Y nadie dimite, porque los culpables están muertos
Queridos amigos:
las cifras van, las cifras vienen. Son como una goma que se estira, se estira, se estira hasta que se acomoda a lo que se precisa de ella pero que, como no esté bien sujeta, propina un merecido latigazo en la nariz al director general de tráfico. A este y a los anteriores, que saben que 10 muertos es una tragedia, pero 100 son sólo una estadística.
Quiero pensar que la gente vive tan pendiente de la vida que ya no hace caso a los agoreros, como los fumadores no leemos las esquelas sanitarias de los cigarrillos, como los carnívoros apuran la crujiente grasaza, pero delicada y suculenta, de un cadáver rojo de buey recién muerto, crudo, pero caliente.
Para los que estiran las cifras, la vida se remata en una estadística idiota. Para los demás, en un corre, corre que te pilla: que te pilla el colesterol, que te pilla la cirrosis, que te pilla el cáncer, que te pillan los agentes del estado policial. Así estamos, pasada la primera oleada mediática de puntos del carnet que vuelan como tuneros en el asfalto, acostumbrados nuestros cerebros a la propaganda de la muerte, muerta seas y malandante, el río ha vuelto a su cauce dejando arrasado el campo de los buenos propósitos, el fumador a su tabaco, el gordo a su grasa, el putero a sus putas y el muerto a la carretera.
No admito fallos en este terreno, por víctima que soy del estado policial-recaudatorio que, disfrazado de cruzada por la vida, sangra nuestras cuentas de ahorro en beneficio de los túneles de Gallardón (es decir, su reelección). Si a usted le para un guinda y da positivo en la puerta de su casa, son 600 euros, dos meses sin carnet, seis puntos menos, un sermón y un dése por jodido que eso no se lo quita nadie. El rodillo de la Administración cae sobre usted, cerdo pecador imprudente que circulaba a 80 por una vía limitada a 50, y nadie le redime, ni le comprende. Ésta es la ley y usted es un delincuente. Todos ustedes, sin excepción, son a diario delincuentes.
Así que no hay perdón para los que no perdonan. Ha llegado la lluvia y ha dado por el culo al carnet por puntos. Caemos como moscas. Lluvia y muerte: a ver ahora cómo nos lo explican, a ver cómo presentan las cifras, ese dios Jano de los políticos, para que pensemos que regar las carreteras de radares, agobiar con controles de alcoholemia, hacer pagar multas astronómicas, perder el carnet de conducir e, incluso, ir a la cárcel, es por nuestra seguridad.
Por la mía, no. Desde luego. De hecho, los radares, los controles policiales rutinarios (tan típicos de países democráticos como Cuba) o los controles de alcoholemia son ilegales: vulneran la presunción de inocencia obligando al presunto culpable a dar pruebas contra sí mismo. Y lo peor es que nos asobinamos, damos la testuz al decabello, porque nos sabemos culpables. Han conseguido, con tanta campaña informativa, que las víctimas de su ineficacia nos consideremos culpables de imprudencia. Si morimos en la carretera es sólo por nuestra imprudencia, porque bebemos, porque corremos, porque no llevamos el cinturón...
las cifras van, las cifras vienen. Son como una goma que se estira, se estira, se estira hasta que se acomoda a lo que se precisa de ella pero que, como no esté bien sujeta, propina un merecido latigazo en la nariz al director general de tráfico. A este y a los anteriores, que saben que 10 muertos es una tragedia, pero 100 son sólo una estadística.
Quiero pensar que la gente vive tan pendiente de la vida que ya no hace caso a los agoreros, como los fumadores no leemos las esquelas sanitarias de los cigarrillos, como los carnívoros apuran la crujiente grasaza, pero delicada y suculenta, de un cadáver rojo de buey recién muerto, crudo, pero caliente.
Para los que estiran las cifras, la vida se remata en una estadística idiota. Para los demás, en un corre, corre que te pilla: que te pilla el colesterol, que te pilla la cirrosis, que te pilla el cáncer, que te pillan los agentes del estado policial. Así estamos, pasada la primera oleada mediática de puntos del carnet que vuelan como tuneros en el asfalto, acostumbrados nuestros cerebros a la propaganda de la muerte, muerta seas y malandante, el río ha vuelto a su cauce dejando arrasado el campo de los buenos propósitos, el fumador a su tabaco, el gordo a su grasa, el putero a sus putas y el muerto a la carretera.
No admito fallos en este terreno, por víctima que soy del estado policial-recaudatorio que, disfrazado de cruzada por la vida, sangra nuestras cuentas de ahorro en beneficio de los túneles de Gallardón (es decir, su reelección). Si a usted le para un guinda y da positivo en la puerta de su casa, son 600 euros, dos meses sin carnet, seis puntos menos, un sermón y un dése por jodido que eso no se lo quita nadie. El rodillo de la Administración cae sobre usted, cerdo pecador imprudente que circulaba a 80 por una vía limitada a 50, y nadie le redime, ni le comprende. Ésta es la ley y usted es un delincuente. Todos ustedes, sin excepción, son a diario delincuentes.
Así que no hay perdón para los que no perdonan. Ha llegado la lluvia y ha dado por el culo al carnet por puntos. Caemos como moscas. Lluvia y muerte: a ver ahora cómo nos lo explican, a ver cómo presentan las cifras, ese dios Jano de los políticos, para que pensemos que regar las carreteras de radares, agobiar con controles de alcoholemia, hacer pagar multas astronómicas, perder el carnet de conducir e, incluso, ir a la cárcel, es por nuestra seguridad.
Por la mía, no. Desde luego. De hecho, los radares, los controles policiales rutinarios (tan típicos de países democráticos como Cuba) o los controles de alcoholemia son ilegales: vulneran la presunción de inocencia obligando al presunto culpable a dar pruebas contra sí mismo. Y lo peor es que nos asobinamos, damos la testuz al decabello, porque nos sabemos culpables. Han conseguido, con tanta campaña informativa, que las víctimas de su ineficacia nos consideremos culpables de imprudencia. Si morimos en la carretera es sólo por nuestra imprudencia, porque bebemos, porque corremos, porque no llevamos el cinturón...
Pero...
Nunca han sido los coches tan seguros, ni tantas las medidas de seguridad obligatorias (cinturones, cascos, dispositivos infantiles, triángulos, chalecos...), nunca han sido mejores las carreteras, nunca las multas abusivas que vulneran el principio jurídico de proporcionalidad de la sanción ni las amenazas de la DGT tan aviesas ni sus campañas tan agresivas.
Llevamos años incrementando el valor de las multas y con eso sólo suman el Estado y la muerte, que deben de estar asociados.
Alguien debería dimitir. Pero, ¿quién iba a dimitir si los verdaderos culpables están ya muertos?
Llevamos años incrementando el valor de las multas y con eso sólo suman el Estado y la muerte, que deben de estar asociados.
Alguien debería dimitir. Pero, ¿quién iba a dimitir si los verdaderos culpables están ya muertos?
X. Bea-Murguía (pensando seriamente en dejar de conducir).
18 Comments:
Medidas de seguridad: los coches deberían ir tuneados con calaveras y huesos, en plan gótico heavy, como enormes cajetillas de tabaco con pegatinas. Lo mejor de todo sería que tuvieran la forma de ataúdes rodantes y que, al arrancar la llave de contacto, sonara una marcha fúnebre.
Profesor Franz de Copenaghe
Hoy a las 17:30 presenta el ministro los datos de Semana Santa. Veremos.
Pero prometo meterme en este post como a ti sólo te gusta, mi Javier, despacito, in crescendo, hasta sacar de quicio a más de uno. Estoy al ralentí, comprobando aceite, y engranando para salir haciendo ruedas con los bloggeros.
Ya me conoces.
El frutero tunero.
Todos dan animos a untal Said. ¿Tiene algún problema?
¿Y cual es la solución?
El mero hecho de que el carnet por puntos rebaje (aunque sea en 1 sólo) los accidentes dice mucho de la calaña de gente que somos los conductores: "voy a ser prudente, porque matarme a mi y a mis hijos no me importa, pero que me quiten el carnet...."
Yo sería más duro todavía: dos infracciones graves, dos accidentes de los que es declarado culpable, y sin carnet de por vida y al que se le pille conduciendo sin carnet en esas circunstancias penas de carcel.
En esta cuestión, dados los antecedentes y que, en un enorme porcentaje de casos, sí la culpa la tienen los muertos (los muertos que conducían, claro), se aplica el aforismo "oderint dum metuant" y fuera.
Spotsylvania
El tema de los puntos es una estafa,lo que hace falta es que se construyan nuevas carreteras.
Te espero frutero tunero.... .
Spotsylvania, hazte la pregunta al revés... ¿Cuál es el problema?
O esta otra...
¿Todo muerto en carretera es víctima y culpable al mismo tiempo?
Para la administración sí y, antes de que te conviertas en una víctima, prefieren culpabilizarte, porque les resulta más cómodo y, sobre todo, más oneroso.
Fruterooooo... Lo que hay que provocarte para que aparezcas de nuevo por aquí!!!! Hay que ver
Te echaba de menos.
Javier
Ya está... ¿ven? Lo que yo decía: todo se resume en que el 27% de los muertos circulaban con exceso de velocidad y el 18%, sin cinturón. ¡Culpables!
Esto es una gran mentira que esconde que la solución pasa por más radares y más multas.
Javier
Y ahora proponen reducir el límite de velocidad en las carreteras secundarias... como si eso evitase que la gente los supere.
Peor oye, la culpa siempre de los demás.
Pero si está clarísimo!
En vez de utilizar la pasta que nos roba a diario el Estado -impuesto de sucesiones, impuesto de donaciones, impuesto de matriculación, impuestos por ir al cuarto de baño y cantar en la ducha- en intentar mejorar las carreteras, encuentra una solución fácil, tramposa y, de nuevo, recaudatoria:
Reducir el límite de seguridad en las vías secundarias.
Una vergüenza.
P.D: Por cierto, el emérito Pere Navarro, Director de la D.G.T, no tiene carnet de conducir. Asombroso.
Es lo que tienen las cifras y las estadísticas, que se puede hacer de ellas tantas lecturas como expertos hay en escrutar su sentido.
El otro, el diario El País de Polanco. Título: "Uno de cada tres españoles a favor de endurecer la ley del tabaco". ¡Coño! Eso quiere decir, que dos de cada tres, están en contra ¿no? ¿No es más relevante esto? Pues si el 27% de los muertos circulaba con exceso de velocidad, el 73% no. Debemos buscar causas más importantes, entre las que yo pondría, por ejemplo, la falta de pericia a la hora de enfrentarse a situaciones de riesgo en la carretera. La preparación de las autoescuelas es MUY deficiente. Os lo digo yo que asistí boquiabierto a un curso de conducción segura patrocinado por Davidoff (es una historia un poco larga).
Aunque esto es otra gran mentira. Todos sabemos que el 99'99% circulamos con exceso de velocidad.
Javier
Bueno, bueno, mis compañeros de pedal inquieto. Tras las alucinantes declaraciones del Ministro, la duda que se plantea es qué es lo que va a hacer este Gobierno que no sea multar y poner radares. Todo va estupendamente, están haciendo de todo, y todo les va de cine. La gente no se mata, se suicida, más o menos, por lo que no hay nada más que hacer. Da igual que en otros países exista una agencia Nacional de Seguridad Vial, que coordine los trabajos y evalúe sus efectos (evaluar, bonita palabra). Ni que se programen espacio en la TV para que los conductores sepan los efectos de alcohol o velocidad, sin que tenga que ir un Guardia Civil en nuestro coche. O que los chavales estudien educación vial, en lugar de trabajar sobre las momias de Egipto porque la porfe ha estado en Semana Santa allí y ha quedado fascinada (real).
En fin, todos somos infractores por naturaleza, y por eso nos tienen que dar macarraque del bueno, para entrar en cintura, pero eso de la fatiga, que está presente en el 30% de los accidentes y por la que no te quitan puntos, o poner bien el reposacabezas para evitar el 95% de los latigazos cervicales, y que tampoco está en el Reglamento de Circulación, de estos temas nada,porque no son denunciables.
Primera entrega. Espero comentarios, que voy cargado...
El frutero camionero
Ya te echaba yo de menos, Frutero. Me dije el otro día, voy a tocar el tema este que seguro que le pone las pilas, pero, aunque se hace difícil contestarte, yo lo voy a intentar.
A mí, personalmente, me parece deplorable que me multen si yo no quiero llevar el cinturón o si quiero llevar el reposacabezas echó un gurruño en la huevera, porque me calienta las gónadas. Al final, soy yo, es mi vida, son mis latigazos cervicales, y no entiendo por qué tengo que pagar por eso.
Por otro lado, me parece igualmente deplorable aspectos técnicos, que de estar confundido tú rectificarás convenientemente, como por qué no es obligatorio, si salva vidas (y eso es lo importante) que las marcas fabriquen todos sus coches con, por ejemplo, ABS de serie y una serie de extras en seguridad que se conocen y que se pagan aparte. Que las marcas quieren ganar dinero y distinguirse de su competencia, lo entiendo, pero si "lo importante es volver", ¿por qué no dice la DGT "He aquí la pasta"?
La verdad es que tienen más rollo que una profesora que vuelve de Egipto. Lo que quieren es recaudar y punto.
A mi corto entender.
Javier
Si tienes quer calentarte las gónadas, ponte asientos calefactables en el coche, coño, que es más rápido. Por partes. De acuerdo en lo del ABS y el ESP (Ahí has estado fino). SI mal no he leído, creo que el IVA que pagas por el codificador del Plus es del 7%, mientras que poner a tu hijo en una sillita (reducción del 75% de las lesiones infantiles) o utilizar un ESP (reducción de las salidas de la vía y los accidentes en un 40%) es del 16%, como si te compraras un visón. De traca.
Ahora bien, si tú no te pones el cinturón, es como si decides desayunar amoniaco con churros: no hay problema hasta que se demuestra que muchos niños han bebido amoniaco por error. El cinturón no sólo evita que te esnafres contra el salpicadero (que por cierto, ¿Por qué coño se llama salpicadero? ¿Lo habrá inventado alguien de los que estuvo en los 60 "jugando" en su Seiscientos en el monte de El Pardo...?, que me disperso, como decía, no se trata de que des con los morros en el cristal, sino que NO des a los demás. Nadie te multa por darte cabezazos contra el capó del coche, pero sí que no lleves el cinturón porque matas al resto. Para muestra, el riesgo de que un pasajero de la parte delantera muera en un accidente aumenta casi un 20% si el pasajero de atras no lleva el cinturón, y entre un 5 y un 15% si es el pasajero sentado en tu lateral.
Podemos darel vueltas, pero no ponerse el cinturón es una Puta locura, es como tener u´na terraza sin balcón, y este ejemplo es literal: un impacto a 50 km/h es como tirarse el vacío desde un tercer piso. In multas ni puntos ni ostias.
La DGT tiene que recoger pasta, porque lo lleva haciendo años, pero ¿por qué no destinan parte de esa pasta a la Seguridad Vial? Y lo curioso es que estaba incluido en el programa electoral del ¡¡PSOE!!
El frutero motero.
Me tengo que llevar al niño a la piscina, pero lo del cinturón no cuela. Ni lo del casco. Soy un convencido, que conste, lo uso siempre. Para el conductor, si va sólo en el coche, lo que dices no vale. Vale para el conductor en choque lateral para salvaguardar la vida del copiloto. Vale para el gordo que se te sienta detrás en choque frontal. Pero yo solito, como vamos el 90% de los españoles a currar por las mañanas, en mi coche, hago lo que me salga de las gónadas (ya recalentadas por el calefactor ese del sillón que nunca te acuerdas de que lo llevas puesto hasta que no tienes el culo a la parrilla).
Podemos hablar de la deficiente preparación en las autoescuelas, como decía antes. Nadie sabe conducir cuando sale de un autoescuela. Siempre está la eterna pregunta: si derrapo de atrás, tengo que poner el volante hacia...
a) El mismo lado
b) El lado contrario
c) Recto
d) Hacia la enfermera que te va a hacer el TAC
Estas cosas, Seguridad Vial, sí. Multas, radares, controles policiales y represión, no.
¿Estamos de acuerdo? ¿Quedamos para celebrarlo?
Javier
Javier, Frutero, argumentáis muy bien pero por dos lineas distintas.
Javier cargas las tintas en el afán recaudatorio y sancionador sobre el ámbito de las decisiones personales de cada uno: nos multan por no dejarnos hacer lo que queramos con nuestras vidas.
Y tienes razón. Cada vez es más evidente que el Estado ha descubierto el filón de pensar y decidir por nosotros mismos. El Estado sabe lo que es bueno y malo y se atreve a ejercer de tutor vitalicio y sin límites.
Frutero, por su parte, incide en que las muertes en carretera son, en muchos casos, evitables por medio del correcto uso de los medios técnicos a nuestro alcance.
También es cierto, claro.
Y mi pregunta ¿no existe algún modelo de seguridad víal en algún otro país que haya demostrado su éxito?¿Podríamos adoptarlo?
Bueno, no hace mucho se habló aquí del modelo danés, que consiste en repartir chicas en paños menores por las carreteras haciendo de palo de señal y meneando las peras. La iniciativa es igual de efectiva que las multas de España, pero mucho más decorativa. Además, no es descartable que se haga lo propio para conductoras con hombres que sujeten las señales sin usar las manos.
Lo de Frutero es que no tiene remedio. Se ha metido una sobredosis de kiwis y anda así, así. Pero, por supuesto, él tiene razón: Frutero es un experto reconocido a nivel nacional en Seguridad Vial (esto no es una coña).
En caso de aceptar que la muerte en carretera es un problema de enorme trascendencia (que yo no lo pienso), las medidas que se deberían tomar son, en su mayoría, penosas para algunas industrias, por eso no se toman.
Hay que ponerse serio en el tema de educación vial. En eso, lleva razón. Las autoescuelas son de risa, los psicotécnicos son un negociete que no pasa de trámite burocrático, la edad para empezar a conducir responde a una convención no evaluable...
En fin... Frutero... Dilo tú, anda
Javier
¿Y qué hacemos con la gente que conduce sin carnet (por poner un ejemplo)? Porque esos suelen demostrar que todo lo relacionado con la Seguridad Vial se la trae al pairo.
Creo que la capacidad coercitiva de las Leyes es más bien escasa cuando vemos cosas como la "farruquitada" o el tipo que iba a 260 km/h y ha sido absuelto sin perder el carnet en el proceso.
A nadie le gusta que le digan lo que tienen que hacer, y mucho menos en esa cosa que parece que va conectada a nuestro ombligo que se llama coche, carro, buga o incluso Rayo McQueen. La cuestión es que cada año más de 4.000 personas mueren, se matan o asesinan a otras en la carretera. Y sinceramente no creo que la gente quiera dejarse el gañote en el asfalto. Por eso creo que hay que enseñar a la gente a como evitar que se mate, y esto no significa que se abra la puerta para que nos saquen la pasta, ni a través de las multas ni con medidas del tipo "hay queponer luces LED debajo de citruénigo para que cuando cambies de carril avises al paisano del pueblo más cercano que a lo mejor te desvías para tomar una mirinda", que nunca se sabe donde anda el paisano y puede correr un riesgo.
Ahora en serio, primero, saber lo que queremos hacer, y eso sólo sa descubre a través de la investigación. Y si la investigación dice que nos tienen que cortar las dos piernas para que no haya accidente, pués amén, pero estudios serios, no que una empresa de ruedas diga que hay que cambiarla cada 3 meses, que suena a coña (lo que digo, el coladero). Después de eso, informar a la gente, y llevar esa investigación a la autoescuela. No sabéis la ilusión que me hizo ver mi Renault 14 en el texto de la autoescuela de mi hermano, que se ha sacado el carné hace un mes... Y tras esto, avisar que se aplica en la norma para que la gente lo aplique. En España lo hacemos justo a la inversa. Primero el palo, y si queda tiempo vemos si baja o no los accidentes.
El frutero bloggero
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