lunes, diciembre 28, 2009

Zapatero, haz algo para que me redima, ¡Por Dios!

Soy un trozo de carne.

Y poco más.

No tengo voluntad. Soy pura pulsión irrefrenable.

Zapatero, ayúdame con una ley que me redima: prohíbe los callos con garbanzos de mi suegra.

Tan ricos. Con su puntita de picante, su chorizaco y su morcillar del pueblo y esa salsa... ¡Ay esa salsa! Esa salsa tierna y espesa como mi primer pecado que se me pega en los labios como el beso que sólo di en sueños... Esa salsa en la que pringar el pan hasta la uña. Esa salsa que se unta en mi boca nublándola, llenando de niebla mi aeropuerto que, sin embargo, nunca se cierra al siguiente avión cargado de garbanzo.

¡Dios qué ricos, coño! No puedo resistirlo: me como tres platos, harto de placer a mis papilas y luego ando dos días jodido.

Me hace mal, sí, ¡pero me hace tanto bien!

Yo no sé si es que le añade polonio 210 o garbancina (¡ese alcaloide superadictivo) o qué será, pero soy incapaz de abstenerme: saboreo la gelatinosa carne de los callos aplastando su resbaladiza textura contra mi paladar; dejo que la sangre roja del chorizo inunde mi boca de deliciosa grasa, engullo con fruición cada uno de sus morcillares y disfruto como un enano con el placer que me proporciona cada cucharón repleto de garbanzos, esas pepitas de oro de Fuentesaúco nunca suficientemente reivindicadas.

¡Y ya está bien! Que luego sufro mucho. ZP tiene que hacer algo para protegerme de mí mismo. Otra ley omnibus de esas, que lo mismo vale para prohibir los callos que para tomar medidas contra el paro.

X. Bea-Murguía (Queda un poco en la olla, ¿alguien se lo quiere rematar? Venga, anda, que no lo vamos a dejar aquí. Toma un trozopán. Dale... ¡Ay!)

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Usted lo que es, es un neanderthal, amigo suyo.

Fdo: Ferrán Diga"ah", estomatólogo.

29 diciembre, 2009 08:50  
Blogger Último Íbero said...

No me gustan los callos pero, así contados, dan ganar de saltarse el disgusto y lanzarse a la marmita cual Obelix desenfrenado.

Que te aproveche, buen mozo.

29 diciembre, 2009 11:42  
Anonymous Anónimo said...

¡Joder Javier!

Como periodista eres bueno, pero de crítico gastronómico te sales... ¡que forma de definir tan suculento plato!

(me ha recordado aquello de los mejillones de cuando estuviste en Francia)

29 diciembre, 2009 16:51  

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