martes, diciembre 30, 2008

El Balance

Diletantes:

Bueno pues un año más haciendo esto que se llama wells&bea-murguía y que por supuesto se ha convertido en un referente para Ustedes en las horas de trabajo, que nos lo comentan por la calle, en la cola del túnel de lavado del coche y a la salida del hipermercado.

Yo siempre les comento que es bastante interesante marcarse proyectos personales durante estas fechas.Luego al año siguiente uno repasa como ha ido el tema y puede hacer balance personal y fijarse en lo que ha ido bien y lo que en numerosas ocasiones va mal: fines de semana en la Discoteca Espejos y les hacen la cobra, esas resacas de Domingo debido a ingesta de matarratas etc... .


Lo que esta claro es que nos hacemos puretas,por mucho que aprezcan con esa camiseta de Zara ajustada que tanto les gusta,sigan la gala del disco del año y lleven una iphone el cartón ya es evidente y las canas... .

Wells&bea-murguía no hubiera sido posible sin la constancia de Bea-Murguía que se lo curra, pero tampoco hubiera sido posible sin la inspiración que nos trae gente como Murga y su "estás segura que no quieres...soy español",Adolfo Segovia y su pérdida de la dimensión del management,Montse Van der Juja que es mi hermana adoptada,François Raoul que me ha organizado el mejor cumple de mi vida,Ron que vive en L'affiche,CC y el malentendido idiomático con Phillip el perro flauta,Sarah y sus consejos políticos y vitales, el Último Íbero que nos lee y tiene criterio,Zapatero que nos llama pidiendo asesoría,Dolors aka "Princesa de cuento",Jonathan Desmond y sus planes para acabar con el sistema sanitario,Cristina Friki por dejarse la caja de los patines, Cristina Barrios por su paciencia,Silvia Polo,el Frutero,David Torres que escribe una columna bastante interesante y les recomiendo,Berni,Marina Van Schijk por buscarme la casa,Rafa y las fotolatas,Alex y su combinatoria de teléfonos.Fran Hernández y su paciencia grabando mis saxofones.Pedrito "Valverde¨que es un cazador de tejones.

En fin, que esto no se puede hacer sin Ustedes...

Un abrazo.

Hormon Wells


lunes, diciembre 22, 2008

Cinco cates

Queridos amigos,

parece que la cosa se ha decantado bastante por el corte de pelo y, entre eso, mi respeto absoluto por la democracia y que estoy hasta el mismísimo de quitarme el flequillo de la cara, me parece que, a más no tardar, hoy mismo me pelo...

Ando de Rodríguez total y absoluto, hoy y mañana. Como se pueden imaginar (no piensen en otra cosa), echando de menos a los míos, más ricos ellos, más monos, más guapos... Ahora les pongo otra foto, para mi tía Carmen, que este año no los va a ver por Navidad. Se les echa de menos, de verdad. Uno está acostumbrado a llegar del trabajo y tener que seguir en casa con baños, cenas, culos y a dormir de una puta vez, niño, hasta las diez de la noche y esto de estar en casa SIN NADA QUE HACER es aburrido. Te produce una sensación de vacío tan intensa que te invade la desidia y acabas viendo el fútbol.



A ver si esta tarde pico al Frutero... ¡FRUTEROOOOOOOOOO! Y me tomo una cañita por ahí.

Les quería contar que mis hijos han traído las notas del primer trimestre y, en fin, con suerte dispar. Rodrigo estaba tan contento que se dedicó a llamar a todo el mundo contando la pila de sobresalientes y notables que ha sacado (más un bien en gimnasia, jajajajaja). Lo mejor de todo es la actitud. Las notas están muy bien, pero lo que me hace sentirme muy contento con él es que se me acercan los profesores y me dicen, uno tras otro, lo bueno que es el niño. No me cabe una pajita por el culo, vamos. Estoy tremendamente satisfecho.

Sin embargo, Ana... ¡Ay, Ana! No sabemos lo que vamos a hacer con ella. Estamos barajando la posibilidad de meterla interna durante todo el verano. Ha suspendido cinco asignaturas: "Elementos propios del otoño", "Elementos propios del invierno", "Iniciación al color amarillo", "Elementos propios de la Navidad: el Belén" y, sobre todo, "Rompecabezas de dos piezas"... ¡Rompecabezas de dos piezas! ¿Cómo se le puede llamar rompecabezas a algo que tiene dos piezas?

¡Rompecabezas de dos piezas! Creo que voy a buscar en una librería algún texto de apoyo o de refuerzo o algo, aunque será inútil, supongo, porque esto son cosas del gen materno. Seguro.

X. Bea-Murguía (montaba rompecabezas de dos piezas ya a los 28).

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jueves, diciembre 18, 2008

VOTEMOS

Venga, vamos al meollo que hoy sí que no tengo tiempo para nada (miren la hora)...

¿Me corto el pelo...






no me lo corto...




o me hago unas mechas y las ingles brasileñas?

VOTEN, por favor. Lo que digan, se hará. Democracia total (y gratuita)


X. Bea-Murguía

martes, diciembre 16, 2008

Vicente,el zanahorio (II)



A Michel Muller y Selena Kuiper.

Podemos hablar de Vicente como de un “postimpresionista”, esto no deja de ser una etiqueta como la que se pone a los jamones o a las morcillas para clasificar y etiquetar.

Y es cierto, Vicente impresiona por la demencia de su trazo, las composiciones ora inexistentes ora chabacanas, la paupérrima temática: vean “Mujer en el bosque”, “Mujer de blanco en el bosque”, “Dos mujeres en el bosque” etc.… o su ya comentada obsesión esquizoide con las patatas y las verduras, tal vez una necesidad acuciante de comer caliente: “Cesta de patatas”, “Plantando patatas” ,”Los comedores de patatas”, “Jardin de verduras en Mortmatre” .

Tal vez, y por lo que Vicente perdura, es por dos obras significativas que pueden ahora mismo estar en unos dos millones de hogares alrededor del mundo como culto a lo kitsch, y a una evolución en el gusto por lo chabacano. Es frecuente ver colgadas en las paredes de la gente “modelna”, de esa gente que viaja por los mundos de Dios, reproducciones de dos títulos realmente indigestos: a) “La habitación “ b) Los girasoles.


a) La Habitación: Puede parecer un tema romántico en principio representar el lugar de reposo del guerrero, mostrar el hábitat en el que se descansa, incluso intentar copiar las miniaturas japonesas. Sinceramente no deja de ser una covacha de las muchas que pueden encontrarse en el barrio de Jordan en Ámsterdam actualmente, incluyendo paredes que se caen y pan mohoso.

http://www3.vangoghmuseum.nl/vgm/zoom.jsp?page=2796&lang=en


b) Los Girasoles: Dependiendo de la temporada, IKEA, su tienda amiga que le ayuda a decorar su vida y a crear un ambiente impreciso en su vivienda, edita una reimpresión de una de las dos versiones, una clara y otra mas acorde a la vida de Vicente: marrón oscuro, existentes de “esto” que podría definirse como bodegón. También se puede comprar una copia en el museo y luego llevarla en la mano de regreso a su hogar y epatar a los vecinos con su “exquisito gusto” por lo retro-cutre. Resulta bastante improbable que Vicente pintara este cuadro para decorar la habitación que Gauguin ocupaba en Arles. Se habla mucho de este detalle, pero Gaugin no era, ni quiso, ni sospechó un momento, en ser amigo de Vicente, ya convertido en un rey del sablazo en ese 1889.


http://www3.vangoghmuseum.nl/vgm/index.jsp?page=3503&collection=451&lang=en


Vicente por lo tanto se convierte con el paso del tiempo en todo un icono venerado, con tremendas colas para visitar su museo de a 12,50 Euros el ticket,con turistas que desconocen el valor de un Rijksmuseum que desconocen el valor de Frans Hals o de la Mauritshuis de La Haya con impresionantes obras de Vermeer o Fabritius.

Pero bueno Vicente es mucho Vicente.





Hormon Wells

Llama, Pepe, llama

Queridos amigos,

buenas noticias para aquellos que gustan de viajar al mismo infierno. Ustedes que lo que les mola es hacérselo de Marco Polo por países lejanos, con una mochila, repitiendo camiseta día tras días y unas latas de sardinas a la aventura por esos mundos de Dios y, también, por esos mundos de no Dios. Ustedes que no les importa meterse en el meollo porque, al fin y al cabo, los problemas son la vida misma. Todos ustedes y ustedas que les apasiona entenderse con la abuela del anuncio del yogur griego de Danone y acabar relamiéndose con lo que les ponen delante, ya sea pene de caballo frito o cucaracha salteada.

Buenas, muy buenas noticias.

Tranquilos. En orden. La seguridad es lo primero: ya está aquí Pepe Blanco.

http://elcuadernodepepeblanco.blogspot.com/

Él no quiere contarlo, porque le parece feo vanagloriarse de lo que él hizo aquella noche. Él, un hombre solo contra el terrorismo islamista internacional, armado con un...

TELÉFONO...

Pero con sus superpoderes y con su...

DESPARPAJO...

Consiguió...

SIN SALIR DE SU CASA DE MADRID...

Salvar a la delegación española. Él. Pepe Blanco. Un monstruo. No como Esperanza Aguirre, esa cobarde en calcetines.

Como él no lo cuenta, por humildad, aunque sí que lo cuenta (lo que no hace es dar detalles, pero contarlo, lo cuenta), yo le voy a dar a ustedes los pormenores:




No tengo tiempo para más... Dejo pendiente la conversación real de Pepe Blanco con el Hotel Oberoy de Bombay. Tengo la transcripción.

Me tengo que ir a Lérida, pero me voy tranquilo porque sé que Pepiño vela por mi seguridad en el viaje.

X.Bea-Murguía (no te alejes del teléfono, Pepe, por Dios)

lunes, diciembre 15, 2008

Vicente,el zanahorio (I)




Uno no puede ir llorando por ahí porque sea pelirrojo y menos tener el morro de querer vender cuadros porque el negocio de predicador va mal. Vicente era así, todo un artista de la cucamonga, un sinvergüenza, vamos.

Este paradigma de la tristeza y el chantaje emocional, durante una época de su vida en la que hereda de su padre el cargo de predicador comienza a retratar a campesinos y mineros, gente trabajadora y honrada, que no se dedicaba a la vida contemplativa como el sujeto del que hablamos, con la idea de hacerse una cartera de clientes pero con el subterfugio moral de retratar una sociedad que por aquel tiempo empieza a transformarse en una sociedad industrial.

Harto del campo, del frío, de las patatas que posteriormente serán un leit-motiv importante en una de sus grandes obras “Los comedores de patatas”, obra que epata a partes iguales por la falta de juicio del artista y la falta de decencia, decide mudarse a París para dar la brasa a alguien que debería considerarse un héroe en Holanda: su hermano, el sufrido Theo Van Gogh. Theo en cierto sentido es culpable, por intentar ilusionar a su hermano con las corrientes pictóricas del momento, si desde el primer momento le hubiera dejado las cosas claras Vicente no hubiera seguido el sendero de la mano izquierda en lo vital, en lo artístico, en lo literario y en lo pelma.

Existen numerosas cartas de un Van Gogh plañidero e infantil que les recomiendo que lean, los últimos estudios llegan a identificar tras varios comentarios de texto un tipo de carta “modelo” denominado “Carta de Vicente a Theo” que puede resumirse así:

Querido Theo:

La vida es desalentadora y además cara. No me llega ni para picadura de tabaco. No vendo un cuadro. Me puedes mandar unos florines?.

Oh!!!! grande artista se pierde el siglo.

Tuyo.

Vicente.

Post Data: Te cobrarán el sello.



La gente acusa a Theo de ser cruel y poco empático con Vicente, he sido testigo de varios debates acalorados que argumentan que Theo pudo ser influyente en determinado momento, pero este argumento debe contraponerse a un cierto sentido del ridículo y un sentido común de adulto como lo demuestran las cartas de Theo a su hermano. He aquí un ejemplo demostrativo.




Querido Vicente:

La vida es complicada como me dices y quiero ayudarte.

Has probado con afeitarte y cortarte el pelo como te dije?.

El Señor Van der Vliet te espera para que le ayudes en su negocio de venta de utensilios para el campo.

Me mudo, te mandare la dirección en cuanto me instale, espera noticias mías tras el invierno.

Tuyo.

Theo

Post Data: Te descuento el sello de los florines que pongo a tu disposición.


Vicente como individuo cabezón y exasperado pierde en un determinado momento de su vida el rumbo, sin noticias de su hermano, y sin acudir a la cita con Van der Vliet decide montar una comedia trágica seccionándose una oreja. Historia de todos conocida y que paso por alto.

Continuará... .

Hormon Wells


Discover Caetano Veloso!

domingo, diciembre 14, 2008

Ana, un año



Ya ha pasado un año. Esto va que se las pela. Felicidades, hija.


Javier

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viernes, diciembre 12, 2008

Donde otros se divierten



Queridos amigos,

mi amigo José Manuel, el rey del Cristasol de la avenida de San Luis, me dice a menudo que envidia mi trabajo, pero, claro, él conoce la parte llamativa, la que cuento cuando estamos entre amigos, porque de la oscura labor diaria, del menudeo de marrones, de los cierres desesperados, de las comidas con sapos que nunca se convierten en princesas... De esto, no sabe nada. De lo desagradable que es comer en el mejor restaurante del mundo cuando la compañía es mala no se habla.

Y es verdad que tengo un buen curro lleno de inconvenientes y que estoy contento y satisfecho, y a veces cansando, que me gusta mucho el mundo del tabaco... Del cigarro... El del cigarrillo, no tanto. Y que está muy bien esto de organizar catas de puros, ir a comidas, cenas, actos varios, tomarme un whisky con alguien por trabajo. Es divertido, por supuesto, aunque hay veces que no tiene ninguna gracia.

Soy consciente de que soy un privilegiado en muchos aspectos, que hay zanjas mucho más ingratas, tajos duros donde no se da cabida a una alegría, obras al aire libre con un frío helador y jefes gilipollas que no conceden un respiro (los míos no lo son), pero, como digo, mi trabajo también tiene sus peros. Al fin y al cabo, es un trabajo, algo a lo que me dedico porque tengo que hacerlo.

A Jose, cuando alucina con el compendio de restaurantes donde como y ceno o con los viajes que hago (que es la parte que más me gusta), siempre le digo lo mismo:

-- La de mariscadas que me tengo que comer para llevar unas lentejas a casa.
-- Joder, macho.

Él se descojona, pero es cierto, es amargamente cierto que, como el chiste del ginecólogo, yo trabajo donde muchos se divierten. Tal vez por eso les resulte a los demás tan atractivo, tal vez por eso levante envidias. No han sido pocas las veces que yo mismo he pensado que el trabajo de otros es divertido, sobre todo, cuando es alguien que curra en algo a lo que yo soy aficionado: el culmen de todo currante, lo ideal, sería poder ganarte la vida haciendo aquello que más te gusta, ¿no? Por ejemplo, el buceo. Pienso en mi amiga Isabel López Insausti, que es bióloga (como Ana Obregón ¡Jojojojoojojo! Acabo de perder a una amiga), pero que se dedica profesionalmente al buceo...

Qué guay, ¿verdad? Todo el día dedicada a algo que es tan divertido. Pero...

Cuando haya pasado una noche de perros, cuando se encuentra mal por la razón que sea, cuando los alumnos son una panda de gilipollas... Ese día frío y lluvioso en que le apetezca meterse en el agua lo mismo que olerle el culo a un luchador de sumo sudoroso, Isabel se calza el neopreno y para abajo. Al gorgo. Es una profesional (y muy buena, por cierto).

Eso ya no da tanta envidia. ¿Y el tío del centro de buceo que, por narices, tiene que hacerse todos los días cuatro inmersiones? Estará deseando llegar a su casa y que le hablen de cualquier otra cosa.

Ayer mismo, en el restaurante Alboran de Madrid y en compañía de unos amigos (fallaron dos personas a última hora que es una de las partes más desagradables de organizar un acto), catamos nada menos que un Montecristo Sublime Edición Limitada 2008. No les voy a aburrir con el puro, pero ha levantado muchas expectativas su próximo lanzamiento y no va a defraudar a nadie. Es un cigarro con una capa carmelita, colorada, espectacular que parece la de Superman y con una potencia fuera de serie, no recomendado para no iniciados pero que va a hacer las delicias del buen aficionado. Eso, seguro. Lo mejor que ha venido de Cuba desde el Magnum 50 de H.Upmann.

Ayer mismo, decía, ante un Montecristo Sublime Edición Limitada 2008, esa joya cubana, ese regalo de los dioses de las Vegas de San Luis, Vuelta Abajo, con su aspecto sedoso y rojo como una condena y yo...

Yo con un resfriado de cojones.

Y fúmatelo, majo.

Menos mal que la compañía era buena. El rodaballo, no, pero la compañía era superior.



X.Bea-Murguía (toses pa'tos)

Voy a echarme un cigarrito a ver si consigo sacar el hígado por la boca.

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miércoles, diciembre 10, 2008

ETA se mea en los pantalones

Queridos amigos,

les voy a decir dos cosas. O tres. La primera, que flipo con mi amigo Javier Marca, que tiene una pasión tal por la panadería que me da una lección o dos cada vez que hablo con él. Y eso que se supone que el profesional del pan soy yo. Sí, sí. Que no sólo de tabaco vive el Hombre. Soy profesional de la panadería. He chupado obrador de pan desde 1998. Anoche, de nuevo, Marca me abrió los ojos. Gracias, Javier.

Segunda cosa, menos importante. La noticia impactante de ayer no es la destitución de Schuster sino que Aitzol Iriondo, el supuesto número uno de ETA detenido el lunes, se hizo pis encima cuando lo detuvieron? Es que alucino con los periódicos. Ahí, en ese detalle, hay una medida humana: la del asesino despiadado, la bestia que, sin embargo, se mea en los pantalones.

"BILBAO.- El dirigente etarra Aitzol Iriondo Yarza, alias 'Gurbitz', intentó sacar su pistola durante la detención, pero al tener las manos en los bolsillos su movimiento se retrasó y sólo llegó a poner una de las manos sobre el arma. Además, al proceder a cachearle y a ponerle las esposas, los agentes comprobaron que Iriondo se había orinado en los pantalones".

También los culpables se orinan encima. O Rubalcaba miente (cosa normal en él) y este Iriondo no es el número uno que nos han dicho (pero ni el número uno de su promoción de punto de cruz) o esos pantalones huelen a orina final: ETA se mea y cuando el miedo se convierte en lástima, el odio se hace desprecio.

Tercera cosa. Con toda mi mala intención iba a hacer una glosa javierense con Almudena Grandes, pero, ¿saben qué? Que he sido incapaz. Aparte de las salidas de tono, que muchos le perdonan con una condescendencia que no aplican a otros, de fusilamientos al amanecer y milicianos sudorosos violando a monjas, resulta que "Te llamaré viernes" y "Los aires difíciles" (libros que yo no he leído, pero mi mujer sí) están bien escritos. En el hojeo previo a las glosas ha resultado que no he encontrado, ni en uno ni en el otro, un solo hueco donde meter mi mala leche a cucharadas. Las cosas como son.

No son ni las siete y media de la mañana. Oigo a mi hijo toser al borde del vómito a través del tabique que separa este ordenador de su cama. Ayer me llamaron del colegio: había devuelto dos veces. Hoy no va. Yo, tampoco. Mi mujer sigue en Alemania. La niña oye a su hermano y rompe a llorar. Ya voy. Con esta letanía empiezan mis días desde hace un año, con llanto que es como comienza la vida misma.

X. Bea-Murguía

martes, diciembre 09, 2008

En defensa de Tardà y la libertad de expresión


Queridos amigos,

el domingo se fue mi señora a Alemania y aquí estoy (vivo), haciéndome cargo de mis dos criaturas y de todas sus toses, como una acémila, como un monstruo, con una paciencia que ni yo sabía que tenía. Ana ya está bien, pero ahora el que ha caído, además de quien escribe esto, es Rodrigo. Tengo que decir que mis niños son buenos... Mi Rodrigo no puede serlo más.

No he parado ni un momento. Cenas, comidas, meriendas, biberones, baños, cacas, eaeaeaeeaeo, duérmete niño, niña no toques el enchufe... Y, encima, como bestias enjauladas, porque no ha parado de llover y con tanta tos... En fin. Estoy deseando ir a la oficina hoy a descansar un rato.

Les iba a hablar de Joan Tardà y de la causa republicana, pero en estos momentos de mi vida no sería muy objetivo: estoy completamente a favor del rey... Del rey Herodes el Grande, rey al fin y al cabo, así que me saldrían cosas como ¡Muerte a Tardà! Y no quiero. No.

Y no lo digo por Joan Tardà, eh. Que nadie me malinterprete. No, no. Por favor, que yo soy buena persona y no le deseo la muerte a nadie. Lo digo por otro Tardà... Esto es una manera de hablar... ¿Es que no hay libertad de expresión en este país? ¿Vamos a juzgar a un político por lo que diga el día de la Constitución en un mitín delante de dos o tres mil radicales exhaltados? Hay que contextualizar la frase "¡Muerte al Borbón!".

En primer lugar, el delito de injurias a la corona es una estupidez. Ya, ya sabemos que existe, pero es una ley obsoleta y absurda, que no cabe en nuestra democracia. Esto es un argumento jurídico de peso, que vale ante cualquier juez. Al rey se le debería poder insultar como a cualquier otro, como a Tardà o como, por ejemplo, a Gallardón. ¿Verdad? Que se lo digan a Jiménez Losantos.

En el día a día, por ejemplo, cuando ustedes se salten un semáforo de peatones y el poli les va a calzar la multa, ustedes le dicen: "Es un semáforo estúpido y absurdo, agente". Y no se preocupen: está ganado. Si no en el momento, en el pliego de descargo del recurso. Las leyes en España no se aprueban para cumplirse. ¡Qué va! ¡Qué dices! Es un hecho. Se aprueban para que los diputados justifiquen su sueldo.

Además, Tardà no actúa con mala fe, sino con ignorancia de ley. Claaaaaro. Porque él no sabía, ni por el forro, que decir "Mort al Borbón" en un mitín republicano, delante de dos o tres mil radicales exhaltados, era un delito. ¡Qué va! ¡Qué dices! ¿Un delito eso? Primera noticia. Porque Tardà es tan inocente, el hombre, es casi tonto. ¿Cómo lo iba a saber? ¿Cómo iba él a pensar que esas tres sencillas palabras, dichas en un contexto en el que la pasión le ha arrastrado, el día de la Constitución, ante dos o tres mil radicales exhaltados, iban a abrir telediarios en toda España?

Segundo argumento delante del guardia: "Perdone, agente, pero me he hecho un lío: ¿el rojo significaba pasar o parar?". Está ganado, se lo digo yo. O, si la multa es de velocidad: "Perdone, agente, pero, no estoy seguro, ¿180 es mayor que 120 o menor?".

En España (perdonen, pero en Cataluña, por tanto, también), de toda la vida, la ignorancia de ley exime de su cumplimiento. Díganselo al juez cuando se vean en el trance... "Sr. juez, es que yo no sabía que...". ¡Pelillos a la mar! Tardà ha dicho lo que ha dicho en un contexto que lo justificaba, se le ha malinterpretado, ha cometido un delito, pero, bueno, la ley ésa es muy tonta, no debería seguir en vigor (de hecho, Tardà ni se imaginaba que estaba en vigor, así no hay mala fe por su parte) y, además, él ignoraba que iba a a tener esa repercusión en los medios.

¡Ay, pobrecico Tardà! La inocencia no se perdona en este país.

Es más. Habría que aprovechar la polémica para cambiar la Constitución. ¡Qué coño! En el título I, de los derechos y deberes fundamentales de los españoles, artículo si no el primero, el segundo: "Todos los españoles tienen el deber y el derecho de desear la muerte al rey".

X. Bea-Murguía (me voy a cagar yo en la puta madre de Tardà. Entiendan el contexto, por favor. No sé si es delito esto. ¿Es delito? Es una forma de hablar, eh. No quiero decir que la madre de Tardà sea... No no no no no. Además, no me refiero a ese Tardà, me refiero a otro Tardà. ¿Que a cuál? Pues a otro... No sé... A Tardá de los Monos, quería decir. Además, si este blog no lo lee nadie. ¿Qué se yo? El de la foto, que conste, no es Joan Tardá, que es Super Mario Bros).

David Torres, muchas felicidades, amigo. Feliciten a David, que es su cumpleaños. Estás hecho un chaval. Como dijeron el otro día en la radio, por ti no pasan los años: te los quedas todos. Un abrazo.

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jueves, diciembre 04, 2008

Premio Apiretal

Queridos amigos,

va a sonar a excusa, amigos, pero llevo unos días (llevamos, mi mujer y yo) un poco apurado de tiempo porque la niña sigue mala y no acaba de remontar. No tiene nada. Poca cosa. Está alicaída por un catarro bastante fuerte con muchos mocos, flemas, respira mal, tose mucho, vomita, una pierna rota, un cólico miserere, un traumatismo craneoencefálico, una insuficiencia renal, un trombo y un principio de infarto… Na. Poca cosa. Nada que no arregle 0’8 ml. de Apiretal Gotas cada 6 horas.

El Apiretal es la hostia. Es como el pan, pero en medicamento. El martes me pasé la mañana en La Paz con ella, no porque yo sea de los que a la primera se planta en urgencias, sino porque me lo dijo la pediatra del Centro de Salud. Si no, no voy. Ir a La Paz, por mi preocupado que estés, es más de lo mismo, faenas variadas a la niña y muchas horas de espera incierta.

Al final, después de pruebas, desnuda a la niña, vístela, ponla aquí, ponla allá, aerosoles y movimientos varios, te dan el informe y te dicen:

-- Apiretal Gotas. 0’8 ml./6horas.

Y te vuelves a casa igual de intranquilo. La niña sigue hecha un trapo, pero, por lo menos, te queda el Apiretal, que es como la poción mágica de Panorámix o el bálsamo de Fielabrás. Vale para todo. Lo cura todo. Lo arregla todo. Me recuerda al anuncio de tres en uno: cerraduras que no abren, Apiretal Gotas; puertas que chirrían, Apiretal gotas; apendicitis, Apiretal gotas...

Así que, como el Apiretal lo arregla todo, he pensado que podía instituir un premio Apiretal o algo así y dárselo a alguien que lo necesite de verdad. Por ejemplo, se me ocurre, a Pedro Solbes para que se le arregle la ronquera (a ver si echa la flema ya el hombre, que lo de la personalidad flemática es otra cosa) y, también, de despedida, porque me ha dicho un pajarito que Solbes nos deja en enero o febrero, en la próxima crisis de gobierno. Llega Miguel Sebastián.

Aparte de este rumor, opino que Solbes y la economía española necesitan cero coma ocho de apiretal gotas cada cuatro o seis horas. Ésta es mi propuesta. A lo mejor a usted se le ocurre alguien mejor para darle el premio.

¿A quién le daría usted 0'8 ml. de Apiretal Gotas cada seis horas? Manifiéstese. Venga. Y después, lo votamos.

X. Bea-Murguía (apiretal en vena).

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martes, diciembre 02, 2008

La sombra del viento (El palomino)


El cementerio de los libros olvidados

(¿Y por qué narices habría que recordarlos?)

Todavía recuerdo aquel amanecer en que mi padre me llevó por primera vez a visitar el Cementerio de los Libros Olvidados. Como para olvidarlo. Eran las cinco de la mañana, que es la mejor hora para ir a un cementerio. Lo tengo vivo en la memoria de la misma manera que el coronel Aureliano Buendía recordaba, ante el pelotón de fusilamiento, el día en que su padre le llevó a conocer el hielo o como Carlos Clot lo descubrió al fondo de un vaso de Bombay. Siempre hay una primera vez para todo, le dijo el violador al violado, pero, claro, ¿al amanecer? Puedo imaginar lo que, antes de salir de casa, habría dicho mi madre (de no estar muerta) en ese amanecer lúgubre de la ciudad oscura: “Oye, Paco, ¿y es necesario que te lleves al niño al cementerio ese justo ahora, al amanecer? Y digo yo, ¿no será una hora mucho más prudente para un niño, por ejemplo, las seis de la tarde?”. Pero no, mi padre, erre que erre, al amanecer o nada, al Cementerio de los Libros Olvidados. Desgranaban los primeros días del verano de 1945 y caminábamos por las calles de una Barcelona atrapada bajo cielos de ceniza, y eso que Carod aún no era ni un mal pensamiento, y un sol de vapor que se derramaba sobre la Rambla de Santa Mónica en una guirnalda de cobre líquido, que es una cosa curiosa y digna de verse, porque ya es difícil que el sol se presente vaporoso como gasillas de nínfulas, pero que el vapor se derrame, tela, y que forme guirnaldas de cobre líquido y, encima, al amanecer es ya una cosa churrigueresca. Recuerdo bien ese día porque, además del cementerio este, fue la mañana en que decidí dejar de tomarme las pastillas del abuelo.

-- Daniel, lo que vas a ver hoy no se lo puedes contar a nadie –advirtió mi padre, y como para contarlo. Si cuento lo del sol, el vapor y el cobre, me meten de cabeza en Proyecto Hombre-. Ni a tu amigo Tomás. A nadie.
-- ¿Ni siquiera a mamá? –inquirí yo, que para qué preguntar cuando se puede inquirir, a media voz.

Mi padre suspiró amparado en aquella sonrisa triste que le perseguía como una sombra por la vida, como un callado grito… Es decir que la sonrisa la llevaba… ¿atrás? ¿Era plasta la sonrisa? Le perseguía , le acosaba, le hostigaba…

-- Claro que sí –respondió cabizbajo y, supongo, cagándose en la sádica inocencia de los niños-. Con ella no tenemos secretos. A ella puedes contárselo todo.

Hasta lo del amanecer vaporoso de cobre líquido. No se va a enterar. Poco después de la guerra civil, un brote de cólera se había llevado a mi madre. ¿Cómo? Coño, pues brotó con muy mala leche, la agarró y se la llevó. ¡Vaya pregunta!

-- Te entiendo perfectamente –me dijo un vaporoso día mi amigo Tomás-. A la mía se la llevó un brote de soja.
-- ¿Gigante? ¿Mutante?
-- No. Caducado.

La enterramos en Montjuïc el día de mi cuarto cumpleaños, que ya es mala leche. Después de soplar las velas sobre el ataúd y de cantar el feliz, feliz en tu día, inquirí de nuevo a mi padre si no había podido elegir otro día para enterrarla y él, taciturno, porque ya empezaba a cabizbajear y a notar el acecho de la sonrisa triste y ubicua, me contestó con un callado grito:

-- No, hijo, estas cosas cuanto antes que si no empieza a oler y no hay quien esté.

Sólo recuerdo que llovió todo el día y toda la noche, y que cuando le pregunté a mi padre si el cielo lloraba, le faltó la voz para responderme.

-- Es el cambio climático, palurdo.

Seis años después, la ausencia de mi madre era para mí todavía un espejismo, un silencio a gritos, una sonrisa triste, que aún no había aprendido a acallar con palabras y, por eso, me tomaba las pastillas del abuelo. Mi padre y yo vivíamos en un piso en la calle Santa Ana, junto a la plaza de la iglesia, que es un dato que ahora no viene a cuento, pero que se lo digo para que lo sepan. El piso estaba situado justo encima de la librería especializada en ediciones de coleccionista y libros usados. Para un libro que vendía al mes mi padre, encima, tenía que aguantarle el rollo a un friqui del palimpsesto (Dios, qué pesados eran). Heredada del abuelo, era un bazar encantado que mi padre confiaba en que algún día pasaría a mis manos. En esto, tenía tanto empeño que yo nunca me atreví a decirle que lo yo quería era ser protésico dental, que ganan una pasta y no tienen que aguantarle el rollo a nadie. Me crié entre libros y ácaros del polvo (el mejor sitio para un niño), haciendo amigos invisibles (porque en el cole me llamaban el raro) en páginas que se deshacían en polvo justo cuando iba a pasar algo interesante y cuyo olor aún conservo en las manos, porque libros, muchos, pero jabón, cero. De niño aprendí a conciliar el sueño mientras le explicaba a mi madre en la penumbra de la habitación las incidencias de la jornada, mis andanzas en el colegio, lo que había aprendido aquel día: las tablas de multiplicar, a fumar, lo que tenía la Matilde bajo la falda…. Hoy, mi mujer me llama pesado, me dice que si me he pensado que ella es mi madre y, para salvar mi matrimonio, voy cada viernes a un doctor muy simpático que me ayuda a superar este edipo necrofílico. Con un grito callado. Con una sonrisa triste. Volviendo a mi madre. No podía oír su voz o sentir su tacto (ni una cosa ni la otra), pero su luz y su calor ardían en cada rincón de aquella casa, así que, mi padre, que era purito catalán, se ahorraba la calefacción y la cuenta de Iberdrola. Yo, con la fe de aquellos que todavía pueden contar sus años con los dedos de las manos (es decir, diecinueve años, a ver si no se puede contar hasta diecinueve sin la ayuda de los dedos de los pies), creía que si cerraba los ojos y le hablaba, ella podría oírme desde donde estuviese. Que no, que no me oía, pero yo lo pensaba igual. A veces, mi padre me escuchaba desde el comedor y lloraba a escondidas, que mira que era negligente mi padre porque esconderse para llorar cuando uno está solo en el comedor es raro, pero es que encima yo le pillaba siempre.

Recuerdo que aquel alba de junio me desperté gritando. El corazón me latía en el pecho (estaría bueno que me latiera en la rodilla) como si el alma quisiera abrirse camino y echar a correr escaleras abajo. Había cenado mucho. Mi padre acudió azorado a mi habitación y me sostuvo en sus brazos, intentando calmarme. Con escaso éxito.

-- No puedo acordarme de su cara. No puedo acordarme de la cara de mamá –murmuré sin aliento.

Mi padre me abrazó con fuerza.

-- No te preocupes, Daniel. Yo me acordaré por los dos.
-- ¡Menudo consuelo, papá! -le dije-. Yo sigo sin acordarme.

Nos miramos en la penumbra, y menos mal que no lo hicimos mutuamente, buscando palabras que no existían. Quizá, por eso, no las encontramos, pero si las hubiéramos encontrado, yo habría dicho:

-- Bratopucio.

Y mi padre habría contestado.

-- Correlpondio.

Y nos habríamos quedado igual, mirándonos en la penumbra. Aquella fue la primera vez en que me di cuenta de que mi padre envejecía y de que sus ojos, ojos de niebla y pérdida, siempre miraban atrás, buscando huir del acecho de la sonrisa triste, con un grito callado y un silencio clamoroso. Se incorporó y descorrió las cortinas para dejar entrar la tibia luz del alba.

-- Anda, Daniel, vístete. Quiero enseñarte algo –dijo.
-- ¿Ahora? ¿A la cinco de la mañana?
-- Hay cosas que sólo pueden verse entre tinieblas.
-- ¡Ah, sí! ¿Como qué?
-- No sé, hijo. Cosas. Cosas –insinuó mi padre blandiendo una sonrisa enigmática, que casi me da con ella de cómo la blandía y que, probablemente, no estoy seguro, había tomado prestada de algún tomo de Alejandro Dumas o de cualquiera de sus negros.

"La sombra del viento", de Carlos Ruiz Zafón. Versión crítica, revisada, remasterizada y glosada por X. Bea-Murguía (ese perfecto ignorante).

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lunes, diciembre 01, 2008

Recapitulación

Queridos amigos,

muy brevemente hoy porque se me ha hecho tardísimo. Estamos en diciembre y es mes de finales. Termina este 2008 tan agitado, para nosotros, para Bea y para mí (sobre todo para ella, claro, yo, por decirlo de alguna manera, soy los daños materiales del terremoto). Se acaba mi tour por España, aunque hoy me voy a Albacete y dentro de dos semanas, a Lérida. Estas dos semanas han sido bastante duras, la verdad, no sólo por el trabajo, también porque mi hija Ana no termina de remontar el vuelo. No tiene nada que no sea normal en un niño de esas edad, pero no deja de toser, no duerme bien, ayer mismo me vomitó tres veces encima.

Termina el año 2008, que es el tercero ya desde que Hormon Wells y yo empezamos con el blog... Se dice pronto, pero son tres años ya. Nos acercamos a la entrada número 1.000, a las 40.000 visitas. Puede que no sea mucho. Estoy convencido de que hay blogs por ahí que tienen estas mismas visitas en un solo día, pero yo me siento muy orgulloso. Muchas gracias a todos. Si he flaqueado estos últimos meses, háganse cargo, como dice el capullo del Torres (repito, porque me hace mucha gracia) estoy de "San José en un Belén viviente".

No sé si se han dado cuenta, pero es que últimamente ni Entrevistas parásitas, ni copio vídeos, ni pongo música... Hay días que no cuelgo fotos. Otros ni corrijo la entrada y va tal cual... Las Glosas Javierenses están preparadas, pero llevan su tiempo... Y es que nunca sé si voy a estar aquí una hora o dos o media o veinte minutos. Yo entro por las mañanas y tengo para enrollarme hasta que se despierta la niña. Pueden ser las seis y media o, como hoy, las ocho y media.

En fin, que ando muy liado en casa y en el trabajo...

Se acaba de despertar. Me tengo que ir.

Ya hablaremos.

X. Bea-Murguía (hoy, de nuevo, sin corregir y sin decir nada de nada)