Enamorados de la moda juvenil
Queridos amigos:
Seguro que la mayoría de ustedes, y me refiero a los hombres, al tiempo que descarto, con la palabra "mayoría" a la minoría homosexual, anda en estas fechas con la mirada clavada en el principal signo anunciante del acuciante verano. ¡Qué digo acuciante! Agobiante.
Es fácil, y yo no voy a negar que lo hago, escurrir la mirada furtiva a la sombra de las muchachas en flor (transliteración), agazapar las niñas de los propios ojos tras cristales ahumados e, incluso, entre los más románticos de ustedes, enamorarse en cada semáforo, sentir la luz verde del amor ante el ambar del noviazgo o el rojo del compromiso, esas flechas de Eros repartidas por las aceras, perdidas como en una balasera o, como dirían dos palomas de porcelana entrelazadas con corazones y alianzas, el deseo íntimo de compartir todo y el resto, hoy más que ayer pero menos que mañana, con esa preciosa mujer que alegra un instante intenso y pasajero de su azarosa existencia.
A esto, amigos machotes, se le llama presión de esperma.
El otro día un amigo me cogió del hombro con firmeza y, tras una breve apología de la abstinencia en la que se deshizo en elogios hacia las ventajas del celibato, me dijo:
-- "Javier, en estos tiempos que corren, hay que salir masturbado de casa".
Y, a partir de aquí, amigos, como diría Serrat, en la fiesta de San Juan "cada uno es cada cual".
Mi suegro, a quien ayer descubrí la existencia de este blog, y no hay razón para que haya sido un secreto para él salvo que pensaba que ya lo conocía y lo seguía (incluso, en alguna ocasión, un comentario suyo me hizo creer que se refería a Wells & Bea-Murguía), usa una frase certera, con la que define los viejos tiempos sin criticar los nuevos, respecto a la vestimenta juvenil:
-- "En mi tiempo, había que agacharse para ver las bragas".
¡Qué gran verdad! La moda de hoy responde a la pereza de desnudarse antes del amor, porque ya casi vamos desnudos, y hay que considerarlo evolución, purita anagénesis, mientras que el comentario "Joer, las niñas de hoy como me van vestidas", al contrario, es catagenético.
Yo apoyo la moda juvenil que ahorra en tela porque apuesta por la supervivencia de los gusanos de seda, aunque me llama la atención que a menos trapo más precio, quizá sea un pago a este prurito ecológico que tanto viste al moderno o, mejor dicho, tanto desviste... Así que voto a favor de que la moda femenina de verano se traslade al año entero en beneficio de todos (pero, sobre todo, para que no se extingan los gusanos de seda), que se recorten las faldas y se rebajen los escotes; que las hojas parra vuelvan a ser fashion para que nos sea devuelto el paraíso perdido (y no me refiero al de John Milton); que lo translúcido se haga transparente y lo sutil, evidente, y que donde haya verdad no quepan más engaños.
Por supuesto, este ramalazo feminista de apoyo a la liberación de la mujer, va por todas ustedes, amigas, menos por mi señora, que es muy decente.
X. Bea-Murguía (¡joer qué calor!)
Por cierto, hoy les esperamos a las 21.30 h en "La Escalera". No tenemos ni idea de cuántos de ustedes vienen, pero, en fin, cerveza habrá para todos y de tapa, unas aceitunas ¡y qué más quieren! Con ello celebraremos tres triunfos (por lo menos yo): las cinco mil visitas, el cumpleaños de Marga (coautora del famoso best-seller de autoayuda matrimonial "¡Cállate coño!") y que Vanessa Montfort ganó ayer el premio Ateneo Joven de novela, con su "Ingrediente secreto" que, conociéndola, seguro que es el arsénico. Enhorabuena a todos.
((((A cada uno lo suyo, tengo que aclarar que el padre de la ocurrencia "¡Cállate, coño!" es uno que se hace llamar El Frutero))))
2 Comments:
Merendar no sé.... pero la chica de la foto tiene pinta de comer mal o a "deshoras".
Tienes razón, compañero, pero, según lo que has escrito hoy, ¿crees que ese modelito te quedaría mono?
Javier
Publicar un comentario
<< Home