Más español que la bandera
Para Kike Imaz,
mi cuñado,
en su 40 cumpleaños.
Queridos amigos,
el PP se está poniendo bastante plasta con el tema de las banderas en los ayuntamientos, no sé si ustedes están conmigo en esto, pero a mí el tema ya me resulta muy pesado, porque una cosa es obligar a un alcalde de ANV-HB-ETA a que ponga la bandera en el balcón, y que se joda y la ponga, y otra muy distinta es este empeño tan tonto en que para octubre haya más banderas que níscalos en el pinar. Ese es, desde luego, el camino correcto para llegar a la Moncloa, Mariano: los eshpañoles tenemosh el tema de lash banderash como la primera de nueshtrash preocupacionesh.
A mí me quita el sueño, porque mi mujer es presidente de la comunidad de vecinos y seguro que, en la próxima junta, sale alguno del PP exigiendo que ondee la rojigualda en el balcón de la presidencia. Son tan pesados...
Lo digo porque el ataque de banderismo febril no se ha quedado en los ayuntamientos de ANV-HB-ETA, sino que lo estamos padeciendo también en Madrid. Con el pedazo de banderola que pusieron en Colón, que a mí me gusta (en serio), no han tenido bastante. Viendo que Tomás Gómez Franco, alcalde socialista de Parla, no se rascaba el bolsillo para comprar una bandera que ondeara majestuosa en el balcón del ayuntamiento, el PP de la localidad ha decidido comprar una y regalársela al municipio, haciendo todo el ruido que han podido para que España vea lo antiespañol que es el futuro candidato del PSOE a la presidencia de la Comunidad de Madrid. Es un poco tonto esto, ¿no?. Además, tengo que repasar mis exiguos conocimientos del derecho, pero creo que en este gesto un buen abogado podría encontrar una falta de ultraje a la bandera: la han mandado a Parla (a cascarla). Esto es muy serio. Mariano, pon orden.
Con todo, ésta que es ya la preocupación que más inquieta a los españoles, tiene otro punto de vista. Escuché ayer en la radio a Ramón Jauregui, diputado del PSOE, decir que él es partidario de una aplicación flexible de la ley en el caso de Odón Elorza, alcalde socialista de San Sebastián, que tampoco quiere poner la bandera española en el balcón del ayuntamiento de Donosti. No, Ramón, no. La ley es absurda, pero dice lo que dice y es bastante claro. Lo que debería hacer el PSOE, pero no tiene narices, es cambiarla, que ellos pueden hacerlo porque es bastante seguro que ERC no votará en contra. Pero si a mí me quitan la espuma de afeitar en el aeropuerto, porque es la ley, Elorza tiene que poner la bandera o asumir las consecuencias. Ojo, que yo no estoy diciendo que pongan la bandera en ningún sitio. Eso me da igual. Sólo digo que si a los ciudadanos nos aplican la ley a rajatabla, con más razón a los ayuntamientos.
De todas formas, el PP se vuelve a equivocar porque este asunto no les va a rentar mucho en las elecciones. A ver si te enteras, Mariano, que los que duermen con sábanas de raso rojigualdas ya te votan. Lo que deberías hacer es proponer a ZP un gran pacto de estado para aprobar una ley que obligue a los ayuntamientos exhibir algo mucho más español que la bandera: las banderillas, con su punto de guindilla, su pepinillo y su aceituna. Eso sí lo veo yo mucho más práctico y, además, muy español.
-- Buenas, que vengo a pagar el numerito del coche.
-- Aquí tiene. ¿Desea algo más?
-- Nada más. ¿Qué se debe?
-- Tantas mil.
-- ¡Como éstas!
-- ¡Ea! Su vuelta, su recibo y una banderilla.
-- Tenga, tenga...
-- ¡BOTE!
-- ¡Ole!
-- ¡Viva España!
X. Bea-Murguía (¡Viva!)
Isabel Riscado, muchas felicidades también a tí. Ya imagino que tú no has cumplido cuarenta todavía.
Explicación para mi amatxu. Mamá, cabeza de polla no es una grosería. La cabeza de la polla es aquella parte de la mujer del pollo que resulta completamente inútil. Todos sabemos que cuando a una polla le cortas la cabeza, el cuerpo continúa caminando como si nada.
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