A estas alturas de la película,
Zapatero ya tiene que haberse dado cuenta de que gobernar no tiene nada que ver con materializar las ideas. Sí, porque es facilón y tiene buena prensa, en todo aquello que se refiere a cabrear a los curas o sacarlos a la calle. Esto todavía, en esta España clavada en la cruz, increíblemente tiene público, por mucho que luego sean esos mismos votantes los que abarrotan de fervor el animismo de las procesiones, que es idolatría pura y dura.
Estaría bien visto hasta que, por ley, la Cruz Roja dejara de llamarse Cruz Roja y se llamara sólo La Roja. Porque que los monseñores salgan a la palestra a amenazar con herejías, excomuniones, fuego eterno y otras armas dialécticas de peso semejante es hasta divertido, si no fuera patético, si no borrara la niebla informe que separa lo cómico de lo dramático: no hay nada más triste que alguien que se toma en serio su actuación mientras el público se ríe y se muere de vergüenza ajena. Estos son como los frikies que invadieron la tele hace unos años. Igual. Personajes de
Amenábar. Lo mismito.
Pero llega
Haidar y, ay, aquí ya no somos tan valientes ni tan idealistas. La mujer nos ha metido en un problema serio y ZP es incapaz de resolverlo porque eso sí que tiene mala prensa, sobre todo entre los suyos. Si Zapatero fuera hoy el jefe de la oposición, lo tendría cristalino: se habría puesto al frente de la manifestación, como hizo en tantas ocasiones en el 95, no habría sido "leal", como hoy le exigen a
Rajoy.
Los suyos son de esa cuerda.
No creo equivocarme si digo que la inmensa mayoría de los votantes en este país son pro-saharauis, entienden y comparten la lucha de Haidar, saben que ese drama está en la zona más alejada de lo cómico y abominan de un régimen, el marroquí, que es dictatorial, que nos torea y que se quiere apropiar del Sahara, sí, pero también de Ceuta, Melilla y Canarias. No es listo el Mohamed, ni nada.
Zp tiene ese problema, pero no quiere mojarse, porque le podrían poner los morros como a
Berlusconni. Si hay que amoratar a alguien los ojos, por la segunda huída española del Sahara que supone dejar que Aminatou Haidar muera en Lanzarote, que sea a
Moratinos. Porque, claro, aquí hay que decidirse, dar la cara, decantarse y eso es algo que Zp, el indefinido, lleva mal.
Marruecos no da opción: o conmigo o con los pobrecitos refugiados del Sahara Occidental. ZP, en el fondo de su alma de buhonero, cuenta votos de un lado y otro y lo tiene claro: renta mucho más posicionarse con los niños que viven en tiendas de campaña en el desierto, con un Frente Polisario desactivado, con esos actores que van y vienen y salen (con poquita fuerza) en la tele pidiendo la liberación del Sahara...
Pero la Otan (sobre todo Francia y Estados Unidos) no están de acuerdo. Ellos carecen de ese problema electoral que es el Sahara Occidental, porque sus ciudadanos no tienen mal la conciencia: ellos no dejaron los fosfatos saharauis de la noche a la mañana para que se los apropiara el sátrapa de
Hassan II con esa invasión en toda regla que fue la Marcha Verde. Fuimos nosotros. Ellos ven en Marruecos un bastión contra el islamismo, como en su día
Ike vio en
Franco un dique de contención del comunismo, y lo último que quieren a 13 kilómetros de Europa es inestabilidad, la que proporcionaría una "democracia" joven e inexperta en un Sahara Occidental independiente, donde, si se les permitiera votar, podrían llegar a decidir que quieren que les gobierne algún ayatolah iluminado, antioccidental y peligroso. ¡NO! Ya dejamos votar a los palestinos y nos salieron rana. Ni hablar. Si hay elecciones, que sean como las de Afganistán.
En el fondo, Zapatero ha conseguido parecerse a
Obama. Si los miras de lejos, así como a dos kilómetros, te das cuenta de que son igualitos. La misma verborrea convincente y poco más, salvo que, en lo blanco del ojo, Obama manda 30.000 tíos más a la guerra en vísperas de recoger el Nobel de la Paz, se planta en el parlamento noruego y asegura que hay guerras justas. Como
Vegecio: "
Si vis pacem, para bellum". Si quieres la paz, prepara la guerra.
Eso es gobernar, José Luis: que Haidar te quite la careta, tomar decisiones que tus votantes no van a comprender, desgastarse y arriesgarse a perder las siguientes elecciones porque cuando uno es presidente del gobierno ya no puede salir cantando "Paz y amor", "No a la guerra" ni "Freedom for Palestina". No.
Cuando uno gobierna, tiene que ponerse de pie ante la bandera de Estados Unidos. Tiene que recibir en Moncloa a sapos y a culebras. Tiene que asumir que la justicia nunca puede ser universal, que la libertad de muchos se sostiene en la esclavitud de tantos, que decidir es descartar, que beneficiar a unos es perjudicar a otros, que si hay opulencia es porque hay necesidad, que existen las guerras justas y, por desgracia, dictaduras necesarias.
X.Bea-Murguía (bota a ZP)
Noten el tono irónico de esta entrada, escrita por alguien que cree que es necesario solucionar el asunto del Sahara Occidental, que la Marcha Verde fue una invasión en toda regla y que el pueblo saharaui, por justicia, tiene derecho a decidir su futuro.