Queridos amigos,
yo me lo imagino de la siguiente manera, no sé ustedes.
Un piso, dúplex, en el centro de Madrid. Un señor con gafas y pinta de serio (sólo la pinta), charla frente a una pared destrozada con un operario ataviado con un mono azul lleno de zurullos de yeso seco.OPERARIO: Pero ¿quién le ha hecho a usted esto? ¡Si es que no quedan pofesionales en el oficio! ¡No hay más que chapuzas!
BERMEJO: No, no, si yo me acabo de mudar, como quien dice, esto es cosa de la
Trujillo, la que era ministra de la vivienda.
OPERARIO: ¿Ministra de qué? ¡Pue vaya ejemplo! ¡Menudo chabolo! Bueno, no se preocupe que ha dao usté con unos pofesionales. Nosotro se lo vamo a dejá esto niquelao... NI QUE LAO ¡Ay, madre mía! ¡Paaaaaaaaco! ¡Paaaaaaaaco! ¡Sube la radial!
BERMEJO: Pero... ¿Va a empezar usted ya?
OPERARIO: Claro, hombre. Hemos venío a trabajar, que luego tenemo poblemas con los plazo y tengo otra dieciséis obra empezás.
BERMEJO: Vale, vale, pero me dará usted un presupuesto primero o algo, ¿no?
OPERARIO: (
haciendo como que piensa) Pueeeee, mire, hágase a una idea de que esto... No le va a costar a usté... menos de... 40 millones de peseta.
BERMEJO: ¡40 MILLONES DE PESETAS!
OPERARIO: Tirando polo bajo, ¡eh! Ti-ran-do po-lo bajo. ¡Paaaaaaaaco! ¡Sube la maceta, macho, que es pa'hoy!
BERMEJO: Joder, 40 millones son una pasta, ¿qué me va a poner? ¿Azulejos de oro en la cocina?
OPERARIO: No, hombre, si quiere usté azulejo de oro, entose será más... Uno 42 millones de peseta. Aunque si quiere, lo arreglamo por detrá y se ahorra el (
le guiña un ojo)... Ya me entiende... Lo de la facturita.
BERMEJO: Sí, hombre, encima en dinero negro. Lo que me faltaba. ¡Oiga que soy el ministro de justicia!
OPERARIO: Pueeeee no se hable más, que de justisia es que empecemo y acabemo cuanto ante, que tenemo dieciseí obras más empezás. 42 millones de peseta y, aquí, mi cuñao y yo se lo vamo a dejar esto niquelao. NI QUE LAO.
BERMEJO: Pues no sé qué decirle, porque 42 millones de pesetas en una reforma... Tenga usted en cuenta que yo soy un líder socialista y no me puedo gastar en pintar y alicatar lo que otros tienen que pedir a un banco para poder tener una "solución habitacional".
OPERARIO: (
como si hubiera entendido lo que le ha dicho el ministro) Sí, solución de esa habituá hay mucha, pero nosotro somo pofesionales, ¿verdá Paco? Aquí, mi cuñao y yo, tenemo nuestro caché y le garantizamo una solución DE FI NI TI VA. Anda, majo, baja a la furgoneta y traeme la paletilla que se ma olvidao. Y usted no tiene más que ver cómo está esto, madre mía, ¡cómo está!
BERMEJO: ¿Qué le pasa al piso? Yo lo veo bien.
OPERARIO: ¡Ya! ¡Usté! Usté me va a perdoná, pero lo ve bien porque no es un pofesional. Usté sabrá de justisia, o de lo que sea que haya dicho usté que hasse pa'ganarse lo garbanzo, pero de obra... Deje que no encarguemo lo pofesionales. Aquí, yo y mi cuñao. ¡Paaaaaaaaaaco! ¡Qué pasa con esa paletilla!
BERMEJO: Vale, bueno, vamos a ver... ¿Qué van a hacer ustedes con 42 millones de pesetas?
OPERARIO: (Aparte) Pegarle el timo de la estampita.
BERMEJO: ¿Cómo dice?
OPERARIO: Nooo, que digo, que el piso está de estámpida, vamo, de salir pol'patas, porque se ve que los que hicieron la anterio reforma, eran unos chapuza. ¡A saber! ¡Serían rumanos o de quién coño sabe dónde! Ya se sabe. Están quitando el trabajo a lo españole que, encima, estamos mejor preparaos... Si quiere le paso el teléfono de una cuadrilla de rumano, que se lo hassen esto po'la mitad, o meno, pero, claro, si quiere usté un trabajo pofesional, tiene que pagal-lo, amigo.
BERMEJO: Pero, vamos a ver, yo... Mire... Si quiere cerramos el precio, pero no veo tan mal el piso. No hace dos días, como quien dice, que aquí vivía la ministra de la vivienda, oiga y...
OPERARIO: ¿De la vivienda? ¡Encima! Pue me va a perdoná, pero menuda ministra esa que usté dice, que de vivienda no tenía que entender ná de ná, porque mire, mire... Ese gotelé... Ese gotelé es una chapuza y hay que lijarlo entero y raspar y, luego, volver a echar la gota... Y mire este tabique... ¡Señor mío! ¡Si está que se cae! Luego no hay que fijarse más que en las canaletas... Venga, venga... Mire cómo están... Mañana llueve y usté, señor mío, sale en barca de su casa... ¿Y estas humedades? Yo, si quiere, le pego aquí una capa de tinte que lo disimula, pero mañana lo tiene otra vé manchao, se lo digo yo... Y el alicatao de la cocina está irregulá y el solao, parece una carretera llena de bache, que... Espere y verá.... ¡Paaaaaco! ¡Paaaaaco! Trae el plomo, anda, date prisa...
BERMEJO: Deje, deje... Está bien, hombre. ¿Cuándo empiezan?
OPERARIO: Ahora mismo... Nosotro somos pofesionales, hombre. Empezamo ahora y esto se lo hacemos, aquí mi cuñao y yo, en dos patás... EN DOS PA TÁS. ¡Paaaaaaaaaaaaco! ¡Trae la machota que empezamo!
BERMEJO: Vale, vale, pues nada... ¿El plazo de entrega?
OPERARIO: (
cogiendo la machota que le da el cuñado)... Na. Dos o tres días y listo.
BERMEJO: Bueno, pues qué remedio... ¡Es tan difícil hoy que vengan ustedes! Luego dicen que hay crisis, pero ustedes tienen trabajo a destajo, ¿no? ¡Si es que los españoles nos hemos vuelto señoritos y no queremos trabajar duro!
OPERARIO: Aparte un poco, que le voy a poner perdío ese traje de Armani.
Dicho y hecho, el operario se lía a mamporros con los azulejos de la cocina y lía la de San Quintín en un santiamén. Cuando termina, parece que ha caído un misil en el fregadero. El operario deja la machota apoyada en la pared y se dispone a irse. BERMEJO: (
blanco de polvo) Pero... ¡Oiga! ¿Dónde van?
OPERARIO: No se preocupe, hombre, que mañana venimos.
BERMEJO: ¿Mañana?
OPERARIO: Hombre, claro, mañana. No se preocupe usté, que esto está hecho en dos patás... EN DOS PA TÁS. ¡Amos Paco!
BERMEJO: Pero... Pero... Pero...
Ya en la calleOPERARIO (
se quita el disfraz y resulta ser Pedro J. Ramírez): Este ha sido fácil, ¡eh Federico! Menudo notición tenemos... ¿Vamos a por
Caldera?
PACO (
quitándose la careta, resulta ser Federico Jiménez Losantos): Este ha sido fácil, sí. ¡Qué pena que no ha colado lo del dinego negrgo! No, vamos a por
Magdalena Álvaguez que no tiene ni puta idea de haceg obgas.
X. Bea-Murguía
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