flaca: el famoso Buda de Esmeralda, que en verdad es de jade. El lugar daba para el recogimiento y la reflexión, como casi todos los espacios sagrados. Vimos que la gente se arrodillaba o sentaba ante el buda para rezar e hicimos lo propio. ¡Ay, amigos! Descubrí otra dimensión de mi ser, de golpe me encontré con otra forma de entender la vida, con una sensación antigua y conocida, pero, al mismo tiempo, nueva y distinta: ¡Qué olor a pies! ¡No se lo pueden ni imaginar! ¡Hace falta ser cerdo! Porque yo entiendo que hace calor y entiendo que se suda, pero ese olor era de noja (bonarse) y eso yo ya no... Es decir, el ser guarro, ya es mucho. ¡Qué olor! No aguanté sentado ni dos segundos. Tuve que salir del templo a respirar, no sin antes mirar cara a cara a Buda y asentir: "Ahora comprendo por qué eres verde".

En otra historia de pies, aunque de nácar, esa misma mañana fuimos a visitar el otro gran templo de Bangkok, el Wat Poh, donde se puede ver una impresionante figura de unos cincuenta metros de largo que representa a un Buda recostado, bañado en oro, con una iluminada sonrisa en la cara. En este templo, me llamó poderosamente la atención un cartel que decía, claramente y en varias idiomas: "NO TOCAR". Lo que no podía ser sobado eran las plantas de los pies del Buda, que eran preciosas, trabajadas en mármol negro (creo) muy ricamente adornado con nácar. Sin embargo, todo el que pasaba, ¡chas!, echaba la garra al pie, acariciaba los adornados callos del Buda, primero tímidamente con las yemas de los dedos; después, en confianza, con toda la palma; al final, a golpes sonoros como quien acaricia un caballo. Con razón el Buda del Wat Poh mostraba esa feliz sonrisa: ¿no sonreirían ustedes si todo el que pasara le hiciera cosquillas en los pies?

X. Bea-Meolía

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7 Comments:

Anonymous Anónimo said...

A mi me da que Nadal todavía no es demasiado bueno para ser odiado. Todavía resultan graciosos esos gestos de tirarse al suelo cuando gana. Pero no tengo ninguna duda de que esto, en algún momento, cambiará.

Así mismo, espero que la próxima vez que Alonso gane, pida perdón por ganar. Sobre todo a aquellos que les molesta profundamente que alguien triunfe y demuestre su alegría para con sus fans, entre los que con orgullo me encuentro.

16 mayo, 2006 10:45  
Blogger H.Wells y X.Bea-Murguía said...

Jajajajajaja

Brrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr ¡Cuántos caballos tengo!

Yo me alegro mucho de que triunfe la gente que me gusta, INDEPENDIENTEMENTE DE SU NACIONALIDAD O DE SU RAZA O DE SU RELIGIÓN O SEXO... Si alguien me cae bien, me parece buena persona, le puedo admirar más o menos, pero en nada influye que haya nacido en Pretoria o en el Cerro de los Ángeles. Eso no aporta nada. Por ejemplo, me cae muy bien Zidane. Me parece un señor, un tío elegante, respetuoso... Creo que es el sentir general sobre este señor en España... Hay otros futbolistas, españoles y no, que me parecen unos payasos integrales. Me da igual que triunfen o que sean muy buenos. No me mueven de la silla.

Lo que tú dices sería cierto si no fuera por gente como Induráin, Ángel Nieto, Alex Crivillé, Carlos Sainz, Abel Antón. Carlos Moyá, Arancha Sánchez Vicario... Y hay muchos más hombres y mujeres, españoles que han triunfado mundialmente en los deportes y en otros terrenos que, además, caen bien en general en casa.

Nadal va camino de convertirse en el mejor tenista español de la historia, me temo... Ha ganado ya lo que no ha ganado ningún otro, sobre todo en máster series y, en fin, sigue siendo un tío educado y respetuoso con el rival...

Pedrosa es ya uno de los grandes, con tres campeonatos del mundo que tú no valoras porque o bien no te gusta las motos o bien estás tan acostumbrado a ver a los españoles ganar en esto que no lo valoras, ¿te parece poco...? Pero tres campeonatos del mundo en motociclismo es algo, por lo menos, tan difícil como uno de Fórmula 1... Todo el mundo admira a Rossi y le tiene por el mejor y sólo ha ganado siete... Nieto tiene trece.

Alonso va en picado conmigo y en eso no tiene nada que ver ni que sea de Asturias ni que gane. Sólo tiene que ver que no me gustan los soberbios ni los que no muestran respeto al rival ni los que no saben ganar, porque tampoco saben perder... Como el Real Madrid.

Javier

16 mayo, 2006 11:49  
Anonymous Anónimo said...

Yo creo que confundes distintas maneras de celebrar un triunfo con los tuyos a mofarse del contrario.

Tengo un amigo que, cuando tiene una noche gloriosa de billar, intenta carambolas imposibles, e incluso alguna le sale. La verdad es que nunca me lo he tomado como soberbia o mofa hacia el contrario perdedor. A lo mejor debería hacerlo. ¿tu qué opinas?

En cuanto a lo de Dani Pedrosa (mi dani para mi señora) vas bastante mal encaminado. Si le atacaras como lo haces con Fernando Alonso, tendría que defenderlo de igual manera.

Un saludo, DP

16 mayo, 2006 15:05  
Anonymous Anónimo said...

A mí también me cae mal el Alonso y no es porque triunfe, es que creo que no lleva bien la fama. A lo mejos es culpa del Marca, que lo han hinchado. Otros, no todos los que ha dicho Javi, pero que me gustan son Severiano Ballesteros, Sergio García, María José Rienda, Perico Delgado, Pau Gasol, Juanito Oyarzabal, las Kepchup... Seguro que a Alonso le cantan los pies cosa fina...

JM

16 mayo, 2006 15:15  
Blogger H.Wells y X.Bea-Murguía said...

JAJAJAJAJAJAJAJAAJAJAJAJAJAJAJA

Ante todo,¡Enhorabuena! que veo que estás casado. Me alegro, sobre todo, por tu señora... Y por Dani Pedrosa. ¡Qué chaval más majete!

Según tengo entendido, ese amigo tuyo que juega al bíllar, y que no lo hace mal aunque se descentra con facilidad, hace el mono con el palo siempre, todo el rato, gane o pierda, porque "le pierde el espectáculo". Lo que tienes que hacer es partile una bola en la cabeza y que se centre de una vez... Y pillarlo de pareja, una vez centrado, para siempre...

Javier

16 mayo, 2006 15:33  
Anonymous Anónimo said...

No entiendo porqué los medios de comunicación son respetuosos con Nadal, pero no le ensalzan ni le alaban mas que mesuradamente. Por otra parte mejor que asi sea para que siga siendo espontaneo y continue con sus amiguetes de su pueblo y no le pase lo que a Alonso.... que es un tonto del culo.

17 mayo, 2006 10:13  
Anonymous Anónimo said...

Yo también soy pro Nadal. No es que no me alegre saber que Fernando Alonso gana, en eso estoy con Ernie, pero además de que me gusta más el tenis el chico también me parece que tiene más clase. Además de que valoro el esfuerzo físico y mental (nunca tira la toalla) que el de manacor hace, frente a lo del coche, que básicamente te lleva. Se que me estoy metiendo en un jardín y que mi opinión no le va a gustar a muchos, pero lo siento, contemplo más como deporte el tenis que la F1.

17 mayo, 2006 12:51  

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